Bibliotecas para Armar: la creación de comunidades lectoras

El pasado 25 de septiembre en la Biblioteca del Congreso de la Nación se realizó el 2° Encuentro BCN para la mediación de lectura en bibliotecas: unidas hacia la agenda 2030. El Programa Bibliotecas para armar participó de las jornadas con una intervención de la docente María Trombetta en la que se refirió a cómo se conciben e implementan desde el Programa, las actividades de promoción de la lectura.



Presentador: Iniciamos entonces el encuentro de la tarde. Estamos con María Trombetta, del Programa Bibliotecas para armar. Ella nos va a contar específicamente sobre el Programa. Muchísimas gracias por estar con nosotros. Los dejo entonces con ella.

María Trombetta: Buenas tardes. Yo soy María Trombetta, trabajo en el Programa Bibliotecas para armar, que depende de la Dirección de Libro y Promoción de la Lectura del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad. Estoy acompañada por la coordinadora del Programa que es Daniela Rodríguez. La idea es que yo les cuente acerca del Programa, y después, si tienen alguna inquietud, alguna pregunta, la podamos compartir. 
Quería empezar mostrándoles esta foto; ahí estoy yo. La nena de buzo rojo se llama Anto, tiene seis años y me la encontré la semana pasada, en el Hospital de Odontología Infantil de La Boca.  Desde el Programa estamos acompañado la iniciativa de una trabajadora del hospital, que tiene la intención (más que intención ya es una realidad) de gestionar un espacio de lectura en la institución. Se nos pidió un acompañamiento durante un cierto tiempo, para poder adquirir algunas herramientas para trabajar con el público que va al hospital. La actividad ya había terminado, y Anto se acercó; yo la invité a leer, estaba la hermanita ahí, también. Pasamos un rato muy agradable leyendo las dos, después la mamá les dijo que se tenían que ir, y se fueron. Y quería contrastar esa foto con esta otra foto, la de hoy aquí, donde hay tantas personas que son mediadores de lectura. Sé que están interesados en la mediación de lectura, porque de eso se trata la jornada de hoy. 
Para comenzar a conversar y contarles cuál es el trabajo que hacemos en Bibliotecas para armar, quería destacar este movimiento que va de lo particular, de lo individual, hasta lo más general, y vuelve otra vez a cada uno; ese es el circuito de los espacios comunitarios. Así que vamos a empezar con la charla. 
Voy a comenzar con algunas preguntas, como en un juego, para que ustedes se vayan imaginando. La primera sería: qué tiene que ver, por ejemplo, Romeo y Julieta con un secador de pelo; un monstruo con un tomate, un abogado con el día del niño, un héroe griego con un club de fútbol, una mariposa con una aguja de coser. Son preguntas que vamos a ir resolviendo a lo largo de esta charla. 
Vamos con la primera, que es la del secador de pelo con Romeo y Julieta. Estos dos elementos, que aparentemente no tienen nada que ver, coincidieron en el proyecto Leyendo espero, que fue una actividad que se desarrolló en 2014, como parte de las propuestas de Bibliotecas para armar. La idea original fue la de instalar pequeños dispositivos de lectura en peluquerías. Así como ahora estamos acá, en una de las dos bibliotecas más importantes del país, un lugar en el que la información se resguarda, se preserva, y uno se acerca a buscar algún material de lectura, la propuesta Leyendo espero era un poco al revés: acercar las bibliotecas allí donde surge la necesidad del lector. En una peluquería, uno tiene tiempo para leer. Se donaron entonces unos pequeños dispositivos móviles con una dotación de libros que quedaron en las peluquerías para ser consultados por el público que las visita. Se pueden llevar libros para consultar, porque en general el público de las peluquerías es bastante fiel, puede llevarlos a su casa o cambiarlos por otro. Y puntualmente, Romeo y Julieta coincidieron con el secador de pelo en una actividad que hicimos en el marco de este proyecto, que