Instrucciones para ser escritor

Fantasear acerca de cómo será ser escritor, cuáles serán sus cualidades, las destrezas necesarias para la labor, las virtudes en general, supone de entrada un lindo ejercicio. Escribir sobre esto puede también presentarse como una ocasión para dejar volar la imaginación y pensar en la ficción que se construye en la lectura. Libro de arena publica un fragmento de “Racha de Suerte: Cómo me hice escritor”, del libro Historias extraordinarias, de Roald Dahl, que describe punto por punto los detalles sobre la vida  del escritor.




Un escritor de ficciones es una persona que inventa historias.
Pero ¿cómo empieza uno en una profesión semejante? ¿Cómo se convierte uno en un escritor profesional?
A Charles Dickens le resultó fácil. A los veinticuatro años de edad sencillamente se sentó y escribió los Papeles póstumos del Club Pickwick, que se convirtió inmediatamente en un “best seller”. Pero Dickens era un genio y los genios son diferentes del resto de nosotros.
En este siglo (no siempre era así en el siglo pasado) prácticamente todos los escritores  que han acabado por alcanzar el éxito en el mundo de la ficción han empezado en otro oficio: maestro, quizás, o médico, o periodista o abogado. (Alicia en el país de las maravillas la escribió un matemático, y El viento en los sauces es la obra de un funcionario del estado). Así pues, los primeros intentos de escribir siempre han tenido que hacerse en los ratos libres, generalmente por la noche.
La razón de ello es obvia. Cuando se es adulto es necesario ganarse la vida. Para ganarse la vida es necesario tener un empleo que te garantice determinada suma de dinero a la semana. Pero por mucho que desees hacer carrera en el campo de la ficción, sería inútil presentarse ante un editor y decirle: “Quiero un empleo de escritor de ficción”. Si lo hicieras, el editor te diría que te largases con viento fresco y que primero escribieses el libro. Y aunque le presentases el libro terminado y a él le gustara tanto que deseara publicarlo, tampoco te daría un empleo. Te daría un adelanto de quizá quinientas libras, que más tarde recuperaría deduciéndolas de tus derechos de autor. (Los derechos de autor, por cierto, son el dinero que el autor recibe del editor por cada ejemplar de su libro que se vende. El promedio de derechos de autor que cobra un escritor es el diez por ciento del precio de venta del libro en la librería. Así, por un libro que se vendiera a cuatro libras, el escritor recibiría cuarenta peniques. Por un libro de bolsillo cuyo precio de venta al público fuera de cincuenta peniques, recibiría cinco peniques.)
Es muy frecuente que el hombre que espera convertirse en escritor, se pasee dos años escribiendo en sus ratos libres un libro que ningún editor querrá publicar. A cambio de eso el escritor no recibe nada salvo frustración.
Si tiene la suerte de que un libro le sea aceptado por un editor, lo más probable es que, tratándose de una primera novela, al final se vendan solamente unos tres mil ejemplares. Eso puede que le proporcione mil libras. La mayoría de las novelas tardan por lo menos un año en escribirse y hoy día mil libras al año no dan para vivir. Así que, como pueden ver, el aspirante a escritor de ficción invariablemente tiene que empezar en otro empleo. Si no lo hace, es casi seguro que pasará hambre.
He aquí algunas de las cualidades que debería poseer o tratar de escribir si desea convertirse en escritor de ficción:
1.- Debe tener una imaginación viva.
2.- debe ser capaz de escribir bien. Con eso quiero decir que debe ser capaz de hacer que una escena cobre vida en la mente de un lector. No todo el mundo posee esta habilidad. Es un don que sencillamente se tiene o no se tiene,
3.- Debe tener resistencia. Dicho de otro modo, debe ser capaz de seguir con lo que hace sin darse jamás por vencido, hora tras hora, día tras día, semana tras semana y mes tras mes.
4.- Tiene que ser un perfeccionista. Eso quiere decir que nunca debe darse por satisfecho con lo que ha escrito hasta que lo haya reescrito una y otra vez, haciéndolo también como le sea posible.
5.- Debe poseer una gran autodisciplina. Trabaja usted a solas. Nadie le tiene empleado. Nadie le pondrá de patitas en la calle si no acude al trabajo y nadie le reñirá si hace usted el vago.
6.- Es una gran ayuda tener mucho sentido del humor. Esto no es esencial cuando se escribe para adultos, pero es de vital importancia cuando se escribe para niños.
7.- Debe tener cierto grado de humildad. El escritor que piense que su obra es maravillosa, la pasará mal. “

 Fragmento de “Racha de Suerte: Cómo me hice escritor


 Roald Dahl


 Barcelona, Anagrama, 1990

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