Silvina Díaz: “Siempre estoy tratando de pensar el catálogo en general… Una tiene que elegir por dónde va”

En esta segunda parte de la entrevista a Silvina Díaz hablamos de los Premios Destacados que recibieron dos libros de AZ, de las recomendaciones del Premio Cuatrogatos y lo que esas distinciones significan como “empuje” para la editorial. Hablamos también de los problemas con el papel, y lo difícil que se hace publicar, pero también de lo grato que fue recibir el reconocimiento Marca País. Hablamos de todo: del presente, de lo que se viene, de las oportunidades y las dificultades, de autores y editores. Y de proyectos. Una hermosa charla.






Mario Méndez: Vamos a tocar una fibra sensible de las entrevistas de los lunes. Viste que esto lo auspicia ALIJA. Mencionaste ¿Has visto? que es premio “Rescate editorial”. Y también tuvieron un premio con Guardaespaldas de rinoceronte, novela infantil de Liza Porcelli Piussi. ¿Qué sentiste cuando se anunciaron los premios Destacados de ALIJA?

Silvina Díaz: Bueno… primero con ¿Has visto? yo, sencillamente, considero que no puede ser que ciertos libros no estén más. Es algo personal, si querés; no sé cómo llamarlo. Me gusta el rescate, me gusta la figura del editor que rescata ciertos libros. Creo que el de Istvansch, por todo lo que había generado mi llegada a AZ, es muy especial. Es un libro en el que pasa por cada color, escribe en cada color, con un texto. En el amarillo, por ejemplo: “El 14 de junio de 1998 el canario Romualdo Zapata volaba sobre el desierto. El sol del mediodía lo escuchaba lamentarse: ¡Con qué ganas me tomaría un jugo de limón! ¿Has visto al canario amarillo sobre el desierto amarillo, bajo el sol amarillo pensando en el limón amarillo? No te preocupes si no ves el sol amarillo. Es que estás encandilado”. Y así juega con todos los colores. Este libro se lo contás a cualquier niño y se tienta, se ríe. Istvansch tiene una llegada muy directa con los chicos. En ese caso me encantó, por él y por todo. Y la novela de Liza, Guardaespaldas de rinoceronte, que es bellísima, fue muy lindo, no solo por trabajar con ella: fue como un premio al Boleto. Es una novela totalmente nueva dentro de la Serie del Boleto. Algo que no dije, es que en la colección del Boleto yo no estoy siguiendo una currícula escolar. En ese sentido, llega un texto y me gusta, sin tener tanta bajada, y va. Porque creo que después es al revés. Vienen y me preguntan qué hay de tal cosa. Es como la “literatura de emoción”. Yo creo que todos los libros tienen emoción. Y creo que Guardaespaldas… tiene una gran apertura el texto de Liza, el enojo de esa chica… Tiene mucho de Liza, que siempre está tan preocupada por la ecología. Es hermoso lo de ALIJA. Aparte estaban en la Feria; me acuerdo de que llamaron los dos, yo estaba en el stand… aparte fue una Feria especial porque volvíamos a vernos. La verdad es que es lindo. La vez pasada, Cuatrogatos también recomendó cuatro “Boletos”… Sin empujes…

MM: ¿Cuáles recomendó? Contá…
SD: Clarisa y las plantas mutantes, El regalo de Tusitala, El último viaje y Un secreto en Monte Pezuña. Eran cuatro Boletos… En ese sentido, cuando estás con una colección nueva, los empujes de ALIJA o de la fundación Cuatrogatos son empujes lindos. 

MM. ¿Cuántos Boletos hay?

SD: Hoy son veinte. Y estamos trabajando en ocho más. Más otros ocho de secundaria. Así que estamos entretenidos.

MM: ¿Cuántos libros, entre infantiles y juveniles, que es nuestra temática, publica por año AZ?

