Ruth Kaufman y Raquel Franco: “Todas las culturas estamos contando las mismas historias”

En esta segunda parte de la entrevista con las editoras de Pequeño editor hablamos de las colecciones, de las apuestas osadas, de “rarezas”, de la participación histórica en las ferias nacionales y los viajes a las ferias internacionales, de los cuentos que viajan por el globo, de hacer LIBROS, con mayúscula. Una magnífica charla.



Mario Méndez: Recién mencionaban que el cuento de Oche Califa en uno de los libros de la colección Los Duraznos también es para los grandes. Y eso me da pie para hablar del título de una de las colecciones de pequeño editor, que es Incluso los grandes. Ese título me parece fabuloso, y me gustaría que hablen un poco de la colección. 

Ruth Kaufman: Está ese texto de Michel Tournier, Incluso los niños, que lo leímos hace mucho. Hay una recopilación que hizo Maite Alvarado, con Daniel Link, también hace mucho. Michel Tournier es un escritor hermoso, tiene novelas y cuentos muy lindos. Y él dice que “los buenos libros para niños”, son “incluso los niños”. O sea, son libros para grandes que incluyen a los niños. Esta colección discute esa idea, y dice que son  libros para niños que incluso los grandes pueden leer. También tiene un trasfondo esto, porque yo pensaba que él pone come ejemplo Alicia en el país de las maravillas. Y ahí, para mí, se equivoca, porque ese es un libro escrito para una niña, que incluso los grandes podemos leer. Y como escritora, creo, hay que ponerse en que escribís para niños. Yo no estoy de acuerdo cuando la gente dice que no escribe para niños. Yo creo que sí, yo escribo para niños. Hay restricciones que tiene la literatura infantil. Por ejemplo, no podés tener una densidad intertextual muy grande. Porque tus lectores no tienen mucha experiencia lectora, así que si vas a hacer que todos tus chistes sean de intertextualidad, te vas a reír sola. Yo trabajo con Bea Diuk, y ella me pone restricciones sintácticas, léxicas, del uso de pronombres… Para mí, bienvenidas. Son parte del juego, y no va a ser un mal libro porque tenga restricciones. Lo bueno o lo malo me parece que pasa por otro lado. Incluso los grandes tiene que ver con eso, con que son libros para niños, y niñas y niñes. 

Raquel Franco: Además me parece que hace referencia a algo que estamos mencionando en todos los casos. Que un libro para un niño también es disfrutable por el adulto que lo comparte. Cuando empecé a participar de pequeño editor, lo hice porque me enamoré de un libro que hizo Ruth con Cristian Turdera, que es La reina Mab, El hada de las pesadillas

RK: ¡Es verdad! ¡Ahora me acuerdo! Nos conocimos trabajando en Longseller...

RF: Ruth era autora y yo estaba diseñando una colección. Creo que fue en el 2006. La conocí del otro lado de una mesa gigantesca donde estábamos reunidos un montón. La reunión parecía importante. Y Ruth comía uvas. Era el mes de febrero. Me dijo que quería mostrarme algo y me tiró La reina Mab, que es un libro hermosísimo. Mi primera interpretación de ese nombre, fue que en realidad se refiere al hecho de la mediación. Incluso los grandes, en esta situación de lectura con un niño estamos invitados a eso. Incluso los grandes disfrutamos de la situación de lectura, y es un placer estar leyéndole a un niño, porque ese libro, de alguna manera, nos habla a nosotros como adultos. A mí ese libro me cautivó como grande, y es el culpable de que me vean acá con el grillete en la mesa. Uno hace eso con los grandes amores, no sabés si es una maldición o una bendición. (Risas).

RK: Pero bueno, está prohibido el llanto, porque rápidamente derrapamos hacia ahí. 

MM: Pasamos por el cartoné sin hacer ninguna mención a lo caro que está el cartón, lo eludimos, para no llorae. También hay otra colección, de la que me gustaría que hablen, que es la de los informativos. La colección Zoom.  

RF: Nosotros amamos esa colección. Es una colección de gran esfuerzo y trabajo porque siempre requiere investigación, pero además, porque siempre buscamos que haya distintos puntos de entrada a un tema. 

