Adiós a Ana Albarellos

Ayer se fue la gestora cultural Ana Albarellos y desde el Programa Bibliotecas para armar la despedimos con las palabras sentidas de su nieta Camila Castro Chiesino . Por Camila Castro Chiesino Nunca nadie me agarró la mano como mi abuela. Entrelazaba sus dedos con los míos y curvándolos como hacemos cuando tomamos agua de una canilla, formaba un cuenco en el que se acumulaba el aire; y con un apretón brusco que unía ambas palmas, imitaba el sonido de un pedo. A medida que fui creciendo dejó de hacerlo de manera aleatoria y comenzó por aplicarlo en momentos más específicos, como cuando algo le causaba gracia, por ejemplo. Se le inflaban los pómulos; fruncía su boca en una tensión pícara y con sus ojos como dos medialunas, buscaba el brillo cómplice de los míos, para unirse ante la impertinencia de ese sonido. Era un aviso: ‘’Esto tomalo para el chiste’’. Esconderme atrás de la puerta de la heladera, para tomar agua del pico de la botella no va a ser lo mismo; y ya no habrá fantasmas