SD: Entre veinte y treinta. Creo que hay una apuesta muy grande en rehacer este catálogo. El Boleto tiene esta característica. Es muy difícil salir con una colección con cuatro libros, es una colección que puede usarse para armar un plan lector y demás. Yo siempre estoy tratando de pensar el catálogo en general. Me pasó con los libros para la primera infancia, salieron muchas novedades con libros de cartoné,  y sentí que no era el momento. Que el mercado tenía mucho y AZ ya tenía libros en ese sector, podíamos esperar para incluir la novedad en un mejor momento. Uno tiene que elegir por dónde va. Hoy están por salir estas novedades. Hola Argentina es un libro que salió en pandemia, y va por la tercera reimpresión. Tenemos familias enteras que hacen trivias con el libro, generó algo súper lindo. Hay que ir viendo un poco eso. Y orientando. Ahora estamos apostando en AZ para ampliar nuestro catálogo juvenil. Teníamos las antologías (Mario participó en dos de ellas), pero no teníamos un empuje que las reuniera. Y ahora sí, también estamos trabajando en algo para la primera infancia, para 2023. 

MM: Realmente es mucho. Recién mencionaste el cartoné. En el punteo de temas que me anoto antes de cada entrevista había anotado “Problemas”. ¿Cómo viene la cuestión con el cartoné, el papel y demás?

SD: Siempre digo que los problemas en una editorial eran los siguientes: o no llegabas con el libro, (porque calculaste mal los tiempos de edición), o tenés el libro terminado pero no tenés el capital para invertir en la producción. Hoy, el escenario es diferente: tenés el libro terminado, tenés el capital para imprimirlo o la decisión de invertir en ese libro, pero no tenés papel. La verdad es que cada vez que lo pienso no lo puedo creer. Está muy difícil el tema del papel, no solo por el precio, está muy difícil que haya papel. Acá hay solo un proveedor que hace los libros en cartoné, y el hecho de imprimir afuera es muy difícil. Y te ves armando un plan teniendo en cuenta un montón de limitaciones. La verdad es que todo lo que es tapa dura, acolchada o ciertas terminaciones se complica en Argentina, obviamente acá hay imprentas buenísimas, pero hay libros que si los imprimís acá el PVP termina dando unos números que se alejan de lo que hoy un padre, una madre, puedan comprar. Es muy caro hacerlo en la Argentina. La verdad es que es una decisión súper compleja y encima cambia muy seguido. Entonces es muy difícil planificar. Hoy hay que ir haciendo los proyectos y esperar un poco la oportunidad. Ir viendo… si no se puede hacer acá, si algo puede venir de afuera. La edición de todos los libros de AZ es nacional. Nosotros no tenemos libros de afuera o coediciones. Los autores, los ilustradores, los diseñadores son todos argentinos. AZ tiene en su ADN ser una “editorial argentina”. No es una editorial con capitales de afuera, y la verdad es que es un equipo, que para todo lo que sea texto, literatura y generales, es muy chico. Este año volvieron a darnos el sello de Marca País, de Argentina, y la verdad es que es un sello de reconocimiento a la editorial. Una acción que hicimos este año, es que en los espacios de Ezeiza para los niños, hay bibliotecas con códigos QR para escuchar los audiolibros de AZ mientras los chicos y las chicas esperan el vuelo. En ese sentido, AZ innovó con la tecnología hace años, y entendió que la posibilidad de escuchar el audiolibro, genera ganas de tener ese libro. Mucho más en infantil. Y se ve la tapa, y es un poco posicionar la marca y acercar la literatura. Así que están ahí, apoyados por Marca País durante un año. Hay personajes en los vidrios dialogando entre ellos. Ahora ya no está, pero durante un tiempo en la zona de embarque había un espacio de la colección Súperpatriotas, y Belgrano, Güemes y San Martín en un tótem enorme. En las redes de AZ los pueden ver. Así que la gente se sacaba fotos con los Supepatriotas de la Argentina, libros escritos por Valeria Dávila e ilustrados por Iván Zigarán. Es bien argentino en ese sentido. Estas acciones, encontrarnos con la gente de Aeropuertos 2000 y revalorizar sus espacios infantiles, es fomentar la lectura. Y para eso estamos.

