Silvina Díaz: “Los libros son libros, más allá del colegio, la librería o la biblioteca”

En esta primera parte de la entrevista a Silvina Díaz, editora de AZ, inquieta participante del mundo de la LIJ desde hace años (y en distintos sectores del campo), conversamos acerca de su desembarco casi en plena pandemia en la editorial, de la reconstrucción de una colección señera como es la Serie del boleto, de la idea de que los libros no solo sean de impulso o de prescripción, sino que apunten a las dos posibilidades y de, entre otras cosas, el desafío de llegar a los lectores y lectoras juveniles con libros que los profes puedan prescribir, pero que ellos no vean como “de colegio”.

Mario Méndez: Buenas tardes, bienvenidos, bienvenidas. Estamos con Silvina Díaz. Amiga, primero que nada, desde hace muchos años, de lugares diferentes de la literatura infantil y juvenil. La conocí cuando llevaba adelante un proyecto de promoción que se llamaba Literarte, en la zona norte de Capital y Gran Buenos Aires. Diseñadora, escritora de a ratos, participante del taller de Ángeles Durini, que es otra amiga, ganadora alguna vez de un premio Jitanjáfora y devenida editora. La he tenido como editora en Guadal, en SM y ahora en AZ. Así que bienvenida, Silvina. 

Silvina Díaz: Muchas gracias. Me gusta porque me conocés hace tanto…

MM: No hace falta leer la biografía. Igual puedo olvidarme de cosas importantes. Por ejemplo, gran jugadora de hockey sobre césped, jugando en los torneos de Mami Hockey…

SD: Lo de “gran” lo podemos dejar ahí.

MM: Acá estamos para preguntarte cosas, más que nada, de tu actualidad como editora en AZ. Hasta ahora hemos tenido casi siempre editoriales “pequeñas” en este ciclo. AZ es una mediana, podemos decir, con muchos años de historia, con mucha trayectoria en los libros de texto, y en libros de formación didáctica, de pedagogía, de no ficción… También en los libros de literatura infantil, y desde hace un tiempo, creo que desde que llegó Silvina, también orientada a lo que llamamos “prescripción”. Los libros que las maestras y maestros les piden a sus niños y con los que trabajan en el aula, pero bueno… La que tiene que hablar es Silvina, así que contanos cómo ha sido tu desembarco en AZ, y qué es AZ para vos. 

SD: AZ, como vos decís, es una editorial a la que yo llego y ya tiene una gran trayectoria, porque tuvo diferentes ciclos. Estuvo AZ Diez, que es algo que marcó a muchas generaciones… la Serie del Boleto… el nombre era una colección de Heber Cardozo... En un momento hacían libros judiciales… es como una Silvina que agarró un poco de todo, me parece, con un enfoque que se fue orientando más hacia lo educativo, ¿no? Es muy fuerte en libros de texto para secundaria, cuando yo llegué a AZ, ya hacía un tiempo que habían empezado a renovar el catálogo más de impulso, con algo de prescripción de literatura. Era un catálogo con mucho para hacer. Eso para todo editor es algo muy motivante. Y mucho más si te dicen que hagas. Uno llega a SM, a Barco de Vapor, y dice “que lindo estar acá”, pero sabe que sigue un modelo de determinada colección. Acá había mucho por hacer, y también está esa posibilidad de múltiples formatos, receptores, edades. Yo tengo a cargo el catálogo de literatura en general, así que tengo ficción y no ficción. El área de texto está a cargo de Analía Rodano, que entró al mismo tiempo que yo y que sabe muchísimo y tiene mucha experiencia en educación, que no es mi área. AZ venía teniendo un editor para todo, fue un poco mi decisión decir “yo hago esto, pero esto, no”, y un poco la de Analía también. Son mundos bastante diferentes y es difícil abarcarlos. Ahí empezamos a trabajar, pero yo entré en septiembre y en marzo fue la pandemia. Así que llegué y empecé con lo que estaba lanzado, y con la serie del Boleto. Un poco lo que me pasó es que, en la sede de AZ está el depósito también (eso no suele pasar en las editoriales), y la verdad es que caminar por ahí y encontrarse con libros de hace cuarenta años, fue un descubrimiento muy lindo.  Ahí, un día vi la Serie del Boleto, vi libros de Montes, de Roldán… Y pregunté dónde estaba eso. Los derechos ya no estaban, pero para mí eso era algo que había que continuar, porque había sido parte de AZ. Me gustó mucho el nombre, Serie del Boleto. Primero hicimos una investigación, porque para los chicos, “boleto”, hoy en día… Para nosotros el boleto es otra cosa. Pero dicen “el boleto estudiantil”, o “el boleto es un acceso” … Todo lo que referían sobre el boleto iba perfecto con el contexto. Nos dan un ticket o un boleto para entrar. Y yo quería eso, una colección que fuese un viaje y un acceso. La palabra “boleto” la cerraba, y encima tenía historia de AZ. Ahí se desarrolló esa colección. Y como esa empezaron a salir los Fuera de serie, que eran propuestas de llegadas diferentes, propuestas de ilustrados. Apenas entré reeditamos los de Silvia Schujer, Canciones de cuna para dormir cachorros y Canciones del circo, que eran libros musicales. Una vez que se usó el CD, con el libro musical pasaba un poco que no se sabía qué hacer. Y la verdad es que en AZ había un montón que tenían la característica de tener el código QR en la contratapa, y cuando lo escaneabas, se escuchaba la narración en la voz del autor. Esto tiene años en AZ, y se podía llevar la música de una manera muy simple. Esos fueron algunos de los primeros libros que sacamos, con esa amistad que AZ tiene con la tecnología. En el caso de la Serie del Boleto, no tiene la narración, pero tiene una entrevista a los autores. Me parece que después de terminar de leer, todo colegio quiere que vaya el autor. Y es imposible que vaya a todos los colegios. Se presentan, hablan del libro, y siempre les dejamos la pregunta sobre qué harían si tuviesen un boleto extra. 