se llamó Amores de papel, y en el que visitamos algunas de las cincuenta peluquerías participantes para hacer una actividad de conmemoración del día de los enamorados. Llevamos lecturas referidas a parejas famosas de la literatura: Romeo y Julieta, Elizabeth y el señor Darcy, de Orgullo y Prejuicio, Juan Carlos y Nené, de Boquitas pintadas... Luego de compartir la lectura le pedimos al público presente que compartiera sus propias historias de amor. Fue a partir de esas historias universales que cada uno de los asistentes pudo reconocerse a sí mismo, con los puntos que tienen en común, recordando sus propias historias de amor. Acá creo que la primera pregunta está respondida. 
Les cuento ahora un poco la historia de Bibliotecas para armar, que es un Programa que está en funcionamiento desde el año 2004. Trabajamos básicamente en bibliotecas y espacios de lectura comunitarios que están alojados en instituciones cuya finalidad principal es otra: Centros de salud, Centros de Primera Infancia, hospitales, Hogares de personas mayores, institutos penitenciarios, comedores comunitarios… El objetivo del Programa desde el inicio fue desarrollar proyectos que permitieran el acceso a la lectura de esas poblaciones en situación de vulnerabilidad social. Considerando al libro como recurso, como un medio de promoción cultural. Así se fue conformando una red de instituciones con las que nosotros trabajamos. 
Tenemos tres ejes de trabajo en Bibliotecas para armar. Uno de ellos es la recepción de donaciones de libros de particulares, y su distribución en estos espacios comunitarios, teniendo en cuenta los intereses del público al que ellos se dirigen. Otro es la capacitación a referentes de estos lugares pero que están abiertas a todo el público interesado que quiera participar. Para darles un panorama sobre estas capacitaciones, tenemos una capacitación en Narración Oral y Lectura en voz alta, a cargo de Diana Tarnofky, a quien deben conocer, porque es una narradora muy reconocida en el medio; otra de Cine y literatura, y otra (que dicta el mismo docente), un Laboratorio de literatura infantil y juvenil, de producción y análisis, a cargo de Mario Méndez, escritor y personalidad destacada dentro de la LIJ. Otra, que es la más nueva y estamos profundizando, es la de Lectura para la primera infancia, en los CPI, a cargo de María Laura Migliarino, (ya van a ver que es para primerísima infancia) y otras dos, una sobre proyectos de animación a la lectura que es un poco de lo que estamos hablando ahora, y otra para Auxiliares de bibliotecas comunitarias.
Les decía que de lo que vamos a hablar es de los tipos de actividades de promoción de la lectura, destinados en principio al público que asiste a estos espacios. Estos ciclos los pensamos a partir de cruzar la literatura con otros lenguajes artísticos. Cada uno de los integrantes del equipo docente, se especializa en alguna de esas áreas. Yo soy docente de teatro, hay compañeras que se formaron en el área de las artes visuales, una compañera trabaja específicamente en el tema de la animación digital, hay docentes de ramas de la literatura directamente, y otra especialista en música. El objetivo de trabajar en estas actividades, que se piensan con diferentes alcances (hay encuentros que empiezan y terminan en el mismo día, están los proyectados en el tiempo), es proponerles a los participantes que se acerquen a la lectura a partir de permitirles la participación en una actividad que está “reglada” con los códigos de determinado lenguaje artístico, y que les permita hacer una elaboración de lo leído, dando como resultado un producto diferente. Tratando de conectar lo que esa persona ya sabe, con lo que leyó.  Que tenga que ver con la lectura realizada, pero que sea un producto original, nuevo, distinto. 
