El prisionero
Compartimos la reseña de uno de los cuentos publicados en El trueno entre las hojas como corolario del homenaje de Libro de arena a Augusto Roa Bastos al cumplirse el centenario de su nacimiento.
Por Álvar Torales.
"El prisionero" es un
cuento del escritor realista Augusto Roa Bastos, en el que se observa el vigor
de una narrativa resuelta a desentrañar los aspectos más críticos de la vida
paraguaya. La miseria, la marginación y la búsqueda desesperada de soluciones configuran
la visión más lúcida de Roa Bastos, y este cuento no escapa a esos
conceptos.
Caín y Abel, realidad y
fantasía, vida y muerte, presente y pasado, forman parte del mundo dual del
Paraguay con sus orígenes en la coexistencia de las dos lenguas, el guaraní y
el español, y las culturas que representan. Los personajes de Roa Bastos hablan
una mezcla de los dos idiomas, como lo hace el mismo autor cuando emplea
palabras en guaraní en toda su narrativa.
En este cuento la tragedia personal de los Saldívar no es más que un pequeño reflejo de lo que ha acontecido, está aconteciendo y acontecerá en toda la Nación. Los de un bando son capaces de perseguir con verdadero odio a los otros, aunque, muy poco tiempo atrás, todos pelearon juntos contra los bolivianos en la Guerra del Chaco.
Hay también un eco
estilístico del dualismo paraguayo en la predilección por frases parecidas o
antagónicas, que a veces forman oxímoron: "avanzaban y retrocedían";
el rancho "lúgubre y al mismo tiempo apacible"; "Detrás del rancho,
recostado contra el tronco de un naranjo agrio, un pequeño arado de hierro con
la reja brillando opacamente, parecía esperar el tiro tempranero de la yunta en
su balancín y en las manceras los puños rugosos y suaves que se estarían
pudriendo ahora quién sabe en qué arruga perdida de la tierra".
El final, tremendo,
pavoroso, brutal, recuerda de alguna manera al cuento "El hambre" de
Manuel Mujica Lainez, el que abre Misteriosa Buenos Aires con el
relato de la primera fundación cuyos escasos habitantes, cercados por los
aborígenes terminan cayendo en el canibalismo.
Respecto del final
del cuento de Roa Bastos, el crítico Seymour Menton opina: "'El
prisionero' es superior a los otros cuentos por su unidad, por su creación del
ambiente paraguayo y por su trascendencia universal, pero falla en el final. El
realismo de la vuelta brusca de Peralta y la excesiva explicación de la
identidad de Víctor Saldívar y de la muerte de Hugo no concuerdan con el
ambiente fantástico y el ritmo lento que el autor ha creado con gran cuidado
durante la mayor parte del cuento".
Augusto Roa Bastos
Buenos Aires, Losada, 1953.
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