Acerca de 76
Un libro de
cuentos, una recomendación de lectura, una reseña, un recorrido por 76, de Félix Bruzzone. Libro de arena comparte la lectura que realiza sobre los
textos allí reunidos Silvina Rodriguez. Las observaciones se centran en los
costados tiernos y crueles de la experiencia humana situados en el contexto del
último golpe militar, en los matices, los registros y las palabras que
organizan los diferentes relatos de este joven autor argentino.
Por Silvina Rodriguez*
¿Qué conocía yo del autor, antes de este libro?
Prácticamente nada. Bah, lo venía siguiendo por Facebook en sus impagables
crónicas pileteras (me había llamado la atención el título de su novela
"Barrefondo" y ahí me enganché) y también de las otras, las del tren,
acá o acullá, o sea lo venía siguiendo en su escritura. Y también en el hecho
de que el señor (va para los 39, recién o ya, depende) dicta talleres para que
una, que aspira a escribir para que otros tengan ganas de leerlo, vaya. A mí me
quedan lejos y me dan miedo, además. Si es cuestión de confesar, como dice la
colombiana... El asunto es que, habida cuenta de que Momofuku es una editorial
que me interesa (autores bastante jóvenes y noveles argentinos, temáticas
diversas de las que no quiero quedarme afuera) y que justo, justo, salió esta
nueva edición del viejo libro de cuentos del hombre, me lo compré. Y lo leí.
Claro, no son las breves crónicas que una lee por estos lares. Son unos señores
cuentos. Digo, hay un estilo que te lleva. No me preguntes cuál es, o cómo es.
Descontracturado. Desenfadado. Tierno a veces. Muchas otras, cruel.
El primer cuento, fijate, "En una casa en la
playa", es el discurso directo de un chico de ocho, nueve años, contado en
presente, y también es la historia de tres chicos de entre nueve y doce años. O
un texto donde se habla de padres muertos. Varios. O del despertar sexual de
estos chicos a través de la metáfora de una revista porno...También está la
abuela, que hace las veces de madre. Y de golpe, siempre, irrumpe y te hace un
nudo en el estómago: "Cuando mi abuela me contó lo de mamá, que ella y la
mamá de Ramiro eran tan amigas, que averiguar lo que les pasó es muy difícil,
pero hay que hacerlo, que hay tiempo, que tengo toda la vida para eso, yo me
puse así, nervioso, porque toda la vida puede ser algo muy largo".
El segundo es "Unimog", sí, así se llama, y el
protagonista, que perdió al padre (en Córdoba, ponele, ca. 1975), se obsesiona
y se lo compra, sí, un Unimog porque su padre había manejado uno y emprende un
periplo del héroe en busca de...Y el registro es distinto, esta vez hay una
narración muy mechada por los diálogos y una especie de esperanza, al final.
Por ejemplo: "Después, él intentó explicar que su padre había manejado un
Unimog y que el Unimog que él había comprado era, en cierto sentido, el que
había manejado su padre. Dijo que había que abrir la puerta a los demonios del
camión..."
En "Otras fotos de mamá" (andá a saber por qué,
me viene un dejà vu de Cortázar y algunos cuentos de "Bestiario", con
el título nomás, no es una cuestión de estilo, o sí, qué sé yo), lo que te
cuenta está en otro lado... Por ahí por eso son "otras fotos". Porque
el quid de la cuestión es siempre cómo te lo cuenta. De un modo tal que se hace
imposible dejar de leer.
Y todo está atravesado, claro, por el hecho de que Félix
es hijo de desaparecidos. Padre y madre. Pero el modo en que este autor
resignifica estas pérdidas en todo lo que escribe es una novedad, al menos para
mí como lectora. Otros signos, otros símbolos. Miren "Fumar bajo el
agua" (por alguna razón el título me recuerda a "Nadar de pie"
de la tipa Sandra Camino), que empieza: “En marzo del '76 desapareció papá. En
agosto nací yo, el 23. Y en noviembre, dos días antes del nacimiento de mi
prima Lola -con quien me casé a los 27-, desapareció mamá. Mi tío Hugo - padre
de Lola- dice que en el '78 yo, frente a una TV recién comprada, ya gritaba
"tin-tin-tina"..."
Imaginate la cantidad de información que te zampó, de un
saque, en los cuatro primeros renglones del cuento. Y no te dijo nada. O ya te
lo dijo (casi) todo.
Bueno, tampoco es cuestión de "spoliear", como
dicen hoy, el libro de marras. Son diez cuentos, y "2073", el último,
podría ser una nouvelle. Cualquier cosa, van y se lo compran.
76
Félix Bruzzone
Buenos Aires, Tamarisco, 2008
*Silvina
Rodríguez es feriante de Tierra de
Libros y disfruta compartir sus reseñas de los libros que más le han
impresionado.
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