La idea es trabajar en la conformación de comunidades lectoras; buscar los puntos en común, para que los lectores puedan reconocer cómo dialoga su historia personal con el texto que acaban de leer, o que se acaba de desarrollar en la propuesta. El por qué trabajamos con distintos lenguajes artísticos, tiene que ver con la idea de que el arte involucra al individuo en todas sus dimensiones. Es importante lo cognitivo, el interés, la motivación. Cuando transmito estos conceptos en la capacitación en animación a la lectura, tengo claro que no siempre un mediador de lectura tiene que haber transitado por el teatro, la música o las artes visuales. Tenemos ahí, bien cerquita del arte, otra disciplina que es inherente al ser humano y que nos ofrece también trabajar en estos espacios, que es el juego. Se hacen juegos con algún elemento artístico, o se toma algún procedimiento de cierta disciplina artística y se lo utiliza de un modo lúdico. 
El objetivo es poder brindarle al otro una consigna de trabajo que lo empuje, que lo ayude y que no lo angustie. Por ejemplo, la clásica “leemos y después dibujamos”: eso en principio puede estar bien, pero llega un momento en el que se agota. O “dramaticemos”, esa es una consigna imposible de resolver sin un contexto adecuado. Entonces, tomamos algún elemento de lo corporal, de la gestualidad, el espacio y lo utilizamos en el diseño de la actividad. Haber transitado por alguna disciplina artística le permite al mediador poder ajustar la consigna y transmitirla de manera tal que el que la está recibiendo no se angustie ni se quede paralizado. 
Bueno, ahora viene la respuesta a la incógnita del monstruo y el tomate. Este proyecto se desarrolló en CPI, que son Centros de Primera Infancia distribuidos en toda la Ciudad de Buenos Aires. Son Jardines, que no dependen del Ministerio de Educación sino del de Hábitat y Desarrollo Humano. Asisten niños y niñas desde los cuarenta y cinco días hasta los cuatro años. Particularmente, este proyecto consistió en compartir con los nenes y las nenas de salitas de tres y cuatro años, lecturas con historias de monstruos, que ustedes saben que a esa edad es un tema que interesa mucho. 
En cada encuentro, luego de que escuchaban un cuento y veían imágenes de libros de las más variadas procedencias y tradiciones; las docentes a cargo del proyecto registraron los comentarios de los niños y las niñas. Con toda esa información armamos un guion (ahora no se puede escuchar porque es muy complicado) con las voces de los nenes, que van describiendo cómo es ese monstruo, que tiene un corazón que es ¡un tomate rojo! Ese guion, que se armó con las voces de los niños, lo compartimos con la ilustradora Didí Grau, que le puso imágenes al video. Nuevamente el movimiento del que hablamos antes: las historias de monstruos, escritas por autores de todo el mundo, de las tradiciones de cada lugar, fueron contadas a niños y niñas de los CPI de los barrios de Once y de Colegiales, que forman parte de familias con sus propias historias y sus propias tradiciones, y se convirtieron en una cosa distinta: el corto animado. Una vez que estuvo terminado, se presentó en una fiesta con las familias. 
Ahora vamos al interrogante de qué tiene que ver un club de fútbol con un héroe. Si les digo que el club es Argentinos Juniors, por ahí se les ocurre algún héroe, pero como es un poco polémico, no vamos a hablar de él ahora. El héroe en cuestión es Ulises, u Odiseo, de La Odisea, la historia clásica. En esa ocasión trabajamos con cuatro grupos de niños y niñas de nueve a doce años, cuatro docentes.  Yo desde el teatro, otra docente de Literatura, una narradora y una especialista en artes visuales. Durante diez encuentros, en los que leímos y leímos muchas versiones de La Odisea  y otros textos que ayudaban a que los chicos comprendieran, por ejemplo, la mitología, la relación de los griegos con sus dioses, que es distinta a la de nuestra cultura. Cada uno de esos grupos pensó un juego para compartir con los otros chicos que estaban, en simultáneo, haciendo el mismo trabajo en los otros grupos, juegos que estaban basados en los diferentes momentos de las peripecias del héroe, en el recorrido de Ulises, y