Ileana Lotersztain y Carla Baredes: “Con el tiempo nos dimos cuenta de que teníamos fanáticos en las escuelas y de que nuestros libros estaban en todas las bibliotecas.”
Mario Méndez: Acá dice Debby que se imagina que trabajan sobre varias ideas a la vez. Y seguro es así, porque tienen sesenta libros…
Ileana Lotersztain: Sí. Nuestro plan editorial anual contempla diversos títulos y abordamos varios proyectos en simultáneo. A veces algún libro se adelanta o se atrasa, es un plan flexible.
Carla Baredes: Sí, tenemos nuestra listita: lo que está casi listo, lo que está encaminado (cuando ya estamos trabajando sobre textos concretos) y lo que todavía está en proceso. Y después vamos ajustando unos y otros. En algunas ocasiones compramos derechos de traducción y esos libros suelen salir más rápido. Primero trabaja la traductora o el traductor y después lo abordamos nosotras. De todos modos, también nos llevan mucho trabajo, porque hay que cuidar que la traducción sea correcta desde el lenguaje científico. En general para los textos que traducimos tenemos un lector crítico, para asegurarnos justamente de que no se filtren errores en la traducción.
MM: Sí, con la traducción científica debe ser muy complicado. Acá Claudia pregunta si sus libros son distribuidos en otros países. Creo que sí, que han llegado a todo el mundo… Por lo menos en Iberoamérica, seguro. Y pregunta si están en Perú, específicamente.
CB: En Perú estamos, pero muy tímidamente aún. Nos va muy bien en Chile, también en México. Y nos va cada vez mejor en Estados Unidos. Siempre digo que el fenómeno Trump trajo como consecuencia una revalorización del español. Incluso la generación de chicos de ahora, que no son latinos, pero son “hijos de”. Yo voy todos los años a la Feria de Guadalajara, México, y desde el año que ganó Trump noté una suerte de resistencia, todo un movimiento de bibliotecarios eligiendo muchos libros en español para sus bibliotecas. También muchas escuelas, en California, por ejemplo, están teniendo mucha cercanía con el mundo de habla hispana. Así que a nosotras nos está yendo muy bien en los Estados Unidos, cada vez hay más gente que se suma, que nos consulta… Y al ser libros informativos son libros que se comparten con los adultos: en general no es un tipo de libro que un adulto le lee a un chico, sino que los adultos se copan en leerlos... y los hermanos mayores también. En las familias en las que el español no es el primer idioma, es un material que pueden leer todos y compartirlo. Nuestros libros tienen eso: convocan también a los adultos.
IL: Además de vender libros en español en toda América Latina también tenemos traducciones. Hemos vendido derechos a distintos idiomas: italiano, portugués, checo, farsi, turco, chino, coreano…
CB: Tener libros en otros idiomas es muy lindo. Sobre todo, porque muchos de los que nombra Ileana tienen otros alfabetos, son muy diferentes a nuestras ediciones.
MM: Acá Kathy, que está en Dinamarca, pregunta si ustedes están en Europa.
IL: Algunos de nuestros títulos están en España, también en pequeñas librerías que venden títulos en español, en Berlín, por ejemplo. Y los que se tradujeron se consiguen en Italia y en República Checa. Pero es difícil; Europa es un mercado complicado.
MM: El tema de la escuela, que mencionaron al principio, si sus libros son o no son para la escuela… ¿Cómo es la relación de Iamiqué y de ustedes con las escuelas? ¿Van como editoras o autoras de algunos de los libros?
CB: Así como cuando empezamos desconocíamos por completo el mundo de la LIJ, también desconocíamos por completo la escuela. Mis hijos eran muy chiquitos, Ileana no tenía hijos todavía… Y además teníamos un montón de prejuicios: que en las escuelas no nos iban a prestar atención, que preferían cosas formales, libros de texto que nosotras no hacíamos… Y con el tiempo nos dimos cuenta de que teníamos fanáticos en las escuelas, que nuestros libros estaban en todas las bibliotecas… Todo eso lo logramos sin leer los programas escolares, sin tener la menor idea de los contenidos curriculares de cada grado, sin saber nada de todo eso. Y siempre nos encontramos docentes muy piolas, que encuentran mucho estímulo en nuestro material. Los usan por ejemplo para presentar un tema, para calentar motores antes de ver esa parte más formal que nuestros libros no tienen, pero en la que colaboran mucho. Encuentran en nuestros libros la posibilidad de provocar, de motivar, de preparar un poco el asunto, hacer que sea más fructífero. Y después nos cuentan las cosas hermosas que hicieron con nuestros libros. Cosas increíbles, muy creativas.
