Libros en flor
Hay un árbol con
veinticuatro flores:
doce son blancas,
doce son negras
Adivinanza maya
Por María Laura Migliarino
Durante el mes de
septiembre y acercándonos a la llegada de la primavera el Programa Bibliotecas
para armar florece. Las actividades en las bibliotecas comunitarias y cada
categoría de Libro de arena
acompañarán los primeros verdores junto a textos que ponen en escena a las
protagonistas de los próximos meses: las flores. Capullos, pimpollos, brotes,
aromas y colores que pueblan los jardines y los estados de ánimo de quienes se
dedican a cultivarlos.
En este apartado
abrimos el juego con una pequeña selección de libros para niños y niñas de
todas las edades. Ya hemos hecho referencia a una de las flores más cuidadas
del siglo XX, la rosa de El
principito, de Saint-Exupéry, pero quedan aún muchos textos por
recorrer donde estas formaciones vegetales cobran protagonismo.
Para los que
disfrutan de las pequeñas historias recomendamos el libro Flor de nena, de Graciela Montes, que cuenta la historia de un
prolífico jardinero que un día encuentra un flor muy extraña, más chiquita que
una nuez y más traviesa que una Margarita o un clavel.
El pequeño rey de las flores es un
maravilloso libro pop-up en donde la ilustradora checa Květa Pacovská narra la
historia de un rey diminuto en busca del amor.
Para los que se
animan a leer solos sugerimos El jardín
de Lili, de Cristina Macjus, una novela en donde la naturaleza se
transforma en una aliada cuando se trata de volver a empezar.
Para los curiosos
de todas las edades los invitamos a recorrer La flor más grande del mundo, de José Saramago, y Boda en Chimalistac, de Elena
Poniatowska. Dos cuentos de dos grandes autores que saben cómo sumergirse en
las virtudes que nos definen como seres humanos.
Si de hechos
naturales hablamos no podemos olvidarnos de las leyendas. Como olvidar la historia
de nuestra flor nacional, junto a la leyenda de La Flor de Ceibo, y la leyenda guaraní de La flor del Irupé.
Una mención a los
ilustrados, libros poblados de imágenes tan bellas que las historias se cuentan
con la paleta de colores: los marrones para El
jardín de Babaï, de Mandana Sadat, que narra la historia de un cordero
aguerrido y decidido a plantar un jardín en el desierto de Irán; El jardín, de Atak, un universo de
colores que le permite al lector contemplar la naturaleza que cambia en los pequeños
detalles; y El Jardín de Marijke, de
Valere Staraselski, trazos con pinceladas delicadas junto a una semilla, un
árbol inmenso, y la oportunidad de la protagonista de poder observar el mundo
que la rodea pero que no le pertenece.
Por último, nos asomamos
al impresionismo junto a Linnea en el
jardín de Monet, de Christina Björk. Un recorrido de acuarelas por la vida
del pintor donde además de conocer algunas de sus obras más famosas paseamos
entre el sin fin de plantas y flores que habitaron su casa.
Septiembre abre así
sus páginas, solo hay que dejarse llevar por los sentidos.
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