exigían usar la inteligencia, como el protagonista, para resolver las dificultades con las que se iban encontrando. En una parte de este video que estamos viendo, la docente narradora, en uno de los grupos, cuenta justamente que La Odisea es una historia que no estuvo pensada en su origen como un texto escrito, sino que se transmitía oralmente, de padres a hijos, de abuelos a nietos y de generación en generación, hasta que quedó el texto que hoy se le atribuye a Homero. Y en medio de la intervención de la narradora, un niño de diez o doce años dice: “Yo se lo voy a contar a mis hijos, y mis hijos a sus hijos, y así…”. Otra vez, la historia clásica surgida hace 2500 años atraviesa el mundo y el tiempo para llegar a Buenos Aires, en donde niños de diez años la reincorporan, la procesan, y la proyectan hacia adelante, hacia el futuro. 
Bueno, vamos al otro interrogante, al del abogado y el Día del niño. Este proyecto de animación se realizó en la cárcel de Devoto. La propuesta había sido la de trabajar con un grupo de internos, con un docente especialista en ese lenguaje, en la selección de un material que pudiera ser adaptado para hacer un video. Y que ese fuera el regalo que los papás, que estaban privados de su libertad, les hicieran a sus hijos e hijas para el Día del niño. Tuvieron que leer muchos cuentos, hasta que eligieron Pinocho el astuto, de Gianni Rodari, que es una relectura del Pinocho de Collodi. 
En la adaptación que hicieron, (no sé si conocen esta versión, la tengo que contar porque si no, no se entiende), Pinocho se da cuenta de que si le crece la nariz diciendo mentiras y él serrucha el excedente de madera, con eso puede fabricar muebles y progresar económicamente. Entonces empieza a mentir y mentir y cada vez le va mejor. Hasta que en un momento descubre que se le agotaron las mentiras. No tiene más mentiras para decir y se está quedando pobre. Entonces se le ocurre contratar a un mentiroso profesional. No quiero herir ninguna susceptibilidad (Risas), pero en la versión que hicieron los internos de la cárcel de Devoto, cuando Pinocho va al domicilio del mentiroso profesional, éste tiene un diploma de abogado y una placa. (Risas) Así, otra vez, los niños compartieron con sus papás un momento distinto a los que seguramente suelen compartir, porque en su día se encontraron con algo pensado y hecho para ellos. Fue el regalo que recibieron ese Día del Niño. 
Y llegamos a la relación entre la aguja de coser y la mariposa. Vieron que hace un rato les dije que en Bibliotecas para armar estábamos adentrándonos en el tema de la literatura de la primerísima infancia. En los mismos CPI, donde les dije que hay niños de cuarenta y cinco días a cuatro años, se trabaja en este caso para las salitas de uno y dos años. Chicos que no saben leer, que recién están empezando a hablar. Se ofrecen charlas a las educadoras de los CPI, sobre la importancia de la lectura y de la incorporación de la palabra, y luego se convoca a los papás y las mamás para que entre todos confeccionen un libro de tela. 
Adaptando algún cuento, o alguna canción infantil que todos conocen, se trabaja con texturas, con telas y colores, y finalmente el producto se presenta en un encuentro con cuentos y con juegos, donde los chicos reciben ese regalo y lo tienen a su disposición en su sala. 
Hubo otra experiencia, que se realizó este año en el Hospital Piñero. Las referentes del hospital se pusieron en contacto con nosotros. En principio la idea fue, (y de hecho se hizo), trabajar en la sala de espera de Pediatría, y como son muy inquietas, junto con mi compañera del Programa, María Laura Migliarino, elaboraron un proyecto para trabajar en la sala de Neonatología, con las mamás de los bebés que están internados porque tuvieron algún problema al nacer, y en la sala de Obstetricia, donde están las chicas que acaban de tener un bebé. Con ellas también se compartieron lecturas y estrategias para compartir historias con los niños, desde el primer minuto de vida.