MM: Lo armamos como se puede. Laura pregunta si Marca País es un sello de diseño. 

SD: No, es un sello que depende del Ministerio de Turismo y Deporte de la Nación. Es Marca País Argentina, y es un reconocimiento a distintas empresas y productos argentinos de toda índole. No solo libros. Sí, en el caso del premio Buen diseño, a la Serie del Boleto le dieron un reconocimiento.  Creado por Jessica Vázquez y el equipo de AZ.  Que la elijan hasta por el diseño fue muy lindo. 

MM: Habrás opinado ahí, me imagino…

SD: Un poquito… Pero Jessica ya sabe, es una empresa con mucho diseñador gráfico. 

MM: Es una editorial de un grupo familiar, ¿no? 

SD: Sí, es de un grupo familiar. Actualmente la dirige Ramiro Villalba Garibaldi. Y Dante Villalba, es su presidente; no está tanto en las oficinas pero está muy presente. 

MM: ¿Algún otro proyecto que nos quieras comentar, con el que nos vayan a sorprender? NO cuentes demasiando, pero…

SD: Las novedades que les dije son todas bastante transgresoras. Son diferentes para el catálogo; los AZ cómics, las animaciones, el video juego, el nuevo libro de Argentina natural, la novedad de Istvansch, que tenés que darlo vuelta para leerlo, creo que hay varios “permitidos”. Después estamos trabajando en proyectos, como los ocho Boletos nuevos. Te puedo decir los autores y autoras que van a estar: Iris Rivera, Graciela Montes, Silvia Schujer, Gabriela Keselman, Adela Basch, Liliana Cinetto y Hernán Galdames. Lo miro y no lo puedo creer. Con la lista completa van a ser veintiocho Boletos, no puedo evitar sentirlos como hijitos. Yo no los escribí, no los ilustré, pero estoy muy contenta con esta colección y estoy súper agradecida a los autores y autoras, a los ilustradores e ilustradoras y por sobre todo, a AZ. Y en juvenil se suman: Vero Sukaczer, Ángeles Durini, Laura Escudero Tobler, Franco Vaccarini, Esteban Valentino y un tal Mario Méndez

MM: Tenía que estar Ángeles, eh…

SD: Tenía que estar; la tenía ahí, era una cosa… Creo que son veintiocho autores distintos, prácticamente. Todos han sido siempre muy buenos conmigo en mi carrera, pero no es una cuestión personal. Cuando tenés una colección de cuatrocientos libros, como editora algunos pueden gustarte más que otros; en este caso, que es una colección chica, siento que los veintiocho tienen que ser excelentes. No tengo margen en ese punto. Miro mucho. Pido disculpas públicamente por lo que todavía no leí ni respondí. Tengo mucho atrasado. Me encantaría hacer un ratito de lectura, y dedicarme sólo  a leer, pero a veces ayudo en la parte comercial de AZ, y eso me lleva un tiempo. 

MM: Muy bien. No sé si las chicas tienen alguna pregunta que no se me haya ocurrido. 

SD: ¿Los aburrí mucho?

MM: ¡No, para nada!

Gloria Candioti: Para nada. Me acuerdo de  que todavía no había terminado la pandemia y vos saliste con esos libros, decíamos “¿Pero qué hizo? ¿Cómo puede ser?” Todos dormíamos, estábamos pensando en la pandemia y Silvina se larga con esa cantidad de libros. Son muy lindos, muy interesantes. 

SD: Me acuerdo de que eran los primeros vivos, la pasaba mal, sufría. Y  en esos vivos se conectaban todos. Iban cambiando. Primero Istvansch y Sandra, que eran los Boletos Azules, después Adela, Cecilia Pisos y Margarita Mainé… Me acuerdo de que en un momento yo quería preguntar y Adela hablaba de mí, y yo le decía que no, que habláramos de los libros. Después todo pasó a ser un meet. Pero bueno, uno puede pensar mucho, pero la editorial dijo: “Bueno, vamos”.