MM: A mí no me preguntaron…

SD: Sí, estás, algo dijiste. Después vamos a ver qué dijiste. 

MM: Andá a saber qué dije…

SD: Fue gracioso, porque cuando se me ocurrió, esa sección se iba a llamar El autor en casa. Y después vino la pandemia. No podía ponerle ese nombre. Estaban todos en casa. Hubo que hacer un cambio y pasó a ser el Boleto Extra. Creo que traté de sacar algunas cosas de Literarte, donde había estado mucho del otro lado, asesorando escuelas y escuchando a los chicos. Cosas de diseño de los libros. Cada tapa es independiente, la tipografía del título también, las ilustraciones siguen en contratapa… Tratar de sacar esa marca del libro del colegio. Yo tenía el recuerdo de Ferias del Libro que hacía, quería recomendarles un libro y me decían que era del colegio. Con la posibilidad que tiene AZ de tener muchos libros en librería, de estar muy posicionados en ese canal, estaba bueno que la literatura no fuera sólo para el colegio, que entrara en las librerías. Y de hecho está funcionando así. Es una colección en la que AZ decidió seguir la inversión aun en pandemia. Me acuerdo de que cuando hicimos los primeros ocho estaba todo el mundo encerrado y nosotros haciendo libros para la escuela. Yo agradezco mucho, creo que AZ acompañó el proyecto, y que estaba bueno seguirlo. Los libros son libros, más allá del colegio, librería, biblioteca… Me gusta ese concepto.  Tienen algunas cosas que costaron más. Por ejemplo, no tienen edades. Ese también fue un planteo mío, que no comparto la idea de que los libros tengan edades. Hay que dejar que los mediadores elijan; tienen niveles de lectura, pero no tienen edades. 

MM: Dejaste varias líneas. Una es el recuerdo de AZ 10. Si mal no recuerdo por ahí anduvieron Olga Drennen y Carlos Silveira. 

SD: No recuerdo bien. Carlos Silveira estoy segura de que sí. Olga trabajó la colección Lectonautas, que está hoy todavía en AZ. Pero me pasa de hablar con autores y que todos tengan un recuerdo de AZ Diez hermoso y muy fuerte. 

MM: Sí, fue bastante innovadora esa publicación. Otra de las líneas que me dejaste es esta sorpresa (uno no puede saberlo todo)… Yo pensaba que la Serie del Boleto era una invención tuya, no que había un editor previo, al que yo no conozco, así que contanos quién es Heber Cardozo. 

