El pollito de fuego
En los años del Boom de la la literatura latinoamericana de también hubo espacio para la LIJ Siguiendo la tradición del relato oral infantil, Augusto Roa Bastos juega el juego del relato enmarcado para desplegar una escena en que una narradora cuenta cuentos, reúne a un grupo de niños a los que inquieta con su narración acerca de la verdadera historia del pollito de fuego. Allí los acontecimientos de la ficción no son solo abundantes, multifacéticos, complejos, sino que exhiben el modo en que todo pasa por la palabra: la historia, la repercusión mediática de la historia, la escucha que interpreta y exige otra palabra para el final. Todo es un acontecimiento de lenguaje, tal como nos cuenta María Laura Migliarino en esta nota para Libro de arena. Por María Laura Migliarino Lo primero que me llamó la atención de El pollito de fuego fue su título. ¿De qué otra manera podía ser un pollito que no fuera suave, tierno, amarillo y lo suficientemente adorable como para querer acaricia