IL: Nos han contado, por ejemplo, que los usan también interdisciplinariamente, en las clases de Plástica, o en las clases de Lengua. ¡Los y las docentes son fanáticos de Iamiqué! Muchos de nuestros compradores son docentes.
MM: O sea que en las Jornadas de CONABIP en la Feria van a Iamiqué…
CB: Un montón. Logramos eso que es hermoso, que vienen, y en cinco minutos preguntan qué sacamos de nuevo. “Este, éste y ´éste”. “Los llevo”.
IL: Ni los abren, confían.
CB: Es una confianza muy emocionante. Confían en lo que hacemos, es muy gratificante. Y después, a veces vienen a la editorial y es muy lindo todo lo que nos cuentan. Valoran mucho nuestra filosofía de acercar el conocimiento, de hacerlo accesible, nosotras trabajamos mucho con esta idea. Además, con el desarrollo de Internet, la forma de informarse fue cambiando con los años. Creo que hoy todos tenemos un contacto con la información mucho más lindo y más llano, más democrático que el que había hace veinte años. También eso hace que haya muchos chicos y chicas que encuentran en el conocimiento la forma de pertenecer a un grupo, de mostrar sus habilidades, de poder expresarse desde otro lugar. Creo que todo eso fue muy propicio también para nuestra propuesta.
MM: ¿Y ustedes, personalmente, fueron a escuelas, han sido invitadas, a hablar con los chicos, a ferias?
IL: Hace algunos años visitábamos muchas escuelas, pero ahora nos falta tiempo. Eso sí, van nuestros autores y autoras en representación.
MM: Es el estilo, ustedes trabajan así, muy despacito pero efectivo. Acá, cuando mencionaron ¡Qué ojos tan curiosos tienes! saltaron Claudia y Déborah, que tienen los reflectores de ALIJA…
IL: Sí, fue Destacado.
MM: Y este año estuvo en el jurado Sebas. Casi todos los lunes le toca mencionar a alguno de los premiados.
CB: Contanos qué te pareció el libro, Sebastián.
Sebastián Vargas: Estuve en el jurado en el que Debby estuvo como coordinadora. Fue un libro que se destacó mucho y estuvo en una lucha muy peleada con Pubertad en marcha. Fue una de las discusiones más cerradas que tuvimos en el jurado. Algunos tiraban más para ¡Qué ojos…!, y otros para Pubertad… Dos libros espectaculares.
CB: Y los dos nuestros, así que terminamos compitiendo entre nosotras…
CB: Pubertad en marcha, ya que lo nombran, fue elegido para integrar la selección White Ravens. Lo hicimos en pandemia con tres autoras que no conocíamos, que trabajan en ESI, con distintas formaciones entre sí. Fue un libro en el que trabajamos un montón y tuvimos un montón de reuniones por zoom con ellas… Ellas ya venían trabajando en ESI y en algún momento nos dimos cuenta de que tenían que sacarse de encima cierta cosa militante que tenían, porque quien fuera a elegir este libro ya estaba de nuestro lado, no había que convencerlo de nada ni explicarle por qué era importante la ESI. Alguien que ya elige ese libro para tenerlo en una biblioteca o en su casa, es una persona a la que no hay que convencer de nada, ya está buscando otra cosa. Era importante que se sacaran de encima ese discurso (tan necesario) dirigido a vencer toda esa resistencia social a estos temas. Esto pasa siempre que nos metemos con cosas más ideológicas, que tienen que ver con distintos puntos de vista. Lleva mucho tiempo lograr que no haya bajada de línea, darse cuenta que no hace falta... Nosotras somos muy puntillosas con esto: opina el que lee. Nosotras no tenemos que opinar.
