Fernanda Argüello, Paula Fränkel y Alejandra Mirich: “La peleamos cada una desde su lugar individual, pero acompañadas”
Mario Méndez: Iniciamos formalmente la entrevista. Hoy estamos con las mentoras, editoras, fundadoras, autoras, ilustradoras de Té para tres. Un proyecto que, lo primero que pensé, es que van a tener que explicar, porque no es fácil si uno no lo conoce desde adentro. Puedo decir a modo de presentación general, que nuestras invitadas son Paula Fränkel, ilustradora y escritora, Fernanda Argüello, escritora y editora, y Alejandra Mirich, editora y gestora de muchos proyectos interesantes. Venían de un proyecto de siete. Ahora son tres. Muy interesante, porque nos gustan estos proyectos asociativos, autogestivos, independientes, así que bienvenidas. Y la que guste, comience a contarnos qué es esto de Té para tres.
Fernanda Argüello: Té para tres somos nosotras que nos juntamos. Somos editoras, venimos de otro grupo, que habíamos denominado Banda de editoras, con quienes estuvimos en la Feria en la Rural, y trabajamos durante un tiempo. Después tomamos diferentes rumbos. Y nosotras coincidimos, entonces nos juntamos en esto que dimos en llamar Té para tres, que es nuestro sector de librería, con el cual recorremos el país y llevamos libros, los nuestros y los de otras editoriales, a Ferias y escuelas de provincias y municipios y barrios a los que no todo el mundo va. Pasamos mucho tiempo de viaje, llevamos literatura de todo tipo, infantil, pero de diferentes características. Cada una mantiene su línea editorial, que es lo que más nos interesa. Tenemos cada una nuestra propia identidad, pero trabajamos de manera colaborativa en Ferias y escuelas llevando libros a través de la librería Té para tres.
Paula Fränkel: Eso, y nos apoyamos también. Ayer estuvimos con Ale hasta las doce de la noche, viendo el formulario de mecenazgo. Hay muchas cosas que tienen que ver con una editorial.
Alejandra Mirich: Esto, de alguna manera, es una cooperativa virtual entre amigas, porque lo somos. Y en eso juega mucho la ayuda, el apoyo, la cosa corporativa de verdad. La sororidad, en este caso. Entonces, trabajar en un equipo con tanta comodidad, y apoyo en lo que son los fuertes de cada una, que son bien distintos en los tres casos, porque cada una tiene su talento realmente desarrollado. Me toca en este momento, ya que tengo la oportunidad, hablar de mis compañeras con un orgullo que no me cabe en el cuerpo. Estoy tan orgullosa de formar parte de este grupo, que no podría estar mejor. Les agradezco a las dos, que estoy dando inicio a un nuevo sellito editorial, el primero que tengo en mi vida, a los sesenta y cinco años, que me va a permitir por primera vez hacer un montón de cosas que siempre quise hacer y por distintos motivos fui postergando. Y eso se los debo a las dos, porque confiaron en mí, me apoyaron, hasta me han confeccionado una maqueta de regalo. Siento que, a pesar de los años, la inexperiencia de un proyecto nuevo requiere del apoyo de profesionales mejores que una, y eso es lo primero que hay que reconocer. Además de la calidad humana que es indiscutible. Quería decir esto, antes que cualquier otra cosa.
FA: Me parece que en Té para tres está bueno eso, que podemos hablar de nuestras cosas como editoras. Y tenemos del otro lado la opinión sincera y amable, cariñosa, de alguien que sabe por lo que uno está pasando. Porque la estamos peleando, cada una desde su lugar individual, pero acompañadas.
MM: Muy bien. Estuve mirando Mil trazos, Paula, la editorial que vos llevás adelante. Me llamó mucho la atención que cuando te presentás en tu página decís que la idea nace de cuando hacían las jornadas de ilustradores, y venía la gente con los proyectos que había que completar, empujar… ¿Cómo es? Explicanos mejor eso.
PF: Hace años, organizaba con Ana Luisa Stok, las Jornadas de Ilustradores en la Feria del Libro de abril. Y una cosa que inventamos en esa movida, que era muy divertida, pero muy laborioso, era un showroom de ilustradores, porque cuando hacíamos las entrevistas se hacían colas largas y se hacía tedioso, entonces ocupamos una sala, los ilustradores llevaban sus proyectos, los editores pasaban, y sé que algunos los pudieron concretar, se hicieron libros. Pero había muchos proyectos que para mí estaban buenísimos, pero que no tenían buen diseño gráfico (soy diseñadora gráfica), como que ahí faltaba bastante trabajo. A algunos les faltaba darle una vueltita a la historia, o el texto no estaba bien terminado de redactar, o las ilustraciones necesitaban un ajuste. Y el editor muchas veces no se toma ese trabajo. Le gusta o no le gusta. Y si le gusta mucho, por ahí le pide a los autores algún cambio. Y el ilustrador a veces, está un poco reticente a que les estén diciendo cosas. Vi que había una especie de nicho ahí. Cuando, después de como diez años, dejé de hacer las Jornadas, esperé un tiempo, hasta que lo pude armar, y armé la editorial con la base de que los proyectos, que por lo general están en un cajón, en una carpeta o en una computadora (a mí me pasa, los tengo ahí y por eso no avanzo en otros, porque tengo que terminarlos), se conviertan en realidad. Lo que hago es una especie de coacheo. Ayudo en un poquito de cada cosa. A veces es más fácil, a veces viene muy armado… Ahora estoy con unos libros de una ilustradora que está en otro país, y me puse a retocar las ilustraciones con el asesoramiento de ella. La realidad es que después el libro sale, el autor lo tiene en la mano. Tengo correctora, trabajo con una imprenta que me cumple en los tiempos y en la calidad, traté de armar una editorial en la que me sienta cómoda, porque trabajé en otras, en las que, por ser autoedición, mandaba “print” y así salía el libro. En este caso estoy tratando de que no. Que si hay algo que no me parece, como editora, aunque a veces no caiga bien, prefiero decírselo al autor. Trato de tomar el trabajo y ayudar a que quede publicable.
