La mujer que mató a los peces

Seguimos dedicándole reseñas a Clarice Lispector en su centenario. Esta vez tocó el cuento "La mujer que mató a los peces", editado por la Biblioteca Nacional.

 

Por  Débora Pert*

 

Clarice Lispector escribió “La mujer que mató a los peces” para explicarle a su hijo Paulo algo que le sucedió sin querer. Con una exquisita mezcla de humor e ironía, la autora narra aventuras sorprendentes y cotidianas que tuvo a lo largo de su vida con distintos animales. Además habla de sentimientos complejos y habituales que raras veces se abordan en los cuentos para chicos.

 

«La mujer que mató a los peces» es un libro divertido y elocuente, aunque debo confesar que tanto el título del libro, como la primer frase del cuento donde dice “Esa mujer que mató a los peses infelizmente soy yo”, sacude. Uno se pregunta: ¿por qué los habrá matado si dice que “no se anima a matar a nada que esté vivo”. Nos deja con la incógnita, hasta que se resuelve al final del libro. A lo largo de toda la historia uno se pregunta ¿por qué los mató?

 

La autora habla en voz baja a los niños disculpándose por haber dejado morir a dos peces, «los coloraditos». Con este pretexto va trasmitiendo en sus páginas el amor a los animales, aprendido y vivido en su propia infancia, con gran aliento poético. Los protagonistas del cuento son lagartijas, pollos, gatos, monos, ratones y hasta mosquitos y cucarachas. Destaca la descripción de la presumida mona Lisete y la historia con matices algo trágicos del ilustre perro Bruno Barberini de Monteverdi. 

 

El cuento está muy bien estructurado, con instantes de reflexión entre una anécdota y otra. Clarice Lispector ayuda a contemplar la naturaleza con ojos de asombro y a despertar la imaginación. Un reflejo es este fragmento: «Mi amiga y un grupo de amigos estaban explorando la isla y en medio del bosque de bambúes encontraron la ciudad de las mariposas. Viven en ese claro, vuelan alto, vuelan bajo, vuelan a nuestro alrededor. Pequeñas, grandes, azules, amarillas y de todos los colores. Parecía un baile de mariposas en aquel silencio que solo tienen las islas. El silencio de las islas es un silencio diferente: lo atraviesan los sonidos propios de sus habitantes: animales y vegetales. Las plantas, si las observamos bien, parecen cantar con sus hojas».

Este volumen fue editado por  Ediciones Biblioteca Nacional en 2012 e Ilustrado por Mariana Ardanaz, que modeló personajes, paisajes y animales con plastilina de colores. 

 

Algo que me llamó la atención fue que en la tapa del libro no figuraba el nombre del cuento sino que se destacaba Quelonios Brasil –Chiquitos América Latina –Clarice Lispector y haciendo un esfuerzo visual descubrí “Ilustrado por Mariana Ardanaz”. En las guardas simples y coloridas encontré un mono, nuevamente Quelonios y se suma a la información en letra muy pequeña Ediciones Biblioteca Nacional. Recién en la portada encuentro el nombre del cuento, su autora, la colección y la editorial. Cuando el cuento concluye, hay una biografía de la autora, nos hablan sobre Brasil y breves biografías sobre la ilustradora y sobre Carlos “Cucho” Fernández, el diseñador gráfico. También sobre la Biblioteca Nacional Argentina. En la contratapa nos cuenta quiénes son los Quelonios.

Quelonios es la primera colección para chicos editada por la Biblioteca Nacional. El proyecto surgió por iniciativa del Área de Publicaciones y del Departamento de Actividades Comunitarias que, entre otras tareas de promoción de la lectura, organiza talleres en escuelas.

De pequeño formato (miden 15 x 15 cm), los libros incluyen, además de datos sobre vida y obra de los escritores, información sobre sus países de origen y referencias a palabras que resultan desconocidas para lectores locales.

La primera compilación reúne ocho cuentos de escritores argentinos como Juan José Manauta, Elsa Bornemann, Luis María Pescetti, Patricia Suárez y Ana María Shua, y uno del uruguayo Horario Quiroga. La segunda está integrada por textos de Álvaro Yunque, Javier Villafañe, Ricardo Mariño, Griselda Gambaro, Adela Basch y Gustavo Roldán, entre otros. Y la tercera, que salió este año, cuenta con las firmas de Silvia Schujer, Ema Wolf, Laura Devetach, Pablo De Santis, Ana Alvarado y Marcelo Birmajer. En las páginas finales hay una nota de los editores, donde cuentan cómo surgió la colección y cómo fue el proceso de selección, armado, diseño y corrección. Una curiosidad: Felipe Scilletta, de 7 años, fue el encargado de aprobar la edición antes de que se enviara a la imprenta.

Chiquitos de América Latina, línea dedicada a escritores latinoamericanos, ofrece tres títulos: uno con cuentos del peruano Edgardo Rivera Martínez, otro con un relato inquietante de Clarice Lispector ("La mujer que mató a los peces") y otro con historias de la cubana Dora Alonso. 

 

* Débora Pert es narradora de cuentos. Coordinadora del Sector Infantil y Juvenil en la Biblioteca Popular Sudestada. Coordinadora del Rincón de Libros en la ONG Leamos un Libro. Escribió “El ovillo de Ariadna”, publicado por la Editorial Muchas Nueces.



Chiquitos de América Latina. Brasil
Clarice Lispector
Ilustrado por Mariana Ardanaz
Ediciones Biblioteca Nacional.



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