MM: Está difícil con los militantes, tratar de que no bajen línea. Es una tentación permanente.
CB: Cuando nos encontramos con ese tipo de cosas, muchas veces les preguntamos a los autores si en lugar de decirlo en forma tan indiscutible, lo podemos dejar abierto, como forma de pregunta. Por ejemplo, cuando en Pubertad en marcha se hablaba del cambio de sexo y de que a la gente que lo hacía después le costaba mucho encontrar trabajo o ir a la escuela, y que eso estaba muy mal por esto y aquello… La propuesta nuestra fue la de preguntar “¿Qué te parece? ¿Deberían tener algún problema? ¿Cuál podría ser el problema de que trabajen en una oficina?”. La idea es que invitemos a que los lectores se involucren desde su opinión.
MM: Dice Deborah que esto que dice Carla es clave, por eso para quienes ya estamos “de este lado” son libros que suman mucho.
CB: Qué bueno.
MM: Hablando de los premios, estuve mirando en la página de Iamiqué, y tienen una etiqueta que dice Modestamente, para los premiados. ¡Tiene veintidós de sesenta y uno! De cada tres libros, uno recibe un premio. Es impresionante.
IL: Estamos muy mal acostumbradas.
MM: Qué satisfacción, ¿no? Internacionales, de ALIJA…
CB: Es lindo, la verdad que sí. Tratamos de mantener el espíritu de salir a celebrarlo.
MM: ¡Por supuesto! Si no es para descorchar, no tiene sentido. Nos decía Judith, ya que mencionaste Guadalajara, que suma mucho a la hora de vender derechos, y tratar de vender los libros en otros mercados, que vengan con un premio.
IL: Seguro. Son premios que son muy conocidos.
CB: Ileana va a Bolonia, también. E integrar los planes de lectura de México y de Chile también son muy buenos referentes. En México, por ejemplo, del total de libros del plan el cincuenta por ciento es ficción y el otro cincuenta no ficción. Arman equipos para evaluar, piden temas específicos, no es que simplemente eligen “informativos”, cada año seleccionan distintas temáticas. Y como es un plan que, al igual que el de Chile, tiene mucho anclaje en lo informativo, nuestros títulos son muy valorados y siempre nos fue muy bien.
MM: Qué bueno. Habría que ir a buscar a aquellos que decían que no, cuando pusieron el nombre de Iamiqué, que les dijeron que no se animaran. Claudia dice que hace mucho que no visitaba la página, que entró recién y que no sabía que tienen audiolibros.
MM: ¿Cómo es la experiencia?
IL: Nos divirtió mucho. Los hacemos con Storytel, y trabajamos bastante adaptando los libros, porque hay cosas que no se sostienen sin el apoyo de las ilustraciones. Trabajamos los textos para que quedaran bien y después nos mandaban las posibles voces para los doblajes. Hicimos toda una selección ahí, para ver quiénes podían representarnos mejor.
MM: ¿Se divirtieron escuchando eso?
IL: Era raro.
CB: Pero era divertido. Quedaron bien.
IL: Primero había que decidir qué tipo de voces queríamos: divertidas, serias, de alguien mayor, de un varón, de una mujer… Después nos mandaban unas pruebas y teníamos que elegir. Fue divertido el proceso.
Claudia Cadenazzo: Perdón que interrumpa. ¿Tengo que bajarme la plataforma para poder acceder?
IL: Claro. Tenés que registrarte en la plataforma de Storytel.
CC: Estaba pensando, porque trabajo con chicos con necesidades educativas especiales, y voy a indagar un poquito eso, justamente, así que buenísimo.
CB: Lo que tendrías que tener en cuenta es que nuestros audiolibros son muy largos. Suele pasar que nuestros libros no se lean “de un tirón”. Y en este caso, donde no está el apoyo de la ilustración, puede ser más complicado…
CC: En la experiencia que tengo, por lo menos en el hospital, es que los llevamos y los chicos eligen qué leer. Y eso es lo bueno que tiene el libro informativo, que se lo lee por donde querés. Y como querés.
