Un libro de tela para primeros lectores


Entre el 7 de mayo y el pasado 4 de junio se realizó en el Centro de Primera Infancia Rayuela de Barracas, el Ciclo Mariposa del aire que propone un acercamiento a la lectura desde la primera infancia. Los encuentros estuvieron a cargo de las docentes Belén Leuzzi y María Laura Migliarino.



Finalizó el ciclo de encuentros destinados a la producción de un libro de tela junto a las familias del CPI, a partir de la lectura de Casamiento en la cocina, de Didi Grau y Natalia Colombo. Se dieron las últimas puntadas a las frutas de tela para el libro ¡A comer! que quedará en las salas del jardín.

“¡Ay! Me hacés acordar a cuando mi mamá me explicaba de moldería” -me dijo sin levantar la vista de los retazos de tela, con una sonrisa entre alegre y nostálgica. Me quedé helada por un segundo en el qué pensé en mi mamá y en mi hijo bebé. Hacía poco lo dejaba para ir a trabajar, después de  la licencia por maternidad.

Me vinieron a la mente las cosas cotidianas que uno recibe de sus seres queridos. Cosas que por un lado, son tan ordinarias como lienzos, hilo y agujas, y por otro tan extraordinarias, que nos transportan al lugar cálido y amoroso de la infancia y la juventud.

Siempre que comenzamos un nuevo ciclo de Mariposa del aire iniciamos, junto a las familias participantes una serie de conversaciones sobre la importancia del juego y la lectura en la vida de los niños y de las niñas para luego emprender la confección de los libros de tela que pasarán a formar parte de la biblioteca del jardín.

Libros que como los objetos transicionales prolongan la presencia de la mamá mientras transcurre la jornada laboral.

En esta ocasión, los encuentros con un grupo de madres en el Centro de Primera Infancia “Rayuela” incorporaron un nuevo punto de vista: la mirada del adulto en relación a su propia infancia. En cada jornada compartida, las mujeres recordaron escenas de lectura de su niñez y las habilidades de costura que habían adquirido de la mano de sus propias madres. En lo particular, en esta experiencia el recuerdo trae felicidad y bienestar, emociones que buscamos generar en esas niñas y niños cuando llega el momento de compartir el libro de tela confeccionado por sus padres y madres. Esa huella de pertenencia se imprime en nuestros sentidos y en nuestros afectos.

La realización del libro de tela es mucho más que una estrategia de promoción de la lectura. Es un momento para juntarse colectivamente, pensar el relato del libro y su elaboración.

Es un espacio de intercambio de experiencias, un tiempo para conocerse mejor, un momento detenido que a veces opera como red de contención ante situaciones complejas en relación a la crianza y el aprendizaje que van surgiendo en la conversación.

Definitivamente creemos en la palabra como sostén, el relato de nuestras experiencias como signo vital de que las infancias -todas- siguen vivas en nuestro presente.

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