GC: Yo te escuchaba cuando hablabas de lo de secundaria. No sé si sabés, pero yo acompaño a varios colegios en eso. Me acuerdo de colecciones que han funcionado muy bien, y son de prescripción. Esta combinación que querés hacer entre prescripción e impulso, que es la de Zona Libre, por ejemplo. Yo creo que va a funcionar bien, porque viste que la juvenil tiene que entrar con el docente. Y el docente se siente más cómodo con algo argentino que con algo que viene de afuera. Nosotros, que estamos haciendo estos talleres de juvenil con ALIJA, nos damos cuenta de  que lo juvenil que viene de afuera provoca escozor. Una buena colección de juvenil que empiece a instalarse en los colegios, va a funcionar, porque los docentes están necesitados también. 

SD: Sí, la verdad es que varios son textos de rescate; y me dio ganas, porque la verdad es que un juvenil hoy puede leerlo un chico de once, un chico de quince. A esa edad, me parece que llega un momento de: “Bueno, fijáte”. Y yo no veo a los chicos y chicas, los ve el docente, el que sabe si el libro va a ir para un primer año, un  tercero, un sexto grado, un séptimo… Desde el escritorio de editora, sería un supuesto que yo dijera que un libro es para catorce años. ¿Quién soy yo para decir que uno de once no lo puede leer? 

GC: Va variando. Hay lectores tan distintos…

MM: En lo juvenil es muy amplio. Por ahí es más homogéneo con los chicos chiquitos. Lo otro es muy heterogéneo. 

GC: Hay muchas experiencias distintas, sí. 

Debby: Como digo siempre, todo depende del camino lector de cada chico. Yo estoy en una biblioteca pública, y vienen chicos de primaria que por cómo fueron leyendo, por cómo están incentivados desde la casa, desde la biblioteca, se llevan libros de secundaria. Y si les preguntás si se aburrieron te dicen que no. La verdad es que es para estar tres horas charlando tres horas con vos, porque todo lo que nos contás,  y todos los proyectos que tienen. Voy a hacer la pregunta repetida, que ya conocen los que me escuchan todas las semanas. ¿Escritores noveles?

SD: Pido disculpas porque recibo mucho, tengo un montón para leer y somos pocos. No sé si noveles, pero por ejemplo, Juan Guinot, que tiene una novela que a mí me encantó y que ahora se lee más, es fabulosa, Mi primer ovni, en el momento en que me llegó no tenía tanto publicado. Adrián Yeste tiene un par de libros publicados en Edelvives, pero es más conocido como narrador. Y el texto cuando me llegó era de una belleza… Y automáticamente dije que eso era para Gina que es la ilustradora. Ahí tengo una anécdota muy graciosa. Porque Gina es colombiana y él español. Fuimos a tomar un café y yo los presenté, porque era un libro álbum y quería que trabajaran juntos. Pedimos tres cafés, y ellos pidieron hielo aparte y empezaron  a ponerle hielo al café. Y yo los miré y dije sentí que iba a funcionar de maravilla, porque se iban a entender muy bien entre ellos. Y trabajaron muy bien. El tema de los editores, aunque a veces parezca que es una mentira es el tiempo para poder leer. Yo le pongo fecha a todo lo que llega, digo que voy a poder y la verdad es que el día se te pasa. Además, el tiempo para leer no es en cualquier lado, necesitás un silencio. Y tengo la suerte de que desde que salieron los primeros Boletos llegaron muchos textos. De autores noveles y no noveles. Ezequiel ahora tiene muchos libros publicados, pero Dellutri no era un autor con tanto, y a mí me parece maravilloso. Mamerto mío, apenas lo leí dije que tenía que ilustrarlo Cucho. Hay otro preconcepto en la literatura, que es que si uno escribe para chicos, los protagonistas tienen que ser chicos. Y acá el protagonista es un escritor de literatura infantil, al que su editora le está reclamando el texto que le debe, y a él no se le ocurre qué escribir. Y está Pascual, este perro salchicha que no entiende cómo a su dueño no se le ocurre que mejor inspiración puede haber que escribir sobre él. Es su perro. El escritor se llama Darío, pero él, como no entiende nada le dice: “Sos un mamerto”. Está narrado por Pascual. No paré de reírme, siento que todo escritor tiene que leerlo porque se va a sentir muy identificado. Y pensá que es algo que le sucede a un adulto, con un editor, y la respuesta de los chicos es muy buena. Y lo han leído en Serie Verde, que si tuviéramos que poner una edad sería de entre ocho y diez, y lo han leído hasta en secundaria. Pasa por otro lado, por trabajar el humor. ¿Y qué edad tiene el humor? Me encantaría que me llegue un texto así, todo se acepta, a todo se le pone fecha, y voy leyendo, pero lamentablemente el tiempo es poco y entonces no podemos leer todo lo que queremos. 