SD: Heber ya falleció. El otro día hablé con Graciela Montes, y en AZ es alguien muy querido de esa época. Creo que tenía un perfil más bajo. La Serie del Boleto tenía ese nombre porque era un rectángulo enorme. La actual solamente mantiene el nombre. Y le habían puesto del Boleto porque en ese momento, en colectivo, uno viajaba con boleto, y tenía ese formato. Heber trabajó mucho. Todavía hay libros de Itsvansch que fueron editados por Heber. Los primeros libros de Pablo Médici, Brocha, también. Después se enfermó y falleció. Yo tuve una charla muy linda con su mujer, porque sentía que tenía que contarle que iba a usar el nombre. No es que AZ empieza a hacer literatura, no somos nuevos. AZ tenía su peso y su trayectoria. Estamos como volviendo. Y me parecía que era una colección que estaba muy bien. Nora Hilb también está hace mucho en AZ, y estaba ahí. Ahora hay un “boleto viejo” del que no puedo decir mucho, pero que va a volver a salir y estoy muy contenta.

MM: Por ahí después te sacamos la primicia. Es bueno saber de estos precursores; soy nuevito en AZ. Sí conocía y soy bastante amigo de Itsvansch y de Brocha; los libros de arte que eran una marca de AZ. Libros fuera del formato tradicional: El arte no sirve para nada, de Brocha, y los títulos estrambóticos del querido Itsvansch, que se ofrecen por impulso. Y ahora la llegada a la escuela.  Me decías que hicieron esta colección para volver a la escuela en plena pandemia, un desafío enorme. Si bien se seguía dando clase, la escuela estaba en otro mundo. 

SD: Creo que era un momento importante para mí, quería contar que AZ estaba haciendo eso. Cuando querés contar algo en un momento en el que muchas editoriales ya posicionadas salen juntas, vos salís con ocho libros frente a catálogos inmensos. Para mí era un momento de salir a presentar algo en un momento en el que no había mucha novedad. Confiaba también en esto de que no era sólo un libro para el colegio. Que eran historias hermosas que los chicos podían leer en pandemia, eso se trabajó mucho. Y de alguna manera, mi llegada a AZ significó estos autores; algunos que volvían, otros que estaban en proceso y muchos nuevos. Yo no quería detener esto, quería que siguiera. Un editor puede tener muchas ideas, pero tiene que tener del otro lado a alguien que confía. Imaginate la importancia de la confianza en pandemia, para sacar estos libros. 

MM: Realmente. Qué bueno que estuvo ese acompañamiento. También porque te conocemos te acompañamos unos cuantos autores que te conocíamos desde Guadal o de SM. ¿A quiénes nos llevaste ahí? 

SD: La primera salida fue con Sandra, Itsvansch, estaban Cecilia Pisos, Margarita Mainé, Adela Basch… Y después… Cristina Macjus, Nico Schuff, Melina Pogorelsky… Después en la serie violeta estuvo primero Fabián Sevilla, Liza Porcelli, y Cecilia Blanco con El regalo de Tusitala, una novela que amo. Después te sumaste vos, se sumó Franco, se sumaron Pez y Zweig, en una dupla que adoro, en el primer libro que hacen juntos, se sumó Silvia Schujer, que ya tenía libros en AZ, pero se sumó al boleto, y Nora Hilb, que también, tiene Ratón Gastón y Gastoncito, pero se sumó al Boleto. Y después se sumó Dellutri, con Mamerto mío, que es EL libro si la quieren pasar bien y reírse mucho. Me costó editar el texto, porque me tentaba y me iba del rol. Martín Blasco con Vidas piratas, Fernando de Vedia… Y el entrevistador, con Elisa y el dragón.  La colección tiene cuatro colores: azul, amarillo, verde y violeta. En violeta, Franco. Hoy hay cinco boletos de cada color. Estamos trabajando en dos Boletos más que se suman a fin de año, dos de cada color. Y lo más novedoso es que sacamos también secundaria. Y siguiendo con el concepto de no-edades, decidimos poner un nivel más del Boleto, que tampoco especifica la edad. Obviamente, es para un lector más alto. Hoy estamos trabajando en esto. 