RK: Éste, del que hablamos antes, es de Zoom. (Muestra Con la cabeza en las nubes).

RF: Esa idea del Zoom, es porque hace foro en un tema, lo explora a través de distintos discursos y lenguajes. En el caso de las nubes, desde el lenguaje de la ciencia, desde la ilustración, desde la actividad de la imaginación. Nuestro libro Abecedario, también es de esa colección. Un libro en tamaño real, también.

MM: Es un libro muy premiando Abecedario, ¿no?

RF: Sí, y para nosotros, icónico, porque son los libros que hemos hecho entre los tres, además. Y los tres tenemos cabezas muy distintas. El ejercicio de hacer algo entre los tres es alucinante. Es muy discutido, con mucho intercambio. Entonces los queremos muchísimo. Y la colección es también producto de esas tres cabezas. Y estamos preparando un libro sobre Julio Le Parc, su obra, su trabajo y su concepto artístico. Está muy grande, él sabe perfectamente que estamos trabajando en eso con una especialista en didáctica del arte, y llegando a un acuerdo con él sobre el diseño y los materiales para sacar ese libro el año que viene. Así que estanos súper entusiasmadas, es como nuestro niño mimado del momento, porque nos permite hablar del juego y del arte en sí, como concepto y como actividad vitar. El arte como actividad vital, que es lo que es Le Parc. 

MM: Además de esto, ¿en qué andan? ¿Qué están proyectando?

RK: Por ejemplo, este libro que salió este año, (muestra Tres huevos azules), el corazón
en la literatura siempre está. 

MM: Recordanos quiénes son los autores. 

RK: Cris Macjus y María Elina Méndez. Tuvo un premio de ALIJA este año. Cris es muy buena escritora y este, para mí, es uno de sus textos más lindos. Es una prosa… a esta altura del partido hay libros con los que vos sentís... ”¡Qué alegría! ¡Ahora me acuerdo de por qué me gustaba tanto leer!” No pasa todo el tiempo. Es hermoso poder publicar estos libros, y las ilustraciones de María Elina acompañan, abren para otros lados, como si fueran dos sensibilidades muy diferentes que se conjugan y arman algo muy lindo. Tiene algo de Quiroga pero contemporáneo, por la corrección. Hay un cuento famoso de Quiroga, “La corrección”, y acá hay una corrección también. ¿Te gustó el libro, Sebastián?

MM: Un clásico de los lunes es que Sebastián, que fue miembro del jurado, y Debby que fue coordinadora, hablen de los libros que fueron premiados este año…

Sebastián Vargas: Sí, sí, el libro me encantó. Es fantástico, es hermoso, las ilustraciones son preciosas, y los cuentos de Cristina son espectaculares en este libro. Ella siempre es una autora muy interesante de leer, por su búsqueda literaria. En todo lo que hace, pero en este libro la verdad es que estos cuentos ambientados en la selva son maravillosos. Es una familia en el borde de la selva y los cuentos son espectaculares; tienen ese aire quiroguiano, y la verdad es que es u librazo, un libro muy, muy lindo. 

RF: Son conmovedores y son profundos. Tampoco es algo tan usual, y también habla de otras niñeces. No urbanas, etcétera. 

MM: Tengo entendido que Cris se crió en Misiones. 

SV: Sí; tiene un componente autobiográfico, claramente. 

RF: Tiene una mirada sobre los adultos muy linda, también. 

SV: Sí, y sobre la relación con la naturaleza y cio los animales. 

RF: Nosotras, con Ruth, queríamos hacer una serie de libros dentro de esta colección, que hablaran de nuestra relación con la naturaleza. Y entonces escribimos a algunos autores en particular, preguntándoles si tenían material que nos permitiera sumarlo a esta idea. Y llegaron estos cuentos y era todo lo que necesitábamos. No queríamos ninguna otra cosa, era eso lo que estábamos buscando. De la relación con los animales muy especialmente. A mí me asaltan preocupaciones que tienen que ver con el estar parada en el mundo e imaginar cómo están parados en el mundo los niños y las niñas. Y la relación con los animales es un tema casi angustioso, pasa por lo filosófico y por lo experiencial. Y convertir eso en literatura no es tan sencillo. Así que muy feliz con ese libro. Es muy lindo ser editor y estar feliz con el catálogo. 