MM: Me parece que Laura había levantado la mano. 

Laura Gutman: Sí. Yo quería preguntar, ¿esa mezcla de prescripción e impulso, está orientada hacia temáticas? Me interesa si vas a abrir juvenil, ¿cómo pensás eso, y hacia qué temáticas te volcarías? 

SD: Lo que va a salir ahora, algunos son libros que se descatalogaron de SM, en juvenil y demás. Pero sí me pasa con algunas series de los que voy a sacar, que por ahí estaban en una Serie Roja de SM, y que yo consideré que son libros que se pueden ampliar mucho más. Ahora, le elección de esos títulos que van a salir, para mí fue estrictamente literaria. Es algo que siento que los va a atrapar, que todo ese concepto como en el Boleto de un acceso a la literatura, de un viaje literario, en general, está. No es que digo que voy a sacar un libro de temática policial o del proceso. Que es totalmente válido, pero no sería el caso para mí. Si me llega un libro que está inspirado en los mitos, o en un policial, está perfecto. Pero no es que estoy pensando que necesito un policial…

LG: No digo porque lo necesites. Digo ¿cómo te imaginás ese mundo? ¿Cuándo dijiste  el   “Proceso” te referías a la dictadura militar?

SD: Claro. Lo que quiero decir, es que para mí los textos llegan…

LG: Cuando decís que la visión es una visión literaria, no estás haciendo la división entre si es de prescripción o de impulso, que la decisión es literaria. Es por el encuentro con la literatura y puede entrar en uno o en otro, pero no es una mezcla de los dos. 

SD: No, no. 

LG: Ah, te entendí mal entonces. Yo pensé que hacías un cruce entre prescripción e impulso.

SD: Te entiendo. Viene re bien la aclaración. Lo que sostengo es que el libro que sería de prescripción, no tiene por qué no funcionar en impulso. Eso es lo que trato de decir. Una novela que el docente recomienda, que le gusta, que siente que puede llegarle a los chicos en secundaria, con la que puede trabajar, producir debate o lo que sea, y es muy aceptada en el colegio, ¿por qué ese chico no podría elegirla al ir a una librería? Porque tiene ganas de leer a ese autor, o porque ese título le llamó la atención, o esa tapa, esa temática. Lo que sucede en el impulso; no siempre hay un librero que tiene oportunidad de mediar, y el chico va y lo elige. Como decían recién, vienen textos de afuera. Yo, por lo menos, quiero hacer el intento, y si el intento es que la tapa tenga un código más juvenil y pueda atraerlos, aunque sea para que lean la reseña, y digan que les interesa. El juvenil es muy “boca a boca”. Poder enviarle libros a booktubers, o a youtubers, y que los lean ellos y que los evalúen y los recomienden a sus pares, porque es así. Abrir un  poco la concepción, que no significa uno u otro, y tampoco pedirle al escritor que escriba algo que tenga lo que se está buscando en impulso. Muy pocas veces le pido a un autor o autora que me escriba sobre un tema. Prefiero que sea al revés, que me proponga, y yo lo veo o no lo veo. Lo que no quiero es limitar. No quiero hacer un libro que sea exclusivamente para el colegio, porque creo que esos universos se cruzan. Y un poco el Boleto probó eso, a través de los clubes de lectura o  las bibliotecas que han facilitado un montón. Hay mucho mediador, papá, mamá o librero que pregunta qué edad tiene y puede recomendar Mamerto mío. No es un libro que sólo pueden leer en el colegio. Hablo de toda la literatura de prescripción en este sentido. Fui librera, y me he cansado de recomendar textos que seguiría recomendando hoy. A Graciela Montes no tienen que leerla porque se las van a dar en el colegio. La van a pasar bien. Ahora que estamos reeditando los libros de Silvia Schujer, de Cachorros de cuentos, como Enojo de conejo y Lana de perro, les pusimos tapa blanda y demás, para que puedan entrar tanto en un primer grado, como en una librería. Ese es un poco el concepto. Están en mayúsculas, porque pienso en los primeros lectores, y un montón de cosas, tiene QR con Silvia narrándolo, que es una característica del impulso, tienen la partitura atrás… Tratamos de que sea un libro que puede circular por los dos canales. ¿Por qué no van a poder leer estos libros en un aula? 