MM: El proyecto de publicar juvenil para chicos de la secundaria es muy osado. Hay una concepción sobre que los pibes de la secundaria no compran, los profes de la secundaria no piden, entonces quitemos la inversión de ahí y vamos a los primeros lectores, que es más seguro que los papás compren…

SD: Ahí es el mismo concepto del Boleto en general. El libro no se hace solo para el colegio, se piensa para juvenil en general. Y si hoy uno piensa en los libros más vendidos en Cúspide, en Temátika, donde sea, la literatura juvenil, por más que sea más de impulso, tiene un lugar súper importante. Siempre digo que cómo puede ser que nosotros, que tenemos tan buenos textos, nos cerremos a ese espacio. Un poco lo que estamos trabajando es que esa literatura, al igual que lo que pasa con el Boleto, pueda entrar por los dos canales. Estos son los azules, por ejemplo. No tiene tanto una marca de “libro de colegio”. 

MM: ¿El chanchito azul de quién es?

SD: De Nora Hilb. La jungla en casa es el de Pez y Zweig. Tapioco es de Sandra Siemmens, y Abel regala soles, de Itsvansch, que es reedición. Y Regalos, que también es una reedición y es de Silvia. Tienen algunas cosas. Cuando entrás al libro dice: “Acá empieza el vieja de”, y tiene espacio para que lo puedan escribir; en el colofón, además de decir en donde se escribió tiene un espacio para que el chico o la chica diga qué le pareció el libro. Y el Boleto Extra, para escanear y escuchar, cuando terminás de leer, la voz del autor. 

MM: Después lo voy a poner a ver qué dije. 

SD: Lo bueno del QR es que si te arrepentís podés mandar otro y lo cambiamos. Éste es el de Mario, Elisa y el dragón, que lo ilustró Virginia Piñón.

MM:  Ahí lo tiene Ana. No puede faltarle su libro de dragones… Ahí, en esos libros que mostraste recién para primeros lectores, la diferenciación con la escuela es bastante clara. Incluso supongo yo que es más fácil. Pero ¿cómo hacés con un juvenil para que esos lectores que se nos escapan a veces no te digan que es “de escuela”? 

SD: Creo que la tapa tiene mucho que ver. Hay un código. Si bien ahora las tapas de juveniles empezaron a cambiar mucho, me parece que hoy hay una tendencia a correrse del lugar en el que estaban antes, pero es difícil, porque es un mercado muy invadido por el afuera. Sin llegar a juvenil, hay sagas que para ocho o nueve años funcionan muy bien en librerías por impulso, por ejemplo, la serie de Alan Ventura

MM: ¿Quién es el autor o la autora?

SD: Jo Rivadulla, que es de Bariloche. Son súper de aventuras, muy efectivos, y cuando los presento siempre digo que no están de “tú”, ni en neutro. Es un autor argentino, es castellano rioplatense, entonces, ¿por qué no podemos entrar con este tipo de productos a impulso? ¿Por qué tiene que venir todo de afuera? Y la verdad es que sacamos el 1 y empezó a funcionar, está tranquilo… El 2 empujó al 1, ahora sacamos el 3 y se venden el 1, el 2 y el 3… A veces tenés que jugarte, decir “vamos por acá”. Yo tenía una profesora en la facultad que decía que uno, primero, tiene que hacer una lista de “supuestos”. Que cuando uno hace una serie o algo, en diseño se trabaja mucho lo que es el partido conceptual, que es como tener un concepto claro de adonde querés ir. Cuando hago una lista de supuestos, puedo suponer que juvenil no se va a vender en librerías. Por ahí lo supongo por datos concretos, porque uno habla. Y después, cuando ves esos datos de supuestos, algunos no son tan concretos. ¿Por qué supongo que juvenil no va a venderse en librerías? El supuesto es porque lo ven como un libro de colegio. ¿Qué tengo que hacer para que no lo vean así? ¿Los textos son el problema? No. La verdad es que tenemos la suerte de tener escritores y escritoras que son geniales. Que toman temáticas que a los chicos les interesan. Por ahí nos pasa que hay como una etiqueta de entrada, y que está bueno mover el modelo. Eso implica moverte muy fuerte en librerías, pedir que te den un espacio, probar ir por otro lado. Para esto, muchas veces los mediadores son muy importantes. Cuando uno va y les presenta los libros a los vendedores en sí, les cuenta por dónde pasan. Las tapas también dicen mucho, sobre si es juvenil o infantil. No es que tenga la solución. Ojalá. Pero creo que está bueno intentarlo, tratar de empujar y sacarnos eso de “libro de colegio”. Quiero que sea el libro. 