MM: ¿Y cómo fue buscarle una ilustradora? Porque llegaron los cuentos y había que buscar una ilustradora que “maridara” con lo de Cristina. ¿Cómo la eligieron? 

RF: No me acuerdo bien…

RK: Fuimos mirando ilustradores y María Elina tenía un libro salido hacía poco…

RF: Sí, tenía una sensibilidad para la flora… algo así. Su sensibilidad para mirar la naturaleza. 

MM: Te das cuenta, Raquel, que estamos grandes. Nos acordamos del 2002, del 2005…

RF: Y no de lo que pasó hace un año y medio. Cuando pienso en mi propio cerebro pienso en una alfombra de la Feria del Libro, bien pisoteada, bien atravesada cotidianamente por muchos pasos, muy percudida ya…

MM: Pero de la Feria del Libro, no es poca cosa. 

RF: Obviamente. Va con una anécdota. La Feria del Libro siempre empieza en la fecha en que mi hijo mayor cumple años, el 23 de abril. Entonces yo nunca estoy en su cumpleaños, porque es la inauguración de la Feria, estoy ocupadísima los días anteriores y los días siguientes. Cuando tenía ocho o nueve años me dice: “Mamá, yo creo que te arruiné la Feria del Libro, porque ahora siempre estás pensando en mí en estos momentos en los que a vos te gusta trabajar”. Y le dije que antes de que él naciera, yo no iba todos los años a la Feria del Libro, porque no tenía una editorial, no trabajaba dentro de una editorial de esta manera. Y me dijo: “¿Por qué? ¿Desde que yo nací a vos te gusta hacer cosas raras?” (Risas).

MM : Qué bueno. ¿Editar los libros de Pequeño editor es editar cosas raras? ¿Son raros los libros? ¿Es raro el proyecto? 

RK: Creo que no. Por ahí, un poquito. Nos ha pasado que escritores que publican en sellos grandes y ganan mucho dinero nos mandan sus cosas raras a nosotras. “Esto me lo rechazaron todos pero pensamos que a ustedes les va a gustar”. Y a veces es cierto y otras veces, no. Por lo que nos mandan, digamos que nos ven un poco así. Cuando estábamos pensando en  el proyecto nos vino a visitar a Colonia Vicente Ferrer, de Media Vaca. Para mí, eso fue una marca. El de él es un proyecto que se puede sostener mucho tiempo sin tener un retorno económico. A la larga lo fue logrando. Arrancó con libros con una tapa de no sé cuántos gramos… No era esto lo que podíamos imitar, pero sí el espíritu. Él quería publicar LIBROS. Así, con mayúscula. Un deseo de hacer algo con lo que vos estás afín, convencida, coherente. Queremos tener público, queremos vender, pero sin hacer algo “comercial”. Que solo tenga sentido porque va a vender. Eso no significa que vas a hacer cosas que no querés que vendan, pero que la venta de algo que sabes que va a vender, no sea el motivo único por el que lo vas a publicar. Eso creo que no. Y también el lugar que tuvo la poesía muchos años en el sello. Un género que no se publicaba. Se publicaba una poesía muy clásica, siendo que María Elena Walsh había publicado Zoo Loco hacía muchísimos años. Pero después se publicaba poesía rimada muy clásica, y por ahí, los primeros libros de Pequeño editor, que eran álbumes de poesía de Wapner, de Iannamico, nos dio fama de raros. 

MM: Por ahí lo raro es esto que dijiste recién, que también define a todo un sector
editorial, que es no publicar solo aquello que va a vender. Que no sea porque va a vender que lo publicamos. Esa tendencia a lo cultural que convive con lo económico, porque tiene que haber un retorno, pero no es ese el objetivo principal. Dentro de la lógica económica, eso es lo raro. Está buenísimo. Lo voy a usar para cuando hable de Bourdieu en clase. Otra de las cosas que también están buenísimas es que ustedes siguen su relación con su público. También ofrecen cursos y talleres. Cuenten un poco. 