Para terminar esta intervención, aquí encontrarán las redes del Programa para que puedan seguirnos y estar al tanto de nuestras propuestas.

Quise buscar algún texto literario para compartir con ustedes, y encontré un poema de Roberto Juarroz, que tiene que ver con los propósitos que tenemos desde el Programa cuando mediamos lectura.

Levantar el papel donde escribimos 
y revisar mejor debajo

Levantar cada palabra que encontramos
y examinar mejor debajo

Levantar cada hombre 
y observar mejor debajo

Levantar a la muerte
y escudriñar mejor debajo

Y si miramos bien
siempre hallaremos otra huella.
No servirá para poner el pie 
ni para aposentar el pensamiento 
pero ella nos probará 
que alguien más ha pasado por aquí. 

Muchas gracias.

APLAUSO 

MT: Les cuento que en estos días están empezando muchas capacitaciones. Los escucho si quieren preguntar algo. 

Asistente: Yo tengo una duda generalizada, con lo de la narración y la mediación de la lectura. Me ha tocado en una experiencia, tener que hacer una lectura a un público general, en donde no podía encontrar un criterio. Por ejemplo, una Feria del Libro, donde vos no sabés que tipo de público vas a tener. ¿Cómo podemos hacer para encontrar una lectura acorde a todas las edades? ¿Adónde tendríamos que apuntar? ¿Al más chico, al mediano, al mayor? ¿Cómo lo manejás? 

MT: Te digo lo que hago yo. Primero, buscar algo que no deje afuera a nadie, sobre todo a los niños que son los que tienen más facilidad para desconcentrarse. Yo elijo algo que me gusta a mí. Algo que me dé ganas de leer y de compartir, que me genere imágenes, porque lo que nosotros hacemos no termina en la lectura, sino que siempre proponemos una actividad. La idea es que siempre el otro haga algo, que no se limite solamente a escuchar y nada más. Entiendo que tal vez, una profesora de lengua necesita pedir que se lea un cuento y se reconozca un sustantivo. En el caso de nuestras actividades, la idea es que el otro elabore algo con lo que leyó. Un producto que puede ser oral. No se termina en la lectura.  Por ejemplo, el otro día en el Hospital de Odontología trabajamos con un libro sobre el miedo de Olga Drenen que propuso la referente, porque a ella le interesaba. Era para niños chicos. Cuando llegamos estaban los nenes con los papás, porque es un lugar al que los nenes van con los papás, y los que más participaron fueron los adultos. Preguntábamos a qué le tenían miedo y decían que a la inseguridad, que no es algo a lo que un niño le tenga miedo. Es algo a lo que le tiene miedo un adulto. En ese caso, se trabajó con ese libro porque era el que la referente quería. Es un criterio.

Asistente: Cuando decías que arman las bibliotecas con libros donados, ¿quién se los da? 

MT: Son donaciones que recibimos de particulares. En las peluquerías eran esas pequeñas bibliotecas; en el caso del resto de las instituciones suelen tener su propio mueble y les donamos periódicamente el material que piden.

Asistente: No es que se compra material especial… 

MT: No se compra. Ese es el sentido comunitario. Es la misma sociedad la que hace circular el material, por supuesto evaluado, clasificado.

Asistente: Y para donar ese tipo de material nos conectamos con…

MT: bibliotecasparaarmar@gmail.com  Recibimos con mucha alegría literatura infantil y juvenil. 

Asistente: Yo estoy en una biblioteca popular y estábamos pensando en realizar algunas de estas actividades de promoción de lectura y no sabíamos bien cómo encarar este proyecto. Estaría bueno estar en contacto… 

MT: ¿Son de la ciudad de Buenos Aires? 

Asistente: Zona Sur. Alejandro Korn.

MT: Nosotros no podemos cruzar el Riachuelo…

Asistente: Bueno, podemos intercambiar algo por mail. 

MT: Algo sí.

Daniela Rodríguez: Tenemos una publicación digital a la que subimos material… 

MT: El año pasado nuestra publicación recibió el premio Pregonero. Ahí pueden consultar todo el material.

Asistente: Bueno. Habrá que consultar todo el material. 

MT: Se ponen en contacto, y si ustedes quieren venir a nuestras capacitaciones por supuesto pueden hacerlo.

Asistente: Nosotros estamos haciendo el taller de narración que nos brinda Laura Cotton, que trabaja en una biblioteca; de hecho, vinimos con ella. 

Señor de la Biblioteca del Congreso: Bueno, es un momento en el que hay mucha actividad alrededor de la promoción de la lectura y de la búsqueda de nuevas estrategias. Ha sido un gusto poder contar con vos.

APLAUSO FINAL

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