Recordamos a Héctor Yánover

Ayer se cumplieron veinte años de la muerte de Héctor Yánover. Había nacido en Córdoba, pero muy joven se instaló en Buenos Aires. Escribió poesía y ensayo, y el autobiográfico Memorias de un librero, en el que escribe sobre aspectos de su vida y su trabajo en la librería Norte, que fundó y atendió personalmente. Se exilió en España entre 1978 y 1980. Entre 1989 y 1990 estuvo a cargo de  las bibliotecas municipales de la Ciudad de Buenos Aires y fue director de la Biblioteca Nacional entre 1994 y 1996. Libro de arena recuerda a Yánover con dos de sus poemas.




1977

La noche es larga y yo camino.

Soy un hombre entre los tantos.

Pero en mi pecho,

sobre mi cuerpo allá en lo alto,

el viento mece sombras de ahorcados.

Trae gritos desde el río.

Pesan muertos oscuros,

niños claros quemados.

¿Soy un poeta si en esta hora callo?

¿Soy un hombre si me escapo?

¿Pero a quién decir salve?

¿Acaso a Dios?

¿Al congreso de los sabios?

¿Al poeta que vive masticando su premio literario?

En silencio camino,

los relojes golpean su milagro.

Somos islas,

las palabras tendrían que ser garfios.

 


***


Tengo la voz

Tengo la voz llena de muertos.

Se amontonan en mí, soy un cementerio.

Tengo la voz llena de miedo.

Entre muertos y miedo nada queda de la vida.

Los diarios me fusilan a la  hora del desayuno

y el pan tiene gusto a escarnio.

El mundo es un álbum necrofílico

que ojeo hoja a hoja.

Entre rostros de huérfanos

y fachadas de hospitales

los días dejan detritus por huellas.


¿Qué debo hacer?


De Sigo andando, Torres Agüero, 1982, Buenos Aires.



Sigo andando
Héctor Yánover
Torres Agüero, 1982.


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