La Poesía de Liliana Bodoc
Noche de diablos
En la noche más noche
se encienden las antiguas
hogueras de los diablos.
Deambula el hechicero
sobre el caparazón de una tortuga.
Un antifaz mastica
la carne de una fruta misteriosa.
Cara sobre otra cara,
las máscaras invitan
a ser lo que no somos,
lo que jamás seremos:
cometas emplumados,
brujos con cinco sombras,
marionetas de fuego.
En la noche más noche
las máscaras batallan
y bailan por sus vidas.
Desenvainan espadas,
escupen luz de pólvora y veneno.
Un antifaz ovilla
el largo cuerpo azul de una serpiente.
En la noche más pozo de tan negra
las máscaras invaden las ciudades,
se suben a los techos
y desde allí convocan a la fiesta.
Que salgan los huraños,
que ría el que no ríe.
Que convide el avaro,
que mientan los honestos,
que brinquen los ancianos...
Máscara sobre cara,
en la noche más noche,
somos otros.
Cuando amanezca
las máscaras caerán detrás de los bostezos
a dormir por lo que dure el frío.
Acabado el festejo,
para dicha y desdicha,
volveremos a ser nosotros mismos.
Las cuatro maravillas del mundo
Aire que silba
Fuego que fuega
Agua que corre
Tierra que espera
Agua más Tierra, arcilla
Agua más Aire, espuma
Fuego más Agua, agua calentita
Aire con aire, flauta
Tierra con tierra, huerto
Fuego con fuego, amor
Agua con aguacero
Apenas cuatro esencias,
cuatro dulces puñados
en el caldero,
¡y ya olía a magnolias
el Universo!
Poesía
Le llamo poesía, le llamamos
a la aplomada hilera de ladrillos
a la sopa fragante
al cuaderno de puntas estropeadas
le llamo, le llamamos poesía
a la espalda doblada de los viejos
transformados en signos de pregunta
no importa si nos sobra endecasílabo
o si nos falta rima
le llamamos estrofa a todo lo que canta
le llamamos metáfora al sudor,
a la nuca dolida, al día que demora
a los huesos de Carlos Fuentealba
nosotros, que tendemos las palabras al sol
como la ropa blanca
llamamos poesía al día que nos toca
nos hacemos poetas
entre ayer y mañana.
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