El color de la mirada
El mundo cambia según el color del cristal con que se mire. Y si hay maestros en el arte de desplegar miradas, focos y perspectivas, Gabriel García Márquez es, sin lugar a dudas, uno de los grandes. Libro de arena recupera las impresiones de sus lectores y comparte la opinión sobre libros y autores que nos entusiasman a leer.
Por
Ricardo Flores*
Cuando
creía que ya nada de Gabriel García Márquez podría sorprenderme, dado que
consideraba que su talento era infinito y por lo tanto, por más bueno que fuera
lo que leyera de él no me dejaría atónito nuevamente, llegó a mis manos Ojos
de perro azul, libro de
cuentos escritos entre 1947 y 1955 publicado como tal en 1974.
Ojos de perro azul es una colección de
historias que, valiéndose del mundo interior de cada uno de los protagonistas,
consigue reflejar la realidad con un poco de distorsión pero con absoluta
veracidad, serán los lectores quienes descubran, a través de la lectura, el
encanto más profundo de este trabajo. “Entonces me miró. Yo creía que me miraba por primera vez. Pero luego,
cuando dio la vuelta por detrás del velador y yo seguía sintiendo sobre el
hombro, a mis espaldas, su resbaladiza y oleosa mirada, comprendí que era yo
quien la miraba por primera vez.” Así es como arranca el libro y pone entonces,
de entrada nomás, el foco en la mirada. La mirada del mundo interior y el de
los otros es para la organización del relato el eje en el que todos los
acontecimientos se centran. Además, como podrán comprobar aquellos que lean este
libro, en Ojos de perro azul, el Nobel colombiano no sólo comienza a
describir Macondo (ese escenario mítico que, con el paso de los años, se volvió
tan famoso, creíble y respetado como su creador), sino que también se anima a
enfrentar al lector con esa circunstancia inevitable (e indeseable en la mayor
parte de los casos), que es la muerte.
Gabriel garcía Márquez
Buenos Aires, Sudamericana, Col. Índice, 1974
*Ricardo Flores vive en Villa del Parque con su
familia, es comerciante, y aunque su trabajo le demanda gran parte del tiempo,
siempre encuentra un espacio para la lectura los fines de semana.
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