RF: Entre esas actividades hay un curso de Yolanda Reyes sobre leer en la primera infancia, que lo hacemos en sociedad con nuestros amigos de Colombia, donde publicamos nuestros libros dentro de una biblioteca digital hermosa, que se llama MakeMake. Reúne a los mejores sellos de Latinoamérica, y ha construido una biblioteca lindísima que puede leerse por streaming. Cuando empezó la pandemia yo charlaba muchísimo por WhatsApp con Catalina, estábamos las dos confinadas, cada una en su mundo. Nos retroalimentamos, y ellas empezaron a hacer, tomando como base nuestra colonia, cursos y talleres dentro de su propia plataforma, para seguir armando ese público, que es el que luego disfruta de los libros de su biblioteca. Y generaron una cantidad de cursos de formación lectora. Y nosotros acá los distribuimos para el público argentino. Si uno quisiera comprar el curso a Colombia el cambio es imposible. Pero nosotros acá lo podemos comercializar a valores argentinos. Este curso de Yolanda Reyes en particular se ha consumido muchísimo acá, en la Argentina. Es una manera de hacer sinergia también con otras editoriales y otros proyectos que son afines a nuestra mirada sobre la lectura. Además, creo que sigue esta misma línea de armar un mundo alrededor de la lectura, y de los libros, y de esos temas que son significativos para el acceso a la cultura escrita. La segmentación no es de producto, no es porque solo quiero ofrecer libros. La segmentación es de mirada. Todo lo que sea afín a esta mirada, puede estar dentro de nuestro sello. 

MM: Qué buena esa definición. La mirada como el eje. 

RK: Otra cosa que hicimos durante mucho tiempo fue ir todos los años a la Feria de Bolonia. Al principio Argentina estaba en un stand colectivo, Diego empezó a luchar para que Argentina tuviera su propio stand, en la Cámara del Libro y en organismos gubernamentales, y finalmente Argentina tuvo un stand hermoso por primera vez, el año en que Isol ganó su premio. El mismo año en que María Teresa Andruetto ganó su premio. Por suerte ese año había un stand, porque venían de todos lados a mirar los libros de Isol y de la Tere. Yo ahora hace varios años que no voy a Bolonia, pero los grandes autores no están presentes, porque publican en editoriales que son transnacionales, y no tienen presencia en el stand de Bolonia. Sos un extranjero, y no vas a ver ni un solo libro de María Elena Walsh, ni de Mario Méndez, ni de Sebastián Vargas, ni de Ema Wolf, ni de Graciela Montes. No. Solo los que publican en editoriales pequeñas. Durante años les pedimos a las editoriales grandes que pusieran a los autores argentinos en el stand de Argentina, porque en Bolonia la lógica es nacional, no editorial. Por ejemplo, Isol ganó un premio. Nosotros tenemos un libro que escribió Lujan, ilustró Isol, y era el libro de Isol que había en el stand de Argentina. No sé ahora cómo es, pero en ese momento, los libros de FCE no estaban. Volviendo a pequeño editor, eso también nos ayudó a vender derechos a muchos países, por esa presencia en la Feria, año tras año. Las editoriales grandes te hacen formar para todo el planeta, y los planetas por descubrir, y todos los medios por inventar. Pero después no es significativo económicamente el esfuerzo que es vender derechos. Para nosotros fue una tarea que hicimos durante mucho tiempo, y no sé si te rinde, si hacés todas las cuentas chiquitas. Pero sí es lindo tener varias lenguas. ¿Cuántas tenemos Raquel? ¿Siete, ocho?

RF: De Un libro en tamaño real, nueve lenguas. 

MM: Qué emoción recibir un libro en otro idioma para la editora, ¿no?

RK: Sí. 

RF: Sobre todo porque somos un país del culo del mundo. De verdad, en muchos sentidos, para cualquier intento de internacionalización. Entonces, es emocionante. Y es también una gran tarea. Y creo que a lo que Ruth se refiere es a algo que está muy presente, que es la tremenda economía del mundo editorial, y lo que ese mundo significa dentro de la cultura, que es la desmesurada desigualdad entre las pequeñas y las grandes. Y cómo eso mueve, no solo lo que dice Ruth, sino muchísimas cosas, del mundo de la cultura, el acceso de los autores, las actividades de las editoriales, y las oportunidades que tienen, etcétera. 