CB: Es una de las grandes ventajas. Además, nosotras los concebimos así. Y tienen, todos, un hilo conductor, no es que son preguntas sin respuestas. Tienen sus capítulos, sus temáticas, somos muy estrictas en ese sentido. Que esté claro de qué estamos hablando. Pero al mismo tiempo está buenísimo que se puedan abrir en cualquier lado, que puedas recorrerlos como quieras, que puedas tener tu experiencia lectora. En general eso es algo que siempre nos resaltan. Son libros que quedan mucho tiempo dando vueltas por la casa… Y aceptan varios lectores a la vez, que suelen compartir datos. Esos datitos que vamos poniendo son temas que pueden compartirse en el momento.
IL: Son libros que podemos releer, algo que no pasa tanto con los libros de ficción.
MM: Acá Debby pregunta si en nuestro Plan de Lectura hay un porcentaje establecido para ficción y no ficción. Yo creo que no.
CB: Cero. No podemos presentar muchos de nuestros libros porque los descalifican, de verdad. Es una discusión y una pelea que tenemos desde hace muchísimos años. Me parece increíble que no incluyan libros de no ficción en nuestros planes de lectura. Creo que todos ustedes tienen experiencias en aulas, o con grupos de chicos y chicas, y saben que hay un montón de lectores para libros de no ficción, libros informativos.
IL: Pueden llegar a incluir alguno, pero “disfrazado” de otra cosa. No en calidad de libro de no ficción.
CB: Dan argumentos muy antiguos para excluir los libros informativos: “¿cómo voy a elegir un libro sobre un tema si no sé sobre el tema?”. “¿cómo sé que no hay errores?”. ¿Qué quiere decir eso? No solo me parece un argumento que no tiene sentido, sino que hoy es muy fácil resolver esas dudas. Uno pone el nombre del autor en Google y rápidamente sabe quién es. Además, nosotras en los libros ponemos quiénes son los autores, a qué se dedican, qué investigan, cuál es su formación. Es muy raro que alguien diga que no tiene herramientas suficientes para evaluar. ¿Cómo alguien no va a poder evaluar un libro sobre los ojos como lo evaluó recién Sebastián? Es un libro sobre la visión escrito por dos biólogas, armado de determinada manera, con una estructura, buenas ilustraciones… ¿cómo que no se puede evaluar? Resulta muy raro y de una visión muy limitada de lo que es la lectura.
MM: Acá Sebas dice que la ficción son puras mentiras. Y que la no ficción es verdad, o no, porque quizá está mintiendo con eso.
CB: Excluir esos libros porque no saben si “están bien” es desautorizar a los lectores. Nosotras tenemos, por ejemplo, una Guía turística para el Sistema Solar. Para quienes no lo conocen es una guía de viaje para irse de vacaciones a los planetas. Está escrito por Mariano Ribas, que es un orgullo tenerlo de autor. Para cada destino la guía te dice qué es lo que vas a encontrar ahí, qué tendrías que llevar, qué podés hacer… Por ejemplo, tenés que llevar una valija con esto y con aquello para soportar la radiación. Cualquier pibe que lee eso sabe que estamos jugando a que vamos a estar ahí, que eso no es posible, pero que lo de la radiación es información pura y dura. No hay ningún lector que se confunda. Saben perfectamente que cuando decimos que tienen que llevar un traje para poder soportar las altas temperaturas es porque en ese planeta las temperaturas son altas; que si decimos que a la noche hace menos cuarenta grados y durante el día hace ochenta, ese dato es real. No hay nada que explicar. A mí me enoja este tema porque todos dicen “qué bueno, el texto informativo, para que el chico lea”, pero cuando llega el momento de proponer libros para un plan de lectura no podemos presentar nada porque solo piden ficción.
MM: Debby pregunta si quienes seleccionan los libros del Plan de Lectura tienen que ver con la LIJ… Tienen que ver con la docencia. En general son especialistas de los distintos ministerios de Educación de todo el país. Es una cuestión federal, y cada provincia envía representantes. Son lectores, que saben del tema, pero por ahí hay una línea que baja que dice “Vamos a comprar literatura, no vamos a comprar educación”. Abro para los compañeros. ¿Tienen alguna pregunta para hacerles a las chicas?
