La poesía de Juan José Ceselli

Otra voz fundamental del surrealismo argentino es la de Juan José Ceselli, que comenzó a participar en la revista Letra y Línea. A fines de la década del cincuenta, dejó su trabajo en la zapatería de su padre, y se fue a Francia. Se radicó en Paris y se puso en contacto con poetas como Peret y Breton. Vivió cinco años allí, participó de actividades del grupo surrealista ortodoxo, y tradujo a Prevert. Regresó a la Argentina en 1961. Afirmaba: “El surrealismo fue una suerte de descubrimiento; más bien el sentido de algo que siempre había existido en mí. Desde que tuve uso de razón me habían parecido extraordinarias ciertas palabras que daban a la frase un vuelco inesperado, misterioso. En una ocasión, cuando era muy niño, debía tener siete u ocho años, escuché en el negocio que tenía mi padre, una conversación con un cliente que de pronto dijo: “la mar en camiseta”. Esta imagen me sobrecogió aunque no podía entenderla. Era gramaticalmente perfecta, pero semánticamente no tenía sentido. Esa falta de sentido, que a la vez lo tenía, en aquel entonces me sumergió en una suerte de delirio, porque a pesar de que no podía visualizar “la mar en camiseta”, la podía comprender”. Recordamos a Juan José Ceselli con cuatro de sus poemas, publicados en Poetas surrealistas argentinos/ as, de Ediciones en Danza.


El viajero sintético

Cuando por la habitación se propaga el fuego de tu presencia
Los muebles quedan prisioneros
Y tus velos de novia
Hechos con las alas de las distancias
Flotan sobre tus pisadas de donde nacen los lagos el olvido
Y se leen las señales del destino
Tu mirada sostiene su gran dulzura
Porque tu presencia es ilusoria
Como una sombra arrodillada a mis pies



El corneta ciego

Nunca hubo amor suficiente para calmar su superficie

Y tus besos dejaban manchas de arena sobre las mejillas

Escarbando como el océano las grutas de los cuerpos.


Siempre hay una maraña de espinas entre tus caricias

Y como la hierba nocturna

Crece en los ojos de los que van a morir.


*

Lo mismo que te repudio te deseo
Y si me abrazas
Me pierdo
Chispa de sal y horizonte bañado en sangre furiosa
La noche abre su boca de plata como una tregua
Entre los relámpagos de la melodía del odio
Que torna aún más frío el acero de tu transpiración
Y me abrazas
Y me pierdo
Patíbulo de amor amargo
Vampiro dulce
¿Dónde comienzan mis sueños y dónde acaba tu reino?
¿Es que acaso has nacido antes que todo y conoces mis secretos?
Todas las noches eres la nueva desconocida conocida por mi sangre
Y te amo y huyo



El saltimbanqui prudente

Ya sólo su carne se enrosca y desenrosca como el sonido de 

   una flauta
Los ácidos del olvido labran su nuevo esqueleto
Arrojando lejos de su órbita aquella maldita espiral de caminos 

   descarrilados entre templos y burdeles


Amador curioso
Ha sobrevivido a todos los laberintos de las victorias
Deslizándose por las galerías de la noche contra la destreza 

   incomparable de la luna


Encontró su cabeza olvidada
En una oficina de equipajes


Se la devolvieron
Encajaba perfectamente sobre sus hombros de fiebre amarilla



Poetas surrealistas argentinos/as
Recopilación de textos y notas: Javier Cófreces
Ediciones En Danza, 2022.


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