P4R+Operación Walsh
Para finalizar el Ciclo de homenaje a Rodolfo Walsh en el cuadragésimo aniversario de la Carta abierta de un escritor a la Junta Militar, Bibliotecas para armar proyectó, en la Biblioteca Gerchunoff de la Sociedad hebraica, P4R+, operación Walsh, documental dirigido por Gustavo Gordillo que recorre, en la voz de muchos testigos y allegados, la vida del escritor. Uno de los más fieles concurrentes, Mauricio Epsztejn, escribió una reseña para Libro de arena que ahora compartimos.
Por Mauricio
Epsztejn
Antes que nada, quiero aclarar que pertenezco a la
categoría de espectadores cuyos conocimientos sobre el arte cinematográfico
apenas exceden lo básico y, cuando les toca opinar sobre una película recién
vista, sea cual fuere el género del que se trate, sus comentarios suelen limitarse
al cauto y mezquino “me gusta-no me gusta”, pero que se ríe, se emociona,
aplaude o se queda unos minutos sentado después de haber leído la palabra
“fin”, para reflexionar sobre lo que vio. Pero si no le gustó, si se aburrió,
bosteza y hasta se duerme y ronca, como forma de expresar su opinión, sin importarle
el lugar donde lo hace ni el tamaño de pantalla al que se enfrenta.
En el caso de P4R+,
operación Walsh, el documental dirigido por Gustavo Gordillo que el
programa Bibliotecas para Armar proyectó durante el ciclo dedicado a Rodolfo
Walsh al cumplirse 40 años de escribir su “Carta
de un escritor a la Junta Militar” y su desaparición, en la sala sucedió
algo especial: los presentes no sólo permanecimos amarrados al asiento durante
los 85 minutos que duró, sino que seguimos allí debatiéndola hasta que la hora nos
obligó a abandonar la sala.
Dado que la ficha técnica de ese documental está
al alcance de cualquiera que tenga acceso a Internet, me ahorro el comentario. En
cambio, lo que sí me interesa destacar es que, para hacer una buena producción
cinematográfica, del género que fuera, lo decisivo no es el dinero sino el trabajo
y tener talento, que en esta descollaron. Por lo que pude percibir, la
producción de P4R+… requirió una baja inversión, consistente en los gastos que
implicó concretar la serie de entrevistas con las personas que lo frecuentaron
y la búsqueda de materiales de archivo, un combo que, convenientemente editado,
armó la secuencia donde pudimos apreciar la amplitud de facetas que caracterizaron
la personalidad de Walsh, que lo diferenciaron del rígido ícono en el que se
suele congelar a personalidades destacadas que merecen nuestra admiración y
respeto. En ese sentido es muy ilustrativo el texto de la sinopsis que a
continuación se reproduce y que acompañó el estreno del film en octubre del año
2000:
“Quienes más cerca de él estuvieron, nos brindan un Rodolfo Walsh distinto: valiente, mujeriego,
talentoso, amante del whisky, obsesivo, militante, lleno de dudas... pero
fundamentalmente humano”.
Quienes mejor lo conocieron y opinan sobre esas
sucesivas o coincidentes etapas y facetas fueron Ricardo Piglia, Lilia
Ferreyra, Osvaldo Bayer, Carlos Walsh, Susana (Poupeé) Blanchard, Martín
Caparrós, David Viñas, Patricia Walsh, Rogelio García Lupo y Mario Firmenich.
Y esta cuestión de lo humano en Walsh, nos hace
reflexionar sobre lo cuidadosos que debemos ser cuando a veces juzgamos y
catalogamos algunas otras sinuosas trayectorias: a mediados de los ’40 él perteneció
a la Alianza Libertadora Nacionalista, un grupo de jóvenes que adhirieron al nacionalismo
y a Perón en 1945, aunque después, dirigidos por Guillermo Patricio Kelly
derivaron para cualquier lado; a mediados de la etapa 1945-1955, se hizo
antiperonista y hasta gorila, al punto que en 1955, después de la intentona
golpista del 16 de junio, escribió una nota de elogioso homenaje a un piloto
que ese día había bombardeado y asesinado civiles indefensos en la Plaza de
Mayo, antes de ser abatido y muerto por las tropas leales a Perón; es necesario
tener en cuenta que él mismo pudo haber sido uno de esos pilotos, como lo fue su
hermano Carlos —uno de los entrevistados para el documental—, si la Armada no
hubiera rechazado su solicitud de ingreso debido a problemas físicos.
