La Poesía de Liliana Bodoc

Había nacido en Santa Fe, pero a los diez años su familia se trasladó a Mendoza, por el trabajo de su padre, y ahí se quedó hasta el día de su muerte.
Liliana Bodoc, una voz fundamental de la LIJ argentina, fue "mendocina por adopción". Es autora, entre otros títulos de la trilogía novelística La saga de los confines, Memorias Impuras, El perro del peregrino, El espejo africano, y Amigos por el viento.
“Somos seres poéticos, todos, todos nosotros. Mucho más de lo que nos imaginamos. Lo que más nos duele, lo que nos sangra, o dicho de otro modo, nuestra condición mortal, ni más ni menos, es aquello que sólo podemos expresar a través de la poesía" afirma en "En defensa de la lectura literaria".
En Libro de arena seguimos el recorrido por la literatura mendocina, en este caso compartiendo algunos poemas de Liliana Bodoc.



Noche de diablos

En la noche más noche
se encienden las antiguas
hogueras de los diablos.
Deambula el hechicero
sobre el caparazón de una tortuga.
Un antifaz mastica
la carne de una fruta misteriosa.

Cara sobre otra cara,
las máscaras invitan
a ser lo que no somos,
lo que jamás seremos:
cometas emplumados,
brujos con cinco sombras,
marionetas de fuego.

En la noche más noche
las máscaras batallan
y bailan por sus vidas.
Desenvainan espadas,
escupen luz de pólvora y veneno.
Un antifaz ovilla
el largo cuerpo azul de una serpiente.

En la noche más pozo de tan negra
las máscaras invaden las ciudades,
se suben a los techos
y desde allí convocan a la fiesta.
Que salgan los huraños,
que ría el que no ríe.
Que convide el avaro,
que mientan los honestos,
que brinquen los ancianos...

Máscara sobre cara,
en la noche más noche,
somos otros.

Cuando amanezca
las máscaras caerán detrás de los bostezos
a dormir por lo que dure el frío.
Acabado el festejo,
para dicha y desdicha,
volveremos a ser nosotros mismos.


Las cuatro maravillas del mundo

Aire que silba
Fuego que fuega
Agua que corre
Tierra que espera

Agua más Tierra, arcilla
Agua más Aire, espuma
Fuego más Agua, agua calentita

Aire con aire, flauta
Tierra con tierra, huerto
Fuego con fuego, amor
Agua con aguacero

Apenas cuatro esencias,
cuatro dulces puñados
en el caldero,
¡y ya olía a magnolias
el Universo!


Poesía

 Le llamo poesía, le llamamos

 a la aplomada hilera de ladrillos

 a la sopa fragante

 al cuaderno de puntas estropeadas

 le llamo, le llamamos poesía

 a la espalda doblada de los viejos

 transformados en signos de pregunta

 no importa si nos sobra endecasílabo

 o si nos falta rima

 le llamamos estrofa a todo lo que canta

 le llamamos metáfora al sudor,

 a la nuca dolida, al día que demora

 a los huesos de Carlos Fuentealba

 nosotros, que tendemos las palabras al sol

 como la ropa blanca

 

llamamos poesía al día que nos toca

 nos hacemos poetas

 entre ayer y mañana.



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