MM: Uno tiene que arriesgarse. El tema es que a veces, cuando sos una editora que recién empieza en una editorial, te tiene que acompañar el dinero, los que ponen el sello histórico…

SD: Sí, parte del riesgo de AZ fue también que vieran mi personalidad. A mí me gustan los desafíos. Tampoco sé todo lo que va a suceder, pero trato de darle una vuelta. No todos son éxitos. Hay cosas más gratificantes y otras que no, y hay veces que me piden cosas que a mí no me gustan, y después termino dándoles la razón, porque la tenían. Pero es un catálogo tan amplio… El Boleto es una partecita. Es enorme el catálogo. Y la verdad es que los lectores tienen gustos totalmente distintos. Habrá alguien a quien le gusta más la Serie del Boleto, alguien a quien le gusta más alguno de los grandes libros, a otros la no ficción… Es un poco la posibilidad de entrar en distintos lados. A través de distintas colecciones. Hay colecciones que funcionan más afuera. Otras que uno las ve y son mucho más para Argentina. Ahora salieron los Key Titles, que son veintiocho títulos que elige Cancillería para representar a Argentina. De todo, infantil, adultos y demás. Y dos de esos libros fueron de AZ. Uno fue Caracoleo, que es un libro álbum muy pequeñito que es de Adrián Yeste y Gina García. AZ, lo que más tiene no son libros álbum, y la verdad es que fue una apuesta, fue ver el texto, hacerlo chiquitito… Adrián es narrador, así que tiene el QR con la narración de él. Y funcionó, y es un libro que más allá de los Key Titles, viene funcionando súper bien. Y el otro es un libro de adultos de no ficción, un libro de crianza de Matías Muñoz. No lo tengo acá para mostrarlo. Es un psicólogo que ya se había acercado antes a Ramiro con la propuesta. Le dijimos que de adultos no teníamos tanto, pero yo lo leía y estaba bien. De hecho, me daba pena no haberlo leído antes porque mis hijos ya están grandes; lo hubiera aplicado mucho más. Y había un espacio para esos lectores. No sé, AZ no es especialista en libro álbum pero a veces te llega. Tengo esa posibilidad hermosa, de que llega algo, y el catálogo es tan abierto que hay espacio. Si el libro gusta, le hacemos un espacio. Eso pasa mucho charlando con Ramiro, que es el director de AZ. Creo que ahí hay algo de mi parte de diseñadora que me divierte mucho. Por ejemplo, te muestro Hola Argentina

MM: Es un libro muy impresionante. ¿Es un atlas moderno?

SD: Sí, un atlas infográfico, de todas las provincias, de Octavio Pintos. Es uno de los libros más vendidos de AZ.

MM: Eso es muy original, porque parecía que era una especie de libro informativo, el atlas que ya estaba completamente atrás…

SD: Bueno, ahí, si hablás de supuestos, y te digo que voy a hacer un atlas, me decís que hoy ya fue, que si querés saber algo lo vas a googlear… Cuando entré a AZ este proyecto se lo había llevado Octavio a Ramiro. Y la verdad es que se trabajó muy bien, en equipo, fue un proyecto súper interesante, al que Ramiro le había visto la veta. Y yo también, y la verdad es que funcionó súper bien. Y esto sí se los puedo decir porque está llegando ya, ahora sale Argentina natural, que es muy parecido, pero es todo de flora y fauna. Hola Argentina es más de historia y geografía, de lugares turísticos… Este es de flora y fauna, y en lugar de estar separado por provincias, está separado por los parques nacionales. Son trabajos de Octavio, de años. La editora del área es Julia. Y pasa esto. Si yo digo “un atlas”, me dicen “qué sé yo”.

Y la verdad es que en las novedades que van a salir dentro de poco incluyen esto. Incluyen cómics, que en AZ no había, y es algo que a los chicos les llega mucho. Se agrega al QR y a los audiolibros, con música, Gaby Thiery, que ya tiene libros en la editorial, hace animaciones. Y ella nos propuso una historia con animaciones. Y ahora vamos a sacar un libro que las tiene. Lo podés leer perfecto, y si querés saber qué se imagina la protagonista, escaneás un código QR y los personajes se te mueven. No sé qué va a pasar con esto, pero me parece que, si la herramienta está, vamos para adelante, a ver qué se genera. Son otras generaciones, a nosotros, cuando éramos chicos ni se nos ocurría. Es un catálogo divertido para trabajar. 