RK: Sí; Abecedario tiene cuatro o cinco lenguas. Es lindo y es un reconocimiento, porque en tu territorio tenés amistades y otras relaciones. En Bolonia, no sé si fueron alguna vez, es como el triple de la Feria de la Rural, el planeta entero, es algo impresionante. Y ahí estuvo bueno por el libro y por estar, se juntan las dos cosas, porque si vas una sola vez no funciona, pero es un reconocimiento importante. Y también cuando sos un autor o una autora y ponés en la balanza, las pequeñas editoriales te pueden brindar estos trabajos que no te brindan las grandes. 

MM: Ya que estamos con las Ferias… Bolonia y otra que es de mención obligada, Guadalajara. En Internet, Raquel, dice que sos habitual expositora en la Feria del Libro de Guadalajara. ¿También es bello y rinde ir a Guadalajara? Decime que sí, porque pienso ir este noviembre…

RF: La Feria de Guadalajara es hermosísima. No necesariamente porque rinda, pero es hermosísima. Para empezar, es una Feria muy latinoamericana. Y eso da mucho placer, porque te encontrás con editores de toda Latinoamérica. Esa mezcla de formas lingüísticas, de tonos, de comidas, Ahí hay un pasillo, que es el JJ, que es el pasillo internacional, en el que en general están los stands de toda Latinoamérica, y de España, y nosotras, con las chicas de iamiqué, inventamos la realización de un brindis en el JJ,  y el martes, a la una de la tarde, todos los stands llevan una especialidad de su país o ciudad en una bebida alcohólica, y un plato de cualquier tipo. Nosotros Entonces podés pasear por ahí, servirte algo distinto, un tequila. un ron, un malbec, nueces… Y eso, que está expresado en esa especie de cóctel abierto a todo el mundo y que llena el pasillo, ES Guadalajara. Ese tipo de encuentro es el que propicia. Y eso es tan productivo, tan enriquecedor, tan interesante… permite descubrir que tenemos el mismo tipo de problemas, de desafíos, de búsquedas. Permite hacer asociaciones y pensar proyectos en común. Ahí conocimos a Catalina de MakeMake de Colombia, a nuestros distribuidores de México… Da la posibilidad de trabajar de manera mucho más amplia, no sólo desde el punto de vista comercial. Sino desde el de crear una red de trabajo en Latinoamérica. Todo eso lo permite Guadalajara. 

MM: Van a estar este año. 

RF: Sí, voy a ir. No pude el año pasado ni el 2020, así que sí. 

MM: Anoto, martes 29, pasar por JJ. 

RF: Además hay unas fiestas bárbaras. 

MM: Bueno, ya que soy de Mar del Plata, llevo alfajores. 

RF: Perfecto.  Llevá una bandejita también, porque tenés que poder bandejearlos ahí. 

MM. Bueno…tanto no sé. Si no, comeremos. Qué bueno. Ya tengo ganas de que sea 29 de noviembre. Como ya vamos en una hora y media de charla, le pregunto al amable público si quiere hacer alguna pregunta que no se haya hecho en el chat, O si las entrevistadas quieren decir algo que a lo mejor no se nos ocurrió. Acá dice Debby: “Toda mi admiración, me encantó la charla. Son realmente encantadores”. 

RK: Tenemos una colección que amamos también, y que ahora tendríamos que volver a publicar, porque está agotada que es Cuentos del Globo. Que es una colección que reúne en cada volumen tres o cuatro relatos que son versiones del mismo cuento maravilloso, o de hadas, ahí entran todas las denominaciones. Uno de cada continente. Siempre hay uno del continente americano, un africano y un europeo; un asiático, un latinoamericano y un europeo. Se van mezclando. Es una muy linda colección, porque genera una experiencia de lectura muy interesante. Las veces que he estado con niños les pregunto si es el mismo cuento y ahí se arma la batahola. “Sí”, “No”… Los argumentos que dan, es análisis estructural del relato puro. Es hermoso. 

MM: ¿Hay uno en marcha?

