Claveles de la libertad
La música colma las casas, las calles, todo el espacio, los
claveles visten fusiles y la esperanza ilumina los rostros de un pueblo que
espera conquistar su libertad. La poesía hecha canción es signo de fraternidad
en el bello texto Grândola, protagonista de la crónica viajera que hoy
publica Libro de arena.
Por
Belén Leuzzi
Alguien una vez me dijo que si
encontrase a un portugués escuchando la canción “Grândola, Vila
Morena” probablemente lo vería llorar. Y es
que su letra y su melodía echan raíces en lo más profundo de la historia
nacional y, más aún, en la vida de los portugueses. Yo aún no lo sabía, pero
cada vez que me adentraba en las calles laberínticas del barrio de la Alfama de
Lisboa, lo hacía también en esta historia.
Era invierno, pero el sol en aquel
lugar ilumina de un modo especial cualquier momento. Lo que oscurecieron estas
luces fue lo que las calles rocosas y David me contaron. David es un español de
Santiago de Compostela, que conocí junto a mi marido en nuestra Luna de Miel, y
que se conoce Lisboa como la palma de su mano. Narra las historias como si
siempre hubiera vivido en alguna de las siete colinas o en algún zócalo
colorido de la Baixa. Él nos explicó que fue en tiempos de la dictadura
salazarista, con Marcelo Caetano al mando, cuando la “Grândola” y muchas otras
canciones fueron prohibidas –entre otras muchas cosas-, lo cual lamentablemente
nos suena familiar. La dictadura portuguesa quería mantener a toda costa sus
colonias en África, que se encontraban en procesos revolucionarios, viviendo y
muriendo por su libertad. Libertad que tampoco tenía el pueblo portugués y que
añoraba aquellas palabras de la “Grândola” que afirman "O povo é quem
mais ordena” (El pueblo es quien manda). Fue así que, hartos de
morir en luchas que seguían esclavizando otros pueblos, decidieron traer la
libertad para el suyo.
David, que es como un artista de los
relatos, nos trasladó mentalmente a la madrugada del 25 de abril de 1974. El
Movimiento de Fuerzas Armadas daría la señal que confirmaría el inicio de la
Revolución mediante la transmisión radial de la “Grândola”. A las 0.20 hs se
escuchaba Grândola, vila morena/ Terra da
fraternidade / O povo é quem mais ordena / Dentro de ti, ó cidade. Fue sencillo imaginarse la música sonando en cada
casa que nos rodeaba.
Sin fraternidad no
puede haber libertad. Y aquel día Lisboa se había vestido de fraternidad entre
civiles y militares que coronaron sus fusiles con claveles rojos contra la
dictadura. Em cada esquina um amigo / Em cada rosto igualdade.
Ciertamente calles repletas de amigos de los claveles, de quienes se sentían
iguales, y que querían lo mismo.
Grândola, vila morena
Grândola, villa morena
Terra da fraternidade Tierra de la fraternidad
O povo é quem mais ordena El pueblo es quien manda
Dentro de ti, ó cidade Dentro de ti, oh ciudad
Terra da fraternidade Tierra de la fraternidad
O povo é quem mais ordena El pueblo es quien manda
Dentro de ti, ó cidade Dentro de ti, oh ciudad
Dentro de ti, ó cidade
Dentro
de ti, oh ciudad
O povo é quem mais ordena El pueblo es quien manda
Terra da fraternidade Tierra de la fraternidad
Grândola, vila morena Grândola, villa morena
O povo é quem mais ordena El pueblo es quien manda
Terra da fraternidade Tierra de la fraternidad
Grândola, vila morena Grândola, villa morena
Em cada esquina um amigo
En cada
esquina, un amigo
Em cada rosto igualdade En cada rostro, igualdad
Grândola, vila morena Grândola, villa morena
Terra da fraternidade Tierra de la fraternidad
Em cada rosto igualdade En cada rostro, igualdad
Grândola, vila morena Grândola, villa morena
Terra da fraternidade Tierra de la fraternidad
Terra da fraternidade
Tierra de la fraternidad
Grândola, vila morena Grândola, villa morena
Em cada rosto igualdade En cada rostro, igualdad
O povo é quem mais ordena El pueblo es quien manda
Grândola, vila morena Grândola, villa morena
Em cada rosto igualdade En cada rostro, igualdad
O povo é quem mais ordena El pueblo es quien manda
À sombra duma azinheira A la sombra de una encina
Que já não sabia a idade De la que ya no sabía su edad
Jurei ter por companheira Juré tener por compañera
Grândola a tua vontade Grândola, tu voluntad
Que já não sabia a idade De la que ya no sabía su edad
Jurei ter por companheira Juré tener por compañera
Grândola a tua vontade Grândola, tu voluntad
Grândola a tua vontade Grândola, tu voluntad
Jurei ter por companheira Juré tener por compañera
À sombra duma azinheira A la sombra de una encina
Que já não sabia a idade De la que ya no sabía su edad
Jurei ter por companheira Juré tener por compañera
À sombra duma azinheira A la sombra de una encina
Que já não sabia a idade De la que ya no sabía su edad
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