Bodoc y la palabra poética

El 6 de febrero pasado se cumplieron cinco años de la muerte de Liliana Bodoc. Libro de arena la recuerda con esta nota de Camila Castro Chiesino, en el marco del tema del mes, "Mujeres y Literatura". 



Por Camila Castro Chiesino 


Liliana Bodoc nació en Santa Fe, pero siendo aún una niña se trasladó con toda su familia a Mendoza, porque su padre había conseguido un trabajo en esa provincia. Cuando tenía siete años murió su madre y ella contaba que a partir de ese momento empezó a mentir recurrentemente. Pero no mentía para obtener algún beneficio, sino que inventaba historias. La ficción y la mentira de alguna manera están relacionadas, y lo que hacía en realidad la pequeña Liliana era ficcionar. Y así, frotando esas ramitas de mentiras y ficciones se fue encendiendo adentro suyo la pasión por la palabra.

 

Estudió Licenciatura en Letras en la Universidad de Cuyo y ejerció como docente de Literatura Española y Argentina en varios colegios de Mendoza. Alrededor de los cuarenta años e inspirada por sus lecturas de J.R.R. Tolkien, el autor de: El señor de los anillos, se embarcó en la escritura de una trilogía novelística. Aunque en ese momento no lo sabía, La saga de los confines iba a darle un giro a su vida. El primer tomo de la saga Los días del venado fue muy bien recibido por los lectores y a partir de esa primera publicación, no dejó de regalarnos sus historias a jóvenes y a adultos.

 

La literatura no es exclusivamente el “qué te cuento”. También juega un rol importante el “cómo?”. Uno puede decir: “La abuela hacia ruido con la cuchara mientras revolvía los fideos” o “La abuela con su cuchara como una batuta, dirigía la orquesta de los fideos”. Ella sabía esto y lo manejaba perfectamente.

 

Liliana nos invita a querer a la palabra porque es parte de nosotros y a entenderla, no como una cosa inocente que está ahí sin generar un cambio sino, como una herramienta de transformación. Decir es hacer y quizás las palabras no tengan el poder de mover objetos, pero si pueden movilizarnos internamente.

  

Fue reconocida y premiada; en mayo de 2016 recibió el título Honoris Causa de la Universidad Nacional de Cuyo, institución donde se había formado, e integró en dos oportunidades (2022 y 2003) la prestigiosa lista “The White Ravens” (otorgada por el International Board on Books for Young People, IBBY). Pero más importante que cualquier premio es que, fue y es amada por sus lectores.

 

El 6 de febrero de 2018 Liliana Bodoc falleció en Mendoza a los 59 años. Seguirá siempre viva en el corazón de sus hijos; su familia; sus amigos y de todos nosotros, sus lectores.


Por último, quiero compartir un poema de Liliana que habla de la poética de lo cotidiano, porque la poesía se encuentra a la vuelta de la esquina: en las cortinas de nuestra casa, o en un plato de sopa caliente, como los que me hacía mi abuela. Hay que afinar el ojo nomás. O las palabras. 



Poesía

Le llamo poesía, le llamamos

 

a la aplomada hilera de ladrillos

 

a la sopa fragante

 

al cuaderno de puntas estropeadas

 

le llamo, le llamamos poesía

 

a la espalda doblada de los viejos

 

transformados en signos de pregunta

 

no importa si nos sobra endecasílabo

 

o si nos falta rima

 

le llamamos estrofa a todo lo que canta

 

le llamamos metáfora al sudor,

 

a la nuca dolida, al día que demora

 

a los huesos de Carlos Fuentealba

 

nosotros, que tendemos las palabras al sol

 

como la ropa blanca

 

llamamos poesía al día que nos toca

 

nos hacemos poetas


entre ayer y mañana.


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