RK: Tenemos cuatro. Uno nuevo, no. Hay uno hecho, por una especialista brasileña. Tenemos un especialista español, Almodóvar, que es un especialista en cuento tradicional de habla hispana más importante y nos hizo el volumen de las Cenicientas. Una  especialista inglesa que nos hizo el volumen de La bella y la bestia. Y tenemos una brasileña, pero ese  todavía no lo hemos sacado. 

RF: Son libros que tienen  mucha investigación y mucho trabajo atrás, porque de  cada una de esas versiones hay que ir a buscar quién fue el narrador, quién la trajo de dónde viene, buscar la versión original. El volumen 3 tiene hasta traducciones del ruso. Son proyectos en los que uno se da el lujo de hacer  un trabajo editorial muy profundo. Documentar a los ilustradores para que las ilustraciones puedan poner algo de contexto… En el libro de las Cenicientas, hay una de Egipto, en la que la Cenicienta es una esclava griega en la corte del faraón. Y las hermanas con “cortesanas”, para usar una palabra apócrifa. Es alucinante.  Y otra en la que en lugar de un hada madrina hay  una carpa dorada, porque es una versión de China. Es como la unidad en la diversidad, es hermosísimo. Fue una experiencia fabulosa hacer esa investigación para esos libros.

RK: La conversación es tan importante… y a veces no es tan fácil suscitarla. Estos libros lo hacen con mucha naturalidad. Porque en la Cenicienta de China, ¿de dónde sale el zapatito? Hay muchos chicos que no saben que en china se hacían zapatitos para achicar el pie. El zapatito tan chiquito de la Cenicienta en Francia, ¿habrá venido de China? Eso también es hermoso. Las investigaciones de si los cuentos viajaron o se hicieron al mismo tiempo en distintos lugares,  está candente. Los especialistas se pelean. Eso es hermoso también. Que no lo sepan todavía y discutan. Me encanta. Todo eso está dando vueltas en esa colección. 

RF: Lo que de todas maneras la colección dice es que, aunque los cuentos hayan viajado o no, la verdad es que todas las culturas estamos contando las mismas historias. Y hablando en forma metafórica de las mismas cosas. Si no, no se explica que tengamos versiones distintas. Que tenga ese valor en nuestra cultura la historia de la Cenicienta. Sea en China, en Europa o en Egipto. 

RK: Ella no está por la versión del viaje, evidentemente, pero yo sí. (Risas) Por el zapatito. ¿Qué necesidad de contar un tema de clases sociales como es la Cenicienta, por un zapatito? Siempre es el zapatito. Para mí, eso es el viaje. Hay un zapatito, una sandalia, un zapato de cristal... Pero siempre hay  un zapato. 

SV: Y un zapato pequeño, porque no calzaba 42. 

RK: En Egipto, por ejemplo, lo de lo pequeño no está. Es una sandalia. 

RF: Es una sandalia griega. Que igualo, es atípica y es extraordinaria en Egipto. Y marca una categoría. Yo creo en el viaje Ruth, pero ese viaje no hubiera sido tan pregnante si esa historia no resonara. 

RK: ¡Ah! ¡Esa me gustó!

RF: Si no el relato no prende. Resuena en algo de la cultura humana. 

RK: No las escribió Disney, pero tampoco los hermanos Grimm ni Perrault. De eso se preocupa mucho la colección para dejarlo en claro. Que los que escriben no son los autores, son los autores de una versión de un texto oral, que vaya a saber quién y cuándo lo inventó. Hay una biografía de cada autor o autora de la versión, y la mención, (cuando la tenemos) del informante. Hay una informante, por ejemplo, que es una pastora jujeña. Que está mencionada por la persona que recopiló. Hay para sentarse a charlar horas.

MM: Se me ocurren tantas cosas que atraviesan… A Sebas le brillan los ojos. La bella durmiente o El abominable hombre de las nieves, que también está en Bolivia o en la Antártida o Estados Unidos… El hombre lobo, el lobizón, bueno… hay que seguir trabajando con esa colección. Chicas, chicos, muchísimas gracias por estar aquí. Esto será desgrabado, publicado y difundido. Seguiremos en contacto. 

RK: Muchísimas gracias a todos y a todas.

RF: Gracias, Mario. 

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