LA FLOR DEL ORO
Entretelones de la relación de Federico García Lorca con la escena porteña, el papel que le destinaba a Lola Membrives, el estilo dramático del escritor español y la repercusión en los medios de la época son algunos de los ejes del comentario que en el 80° aniversario del Estreno de
Bodas de Sangre en Buenos Aires publica Libro de arena . El homenaje, a cargo de María Trombetta, es acompañado por un fragmento de la pieza teatral.
Por María Trombetta
El
29 de julio de 1933 se produjo en Buenos Aires el estreno de “Bodas de Sangre”,
de Federico García Lorca. Fue en el teatro Maipo, y la función estuvo a cargo
de la compañía de Lola Membrives. El suceso obtenido generó en la Argentina una
importante corriente de admiración y afecto por el autor, cuya visita al país en los meses posteriores
imprimió una huella en la época que aún persiste en los lugares que visitó, y
en la vigencia de sus obras, que siguen
siendo objeto de puestas hasta la actualidad.
Lola Membrives había presenciado el estreno de la obra en Madrid, en marzo de ese año,
mientras realizaba una temporada en esa ciudad presentando obras de su
repertorio. Apenas llegada a España, en Septiembre de 1932, había recibido la visita de Federico García
Lorca, quien quería mostrarle el texto de “Bodas de Sangre”, con la intención
de que fuera ella la encargada de personificar
a la Madre en el estreno. Cuentan que la actriz quedó impresionada con
la obra, pero sus compromisos no le permitieron cumplir esa tarea.
Finalmente,
fue otra actriz la protagonista en el
estreno madrileño, ocurrido el 8 de marzo de 1933, aunque Lola Membrives, para
entonces, se había propuesto llevarla a Buenos Aires.
A
Lorca le interesaba mucho ser reconocido en la ciudad que, sabía, tenía un
público informado, ávido de cultura y novedades. Y no se equivocaba: su obra se
convirtió en un éxito, y él pasó a ser una celebridad en Argentina.
El
sistema teatral porteño en pleno se rindió a sus pies: a cargo de una de las
compañías más prestigiosas del momento, público y crítica respondieron de la
mejor manera. Pronto, el teatro Maipo resultó insuficiente, y la obra pasó,
luego de una exitosa gira, al Teatro
Avenida, sede de las manifestaciones más representativas de la cultura
española.
Al
día siguiente del estreno, los diarios hablaron
de una “obra vigorosa y plena ésta de
Federico García Lorca, tiene la potencia de las antiguas tragedias griegas y
encierra el soplo vigoroso de inspiración de un poeta cabal, que alienta en
nuestros días” (La Prensa, 30 de julio de 1933), y “arrancada de la entraña popular andaluza (la pieza) se cimenta en
valores de fondo y forma auténticamente españoles, de la vacía España
meridional, expresados con asombrosa veracidad poética por García Lorca, quien
ha sabido entretejer una acción dramática intensa con un lenguaje de sobriedad
ejemplar, magnífico de justeza, y coronar todo ello con el vuelo soberano de la
inspiración trágica, que da, en el momento oportuno, inusitada grandeza a Bodas
de Sangre” (La Nación del mismo día).
La
relación con la tragedia clásica es ineludible: el argumento, que Lorca extrajo
de una noticia periodística de su época, tiene como temas la pasión, la muerte,
el odio entre familias, la prolongación de la estirpe en la descendencia de los
hijos. El personaje de la Madre anuncia desde sus primeros textos el destino
trágico de su familia, que los personajes recorrerán inexorablemente a través
de las instancias de la obra hasta la catarsis final. El Hijo, la Novia,
Leonardo, ejecutan acciones que parecen movidas por los hilos invisibles de un
titiritero, su voluntad está a merced de los designios de fuerzas que ellos
mismos desconocen. La Madre es quien cierra el trayecto de la catástrofe, para
anunciar que se ha cumplido lo que estaba anunciado desde el principio.
El
interés por el poeta se desbordó luego
del estreno. En los meses siguientes, la
Sociedad de Amigos del Arte invitó a Lorca a dar una serie de conferencias: Federico
se embarcó entonces hacia Buenos Aires, donde llegó el 13 de Octubre de 1933.
Su estadía se extendió hasta fines de marzo de 1934, y durante esos meses, en
los que visitó también Rosario, La Plata y Montevideo, se convirtió en el centro del interés de
artistas e intelectuales. Conoció y frecuentó a personalidades de la época,
desde Gardel y Discépolo hasta Girondo, Storni, González Tuñón, Victoria
Ocampo, y el poeta chileno Pablo Neruda, por entonces cónsul de su país en Buenos Aires.
En
ese corto pero intenso período latinoamericano, estrenó en Buenos Aires “La zapatera prodigiosa” y “Mariana Pineda”, terminó de escribir “Yerma”, dirigió a Eva Franco en “La
niña boba” de Lope de Vega, y asistió a la representación de “El retablillo de Don Cristóbal” en el
Teatro Avenida. La intensa actividad desplegada y el afecto y reconocimiento
recibidos terminaron de sellar el vínculo de Lorca con Buenos Aires, ciudad que
todavía lo recuerda y le rinde los más diversos homenajes, como la preservación como museo de la
habitación del Hotel Castelar, sobre Avenida de Mayo, en la que vivió esos
meses.
Después,
Federico volvió a España, para cumplir con el destino de su propia tragedia.
NIÑA: - ¡Vete!
(Las MUCHACHAS se agrupan)
MENDIGA: - ¿Por qué?
NIÑA: - Porque tu gimes: vete
MUCHACHA 1°: - ¡Niña!
MENDIGA: - ¡Pude pedir tus ojos! Una nube de pájaros me sigue; ¿quieres uno?
NIÑA: - ¡Yo me quiero marchar!
MUCHACHA 2°: (a la MENDIGA) - ¡No le hagas caso!
MUCHACHA 1°: - ¿Vienes por el camino del arroyo?
MENDIGA: - ¡Por allí vine!
MUCHACHA 1°: (tímida) - ¿Puedo preguntarte?
MENDIGA: - Yo los vi; pronto llegan: dos torrentes
quietos al fin entre piedras grandes,
dos hombres en las patas del caballo.
Muertos en la hermosura de la noche.
(Con delectación)
Muertos, sí, muertos.
MUCHACHA 1°: - ¡Calla, vieja, calla!
MENDIGA: - Flores rotas los ojos, y sus dientes
dos puñados de nieve endurecida.
Los dos cayeron, y la novia vuelve
teñida en sangre falda y cabellera.
Cubiertos con dos mantas ellos vienen
sobre los hombros de los mozos altos.
Así fue, nada más. Era lo justo.
Sobre la flor del oro, sucia arena.
Bodas de sangre
Madrid, Alianza, 2012
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