Debby: Lo que les quería preguntar es si, con la cuestión de los audiolibros, nunc a se les ocurrió que los grabáramos los narradores.
MM: Ah, está llevando agua para su molino…
CB: En realidad nosotras no tomamos esas decisiones: ellos deciden qué libros quieren, nos pagan un adelanto, y son los que manejan su negocio. La alternativa era que nosotras los hiciéramos audibles y les mandáramos los libros terminados, pero eso requiere, por ejemplo, hacerlo en un estudio de grabación profesional, algo que es muy costoso. Storytel nos planteó otra posibilidad, que hace con aquellos libros en los que tiene más confianza en que pueden ir bien. E hicimos una especie de sociedad en donde la inversión de hacerlo audible la hacen ellos y nosotras aportamos los textos. Así que solamente participamos en las cosas en las que nos invitaron a participar. Nos preguntaron si queríamos involucrarnos en la elección de las voces y dijimos que sí. Respecto de esto que mencionás acerca de los autores leyendo sus propios textos, nos comentaron que en general eran experiencias que no resultaban, que eran muy tediosas, diez horas en un estudio de grabación, “que se pegó la “s”, que se escuchó el ruido del papel al pasar la página”. Todo eso, en un audiolibro, hay que filtrarlo.
Debby: Yo hablo de cosas más de entrecasa. Estoy en una ONG, y estamos trabajando con una escuela de Santiago del Estero, entonces les mandamos los cuentos grabados. Pero, por supuesto, no con esa profesionalidad.
MM: ¿Tienen alguna pregunta más?... Entonces pregunto yo. Es una pregunta democrática. ¿Hay algo de lo que me olvidé preguntar, o que a ustedes les parece importante que haya que decir?
IL: Creo que paseamos por todos los temas.
Deborah Telias: ¿Qué diferencia hay, si es que la hay, a la hora de concebir un libro, si es para más chicos o para más grandes? Yo me dedico a los más chicos. Y la verdad es que hay muy poco material informativo. Muy poco.
CB: Vos nos tendrías que ayudar, Debby. De verdad, nos tendrías que ayudar.
DT: Igual, lo que tienen está buenísimo como disparador. Yo formo docentes de nivel inicial y abordar el tema de los libros informativos es dificilísimo. No es porque estén ustedes acá, pero a veces no puedo salir de esta editorial, ni siquiera para ofrecer variedad. Porque no es que todos los libros que ustedes ofrecen son iguales.
CB: Muchos libros los empezamos pensando para primeras infancias y conforme avanzamos vemos que terminó siendo para más grandes.
DT: Que tenga algo lúdico… La colección ésta de encontrar los animales, no me acuerdo del nombre…
IL: Pequeciencia.
CB: “¡Encuéntrame si puedes!”
DT: ¡Está bárbara! Es bien lúdica, es bien para la edad, tiene la información que tiene que tener, pero pensando en la formación docente, tampoco hay material teórico sobre libros informativos.
CB: Muchas veces me invitan a mí para hablar, pero la verdad es que estaría buenísimo que no sea así.
IL: Somos parte interesada.
CB: Hay muy poca gente formada.
DT: Bueno, sigan haciendo libros para más pequeños.
CB: Vamos a intentarlo.
DT: Lo que hago a veces es trabajar con los que son para más grandes, a criterio. Aparte, con esta idea de que los buenos libros son buenos libros. Valoro mucho que tengan aunque sea esas dos colecciones para más chiquitos.
CB: Lo intentamos varias veces. Es complicado.
DT: Ahí en el chat Ana menciona el libro de Ana Garralón como material teórico. ¿Es el único?
IL: Es de los pocos que hay.
MM: Muy bien, chicas, muchísimas gracias. Como dijo Deborah recién, son muy originales, es difícil salirse de ustedes cuando uno busca divulgación, cuando uno busca este tipo de libros. Y se nota, por algo el éxito merecido que tienen.
CB: Gracias.
IL: Bueno, muchas gracias y muchas gracias por la invitación. Lo pasamos muy bien.
MM: Gracias. Nos seguimos viendo.
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