Todas las historias en un minuto

En un nuevo aniversario de la muerte de Eva Perón, compartimos esta reseña de Belén González.



Por Belén González


El sábado 26 de julio de 1952 a las 20:25, con apenas 33 años, fallecía en la Ciudad de Buenos Aires Eva Duarte de Perón a causa del cáncer de útero. 

A las 21:36 una voz destinada a pasar a la historia, la del locutor Jorge Furnot, le confirmaba al mundo la noticia a través de la cadena nacional.


"Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20:25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación."


Este hecho generó una enorme trascendencia para el desarrollo político y social de la Nación Argentina: diarios de la época, documentos, memorias cotidianas de los supervivientes, dan cuenta del suceso con un detalle superlativo. Y la literatura hizo lo suyo, tomando este suceso como motor para producir innumerable cantidad de textos: los cuentos "El simulacro" de Jorge Luis Borges, "Ella" de Juan Carlos Onetti, "Esa mujer" de Rodolfo Walsh, "La señora muerta" de David Viñas, "La razón principal" de Luis Gusmán, los poemas "Eva Perón en la hoguera" de Leónidas Lamborghini, "El cadáver de la nación" de Néstor Perlongher, "Eva" de Maria Elena Walsh, "Eva Perón" el texto dramático de Copi, y también las novelas "El exámen" de Julio Cortázar y "Santa Evita" de Tomás Eloy Martínez. Muchísimos autores, estéticas, ideologías, modos de abordaje narrativo y poético, tomaron un mismo referente histórico, que es la muerte de una mujer que protagonizaba la escena histórica de un país, llegando en pleno auge de su popularidad. 

20:25. Eva y la literatura argentina presenta una antología posible de todas esas obras, esas aristas que admite el suceso: controversias, admiración, significancia, discusiones y misterios. La muestra evoca, tal vez, la correspondencia más grande entre un hecho histórico y la productividad literaria en Argentina. Son incontables las hojas que se llenaron de tinta evocando su muerte, su funeral y las peripecias de su cuerpo, y esto hace que vuelva a nosotros una y otra vez. Como expresa María Elena Walsh en su poema: “Días de julio del 52 ¿Qué importa dónde estaba yo?”.

https://casamuseoevaperon.gob.ar/2025/


Comentarios

Entradas más populares de este blog

El crimen casi perfecto, de Roberto Arlt, Ilustrado por Decur

“Esa mujer”, de Rodolfo Walsh, por Ricardo Piglia

"El libro", un cuento breve de Sylvia Iparraguirre