El arte del drama

Doble premio Pulitzer, nacido y criado al calor del "sueño americano" al que tanto criticó sin embrago, sus obras trascendieron su tiempo y lugar. A diez años de la muerte del dramaturgo norteamericano Arthur Miller, Libro de arena publica una breve semblanza del autor a manera de homenaje. 



Crítico, díscolo, iconoclasta, Arthur Miller es reconocido como uno de los más importantes dramaturgos del siglo XX. Su actitud contestataria se vio proyectada no solo en sus obras sino también en su compromiso político. Fue un actor activo contra las ideologías consumistas y masificadoras nacidas del “sueño amerciano” a las que constantemente denunció por su costado deshumanizante y cosificador, además de manifestarse abiertamente en contra de la intervención estadounidense en Vietnam y Corea; y en el final de su vida, combatió las políticas de Bush a las que denunciaba en La política y el arte de actuar, un alegato contra el establishment político de su país. La caída económica de su familia, tras del crack del ‘29, lo situó tal vez en una nueva perspectiva que le permitió observar y vivir de cerca las penurias que no había conocido en la previa holgura, cuando debió mudarse del Central Park a Brooklyn. Trasladó esa sensibilidad a sus obras en que supo plasmar las problemáticas de la sociedad en que vivía siguiendo el camino de Ibsen a quien admiraba. Sus inicios en la escritura de guiones de radioteatro señalaban ya el recorrido que inauguraba hacia la producción dramatúrgica. Así escribió Muerte de un viajante (1949), que le trajo reconocimiento con el primer Pulitzer y fama en todo el mundo. En 1985 fue llevada al cine con Dustin Hoffman como protagonista. Otras de sus obras son Todos eran mis hijos (1947), que escudriña la actividad de los que se aprovechan de la guerra, y Panorama desde el puente (1955), pieza que trabaja la llegada de inmigrantes a Estados Unidos, y por la que obtendría el segundo Pulitzer. Su obra Las brujas de Salem (1953), un alegato contra la intolerancia y el puritanismo ambientado en 1692, era en realidad una denuncia contra las investigaciones que desde 1946 llevaba a cabo el denominado Comité de Actividades Antiamericanas conducido por el senador McCarthy, y también fue llevada al cine, con su yerno como protagonista, Daniel Day Lewis, en 1996. Además de una enorme producción escrita tuvo tres esposas, entre ellas Marilyn Monroe con quien estuvo casado por un tiempo. Vivió 90 años, (1915-1005) y será seguramente siempre recordado en sus textos y las reflexiones que han dejado. Para Miller, quien sabía de los dramas propios y los ajenos “El carácter de una persona lo determinan los problemas que no puede eludir y el remordimiento que le provocan los que ha eludido.”

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