Hasta fines de 1956 su vida estuvo circunscripta a
corregir pruebas de galera para una editorial, traducir textos del inglés al castellano,
escribir buenos cuentos y ser un apasionado jugador de ajedrez después del
trabajo. En ese momento su vida dio un vuelco fenomenal cuando “en forma casual”
—como admite en el prólogo a la tercera edición de “Operación masacre”—se
entera de que hubo un sobreviviente a los fusilamientos que en junio de ese año
llevó a cabo la dictadura de Aramburu y Rojas en un basural de José León
Suárez.
A partir de entonces y hasta que lo desaparecieron,
pasó a ser un “intelectual comprometido”, con todas las implicancias, cuestionamientos
y discusiones que ese concepto incluía y aún incluye.
La manera que él lo entendió, lo acompañó de modo
consecuente hasta que lo desaparecieron, un día después de haber terminado de
escribir un cuento de ficción, que también desapareció cuando arrasaron su
casa, y la famosa “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”.
Sobre esas cosas y otras más, hablan en el
documental al que contribuyeron con su testimonio, algunos de sus amigos y
otros no tanto, además de sus mujeres y parientes. Creo que a quien no haya
visto este documental le vendría bien hacerlo porque le aportará una visión
distinta sobre un personaje nada común y su época; y para quienes ya lo
conocen, no les vendría mal repetirlo y, si es posible junto a quienes están
interesados analizar de dónde venimos y por qué.
Gracias. Muy buena reseña.Y me hizo recordar el emocionante momento compartido, homenajeando Nuestra historia con mayúsculas, y Rodolfo Walsh es parte de esta historia verdadera.
ResponderBorrarAcertadísimo el comentario de Mauricio Epsztejn acerca del documental “P4R” y “Operación Walsh”, fue en muchos aspectos un acercamiento certero a la vida y la obra periodística y literaria de Rodolfo Walsh, una personalidad controversial en ciertos aspectos, pero también plena de un compromiso y una militancia activa, lo que signo en cierta manera su trágico final.
ResponderBorrarEl ciclo dedicado a este notable autor de ficciones policiales, que luego inauguró con su obra más notable “Operación masacre” lo que se llamó de ahí en más; periodismo de investigación, nada que ver con lo que realizan en estos tiempos difamadores y escribas a sueldo de corporaciones o con la aviesa intención de perseguir algún lucro económico.
El documental tiene logros de indudable valor testimonial como son las declaraciones de su hermano, que en una muestra de su posición ideológica, justifica los bombardeos del ´55, cargando las culpas de las muertes (entre 300 y 400 personas) a las propias víctimas. También descubrirnos ese Rodolfo Walsh, seductor, alegre, enamoradizo y apasionado siempre, que su aspecto adusto pareciera contradecir.
Notable el haber dedicado este ciclo a este autor tan exquisito en su narrativa, como consecuente con su posición política. En lo personal me tocó en suerte, haber leído Operación masacre en la década del ´60, lo que me llevó posiblemente influido por su texto, que leí con apasionamiento en un solo día, a concurrir año a año a los homenajes que se rendían, aun épocas de dictadura a las víctimas de los fusilamientos del ´56, en el cementerio de Olivos, primero recorríamos la bóveda donde descansan los restos del general Juan José Valle cabecilla de la sublevación y después las sepulturas de Brión, Lizaso, y Carranza, hasta que la violencia de los ´70 relegó esas páginas trágicas a otras aún peores.
HECTOR ROSARIO PONCE