MM: Sí, hay una gran amplitud. Y este cómic que vas a hacer, ¿es un cómic suelto o va a haber una colección?

SD: No sé. Me van a matar, porque es todo novedad, así que no puedo contar mucho, pero si sale la línea AZ cómics en el catálogo. 

MM: Me encanta. Cuando tenga un guion de historieta te aviso. Y este señor, Octavio, ¿es geógrafo? ¿Cuál es su formación? 

SD: La verdad es que trabaja muy a la par con Julia Arcioni, que es una editora con mucha experiencia en esas áreas. Él hace todo: investiga, ilustra, lo escribe, los diseña, y después lo que hacemos es un proyecto que trabaja muy en conjunto con AZ. Jessica se ocupa de diseño y trabaja con él, entra Julia, revisan cada dato que él pone. En este caso se habló un montón con los parques, la información directa fue con ellos. De entrada, pensamos la idea, pensamos la pauta, sabíamos que queríamos dar una bajada ecológica, pero no queríamos una bajada de línea. Y él hizo un enfoque que me encanta; cuenta cosas tal cual. Desastres naturales, desastres producidos por el hombre, pero en todo momento te dice qué podés hacer vos. De hecho, al final, que tiene una página donde están las personalidades destacadas por el cuidado del medio ambiente, el último cuadradito está en blanco, y dice “Vos”. El que puede hacer algo por esto sos vos. Aparecen los datos de las organizaciones que trabajan por esto… la idea es que sea un libro que abra puertas. En el de Parques, primero, no sabía que teníamos tantos parques nacionales. Es increíble la cantidad que hay. Uno dice que Argentina es un país rico, pero es infinitamente rico. Me emociona la cantidad de recursos que tenemos. Por todos lados. 

MM: Lástima que esté tan mal distribuido, ¿no? Eso hay que decirlo. 

SD: Sí, pero me refiero más de norte a sur. 

MM: La famosa frase que decían nuestros abuelos. Hay de todo, todos los climas, flora y fauna de todo tipo, tirás una semilla y crece cualquier cosa… 

SD: Esos van a estar dentro de muy poquito, calculo que en octubre. También sale un libro nuevo de Brocha… 

MM: ¡Qué grande Brocha! ¿De qué va? Contá un poquito. 

SD: Se llama Pedro Lentes. Tiene algo filosófico, podríamos decir, según los lentes o no lentes, cuando el personaje se los pone.

MM: Todo es según el cristal con que se mira. 

SD: Y sale una novedad, novedad de Itsvansch con la que nos hemos divertido mucho; me he dado el gusto de diseñarlo con él, aunque ya casi no diseño nada. Es un Itsvansch auténtico. Definitivamente. Se llama Para allá, para allá, y básicamente habla de caminar. Lo presentó ahora a los bibliotecarios populares. Si el libro te dice “Girá”, para leerlo tenés que girar el libro. Si te dice “Saltá” tenés que levantar y bajar la cabeza. Es verlo jugar, generar esos libros y generar esas ilustraciones, esa habilidad que tiene con el papel…

MM: ¿En el congreso que se hizo en Mar del Plata hace un par de días?

SD: Sí, ahí lo presentó.

MM: Me lo encontré cerrando. Terminaba el congreso en el Teatro Payró, y él estaba levantando sus cosas. Paula Bombara me dijo que fue impresionante la presentación de Itsvansch.

SD: Si viste la presentación, cuando ponés el audio libro, su narración es un gran complemento. Así que vuelven los autores de la casa. Itsvansch y Brocha le han dado mucha fuerza y mucho espacio a AZ. Y ahí seguimos. Hay mucha cosa de animaciones, cómic, uno de los cómics tiene video juegos…. La verdad es que es divertido estar en AZ. No es que a mí se me ocurre todo esto, creo que los autores también proponen porque saben que está ese espacio. 

MM: Evidentemente hay apertura para recibir proyectos.


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