MM: Muy bien. Acá dice Debby que ningún libro es para leer solo en el colegio. Y tampoco se supone que un libro que es “para librería” tiene vedada la llegada a la escuela. Yo he sido maestro de sexto grado y cuando recién salía le he dicho a la directora que quería leer Harry Potter con los chicos. Y los pibes lo leían en la escalera en el recreo. 

SD: Creo que el rol de todos nosotros es más el de generar lectores; habilitar todos los medios de acceso posibles. 

MM: Tal cual. Ana levantó la mano…

Ana Vergara: Primero quería comentar que vos decís que querías que apareciera un dragón (en tu libro del Boleto), en la terraza de tu casa, subirte a su lomo e irte a volar con él a cualquier lugar. 

SD: Estábamos en pandemia, sí. Me quería ir a cualquier parte.

AV: Recién  puse el QR para escucharlo. Les quería mostrar dos libros que me parecen maravillosos que son de AZ, que son tipo enciclopedia. El gran libro de los dragones que es de Valeria Dávila, y está ilustrado por Federico Combi, que son textos de leyendas de dragones de distintos países del mundo.

SD: Yo había separado los orientales de los occidentales. En un momento Valeria me dijo: “Me cuesta el casting”. Me encantó esa frase. Eran súper interesantes y no entraban todas. Federico al final puso la anatomía, yo aprendí un montón. Para ver la diferencia entre el dragón oriental y el occidental. 

AV: Yo lo llevé a una escuela, y los chicos de primer grado estaban mirando fascinados. Y después, también de Valeria Dávila, El gran libro de los monstruos, y las ilustraciones son de Jo Rivadulla, que son todas poesías. Eso me encantó, porque busco y no había encontrado. Son seres fantásticos, o monstruos, presentados con poesías. Me pareció maravilloso. 

SD: Son libros con mucho humor. De los grandes libros es casi un clásico de AZ. Ahora va a llegar El gran libro de los mitos griegos.

AV: Son bellísimos. Y abajo tienen información sobre cada uno de los monstruos. Tiene tapa dura, acolchada, son una belleza. Los quería compartir, porque por ahí no los conocen. Me encantaron. Y a los chicos también. 

SD: Gracias. 

MM: Bueno, Sil, te dejo libre, que son las ocho y media pasadas. Muy entretenida la entrevista. Seguramente va a tener mucho rebote en las redes, 

SD. Le digo el Instagram: @azeditora. Llegamos a cien mil seguidores en el 2022. También es raro para una editorial. La idea es tener una comunicación muy directa con el docente, el mediador, el papá y la mamá… Uno hace los libros pero hay todo un equipo atrás. Haciendo mucha fuerza para que los libros lleguen. Se trabaja un montón para que nos sigan, para poder publicar, para difundir libros en las redes. 

MM: Muchísimas gracias, Sil.

SD: Gracias a ustedes, por el espacio y el tiempo. 


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