Biblioteca Silvina Ocampo

Las bibliotecas hacen historia, crean lectores, inauguran caminos para ser recorridos. Libro de arena comparte una nota sobre la Biblioteca Silvina Ocampo que cuenta los hitos de su desarrollo, la función social que cumple, y las estrategias que se dio para conquistar el hábito de la lectura.

Por Belén Leuzzi

¿A quién no le gusta que le presten atención? ¿Qué proyecto no necesita de una mano que lo ayude, de una palabra que lo aliente, de una mirada y un guiño de confianza? La lectura es ante todo una práctica para la que se requiere por sobre todas las cosas ir sedimentando el hábito. La sagacidad, la astucia y las estrategias de lectura, el disfrute, en todo caso, se dan como consecuencia de haberse ganado un lugar, un momento y un entusiasmo por leer. Esa dedicación es precisa para la formación de lectores y las bibliotecas deben cumplir ese papel: el de generar hábitos. El Hogar de Día N°20, ubicado en el barrio de Saavedra, es un centro de día que desarrolla una función social principal, con prestación alimentaria y talleres para adultos mayores de 60 años. Desde su inauguración, en 2006, sabiendo de la importancia que la lectura tiene para las facultades mentales, para la relación con el otro, para el espíritu mismo, tuvo su primer acercamiento a la promoción de la lectura desde una humilde y silenciosa mesa con libros dispuesta en el comedor. Llamar la atención de la mirada de algunos curiosos y conquistarlos no es un propósito menor. Es el puntapié inicial para un largo recorrido. Angélica Alcolea –participante de “Abuelos cuenta cuentos”- inició la idea de la biblioteca cuando sólo contaban con unos pocos libros. Y esta actitud se contagió a distintas comensales que comenzaron a ayudar en la catalogación de libros como voluntarias. Fue así que hoy en día aquella mesa contiene juegos pues el Hogar pasó de tener unos pocos libros a tener unos cientos con las donaciones recibidas por el programa Bibliotecas para armar y su asesoramiento para el ordenamiento de la biblioteca.
Así como el comedor del Hogar se concibió como un espacio donde poder compartir momentos, además del almuerzo en sí, la biblioteca se pensó como un instrumento de diálogo de experiencias y de enriquecimiento, tanto personal como comunitario. Si bien se mantiene el proyecto de hacer circular los libros por las calles del barrio, aún no se ha podido concretar porque se prioriza asentar la biblioteca dentro de la institución con mayor fuerza. 
Pero en el camino hacia estos objetivos sucedieron obstáculos imprevistos tales como la inundación ocurrida el 2 de abril de 2013. Durante la misma entró más de un metro de agua al Hogar ocasionando el daño de mobiliario y una gran pérdida de volúmenes de libros. Con el paso del tiempo organizaron ventas de rifas para comprar nuevos estantes y rearmar algo del espacio de lectura porque se considera un lugar importante. Y por eso mismo, con alegría volvieron a reubicar los libros, pero esta vez, también con algo de temor, por lo que colocaron todo lo más alto posible para que no lo alcancen las aguas.
Si bien otras tormentas han hecho que se filtrara agua, se está tratando de solucionar los problemas. Y como dice el refrán “a mal tiempo, buena cara”, los concurrentes de la biblioteca “Silvina Ocampo” seleccionan y se llevan los libros sobrevivientes a las aguas. Asimismo, la filosofía del establecimiento implica un envejecimiento activo por lo que se hacen permanentemente talleres fijos de la institución y talleres dictados por Bibliotecas para armar. El grupo que asiste al Hogar y a la biblioteca es muy participativo, por lo que realizan excursiones tales como a la VillaOcampo –casa de Victoria Ocampo, hermana de quien tomaran el nombre para la biblioteca-. También han trabajado en conjunto con la cátedra de Didáctica Especial y Prácticas de las Enseñanzas de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) que coordinó la confección de un compilado de cuentos junto a los alumnos de un colegio de la zona. A pesar de las repeticiones de las dificultades, la gente que concurre a la biblioteca comunitaria Silvina Ocampo se sigue acercando a la lectura y no permite que los obstáculos los venzan.

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