El diario de Ana Frank como se mira a los ojos

El 25 de junio de 1947 se publica por primera vez en Holanda La casa de atrás, más conocido como El diario de Ana Frank. Bibliotecas para armar rinde homenaje a la vida y obra de esta pequeña adolescente que, con apenas 13 años de edad, hilvana el abrupto despertar a un universo que apenas comprende pero que está obligada a sortear. Durante esta semana Libro de arena publicará entradas dedicadas a esta temática. Para iniciar el ciclo, Rosario, una joven como Ana, escribe acerca de los pensamientos que El diario despertó en ella.    


Por Rosario Proe    
     
De chica escuchaba hablar de ese libro y siempre lo quise leer. Fui a una muestra sobre su historia y me lo compré pensando que me iba a encontrar con algo que no me encontré. Ingenuo pensamiento el mío: ¿qué persona, sabiendo que en algunos años no iba a estar más, escribiría las cosas que escribía Ana Frank? Nadie. Ella cuenta lo cotidiano, lo pequeño y supuestamente intrascendente, las preocupaciones de una chica de doce años con la esperanza de que todo terminará, de que un día su clandestinidad va a desaparecer y el mundo  va  aceptar que cada uno crea, piense y opine lo que quiera. Me sorprendió el ver la resignación, la aceptación de la realidad, la delicia por lo pequeño. ¡En tiempos en los que nada conforma, en los que todo es poco, el diario permite ver cómo es posible y necesario valorar el simple hecho de estar vivo, aunque sea sin ver la luz del sol!
Leer el libro fue leer una historia al revés, ya que comencé por el final sabiendo que lo que leía terminaba en lo que menos quería. Por momentos, mientras leía, llegaba a odiarla pensando: “No, Ana, no hables así de tu hermana y de tu mamá que dentro de poco no las ves más”; por otros momentos, me sentía una invasora de la privacidad “¿Querrá Ana que lea esto? Qué bajón, escribís un diario y de golpe lo lee todo el mundo, literalmente.” Pero después de tantos sentimientos encontrados me di cuenta de una sola cosa: no hay testimonio más real, intenso y sin censura  el diario de una nena de doce años que escribe en la soledad de una habitación.


Diario
Ana Frank
Buenos Aires, Debolsillo, 2009













* Rosario Proe vive en San Martín, tiene 17 años y realiza sus primeros pasos como actriz. Si le preguntaran que quiere ser cuando sea grande, diría que le gustaría ser "Rosario", porque más no se puede pedir.



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