MM: Lo decís en la presentación de tu editorial; trabajan todo en conjunto, el texto, la edición, el diseño, la ilustración y la financiación. Está bien que lo anuncies de entrada; es un trabajo colaborativo.
AM: Lo interesante es que nosotras, que estamos ahí en contacto con el público, lo que podemos decir, y lo digo de manera desinteresada, es que la recepción de los libros de Paula es de fascinación. Esas ilustraciones tan coloridas, atractivas, temáticas para los chicos, ligadas a los animales, al tránsito emocional, a un espectro de aventuras, y el formato que elige Paula, y la calidad de las ilustraciones; eso es algo que como ella explicaba el otro día, en una mesa en la que tenés muchos libros que elegir gana el más lindo, el más atractivamente ilustrado, el que tiene un título maravilloso, como por ejemplo, Ladrar no es de gato. ¿Quién puede sustraerse a la atracción de ese libro? No tenés que hacer nada para venderlo. Le explicas a la mamá o al nene que el gato en lugar de maullar, ladra.
MM: ¿Quién escribió y quién ilustró Ladrar no es de gato?
MM: Dos preguntas técnicas: ¿dónde imprimís, y qué cantidades?
AM: Ya la vamos a tener.
MM: Un momento muy jodido hoy para salir a reimprimir…
PF: No hay precio, no hay papel…
AM: Aumenta todo el 18% la semana que viene.
MM: No pueden aumentar cuatro o cinco veces. No hay mercado para eso. Voy a cambiar de entrevistada. Alejandra, ¿Con qué va a abrir Buqui?
AM: Buqui arranca con un libro cuya factoría ha pasado por la asesoría de mis dos admiradas compañeras. Está en pleno proceso, esta semana debe entrar a imprenta, porque si no, la semana que viene nos sale un 18% más. Es un libro muy sencillo, acerca del optimismo que representa la vida. La vida es maravillosamente misteriosa. Elegimos colocar en la tapa, por consejo de Paula, al conejo protagonista que pasa por los avatares de la vida. Los obstáculos, los logros, los triunfos, el optimismo, y ese es muy el espíritu de Fer, que está detrás de estas palabras y que me lo transmitió tan generosamente para que yo tuviera mi primer libro rápidamente entre manos. Abre con esa canción, “Canto al optimismo”, a los niños, y con la impronta que pretendo que tengan mis libros, que es la idea de libro táctil. No solamente porque está impreso en tinta y en braille, sino porque las ilustraciones llevan también una adaptación texturizada de manera que sean inclusivos, para, en principio, pensar en el niño ciego, y que luego se hagan extensivos a cualquier tipo de lector. El lector que tiene baja visión es una instancia intermedia, y el lector típico. Los tres pueden leerlos perfectamente, compartir la lectura, sostener esta pancarta que tenemos en este momento, que es que la inclusión sea una realidad. Que pares puedan leer, con los ojos, con las manos, con los oídos… Que sea una forma inclusiva y amorosa de pensar la literatura. Así que arrancamos con eso y continuaremos con proyectos más ambiciosos. Estamos preparando un libro de pre-braille (ya tenemos el material), de aprendizaje del braille para primeros lectores. En donde se aprende el abecedario completo. Cada letra aparece texturizada, y con lo que en braille se llama el signo generador, que es una especie de cajetín, de seis puntos cuya combinación determinada, hace que se construya cada una de las letras. El niño tendrá la letra en textura, con la notación en braille, y una palabra representativa de esa letra, que comience con esa letra. Luego seguimos con 1, 2, 3, que es el de los números, y el de los signos especiales de puntuación, y matemáticos. Es un proyecto que se llama ABC Braille, y la idea es que sea para niños que están aprendiendo las primeras letras, los primeros números, y las primeras herramientas de escritura y de lectura.
MM: ¿De dónde viene tu interés en este tema, Ale? ¿Vos sos profesora especializada?
AM: No, la realidad es que en la editorial en la que trabajé durante varios años, surgió esta inquietud, un poco lateralmente. Y después, por lo menos yo lo tomé como un nicho, porque realmente, haciendo una recorrida y un estudio de mercado… no hay material en Braille. Los chicos tienen que leer, o los bodoques que están en la BAC, la Biblioteca Argentina de Ciegos, o las maestras, en un movimiento casi beatífico, tienen que transcribir con punzón y pizarra los libros que amablemente “ligan” desde distintos medios. Pienso que corresponde que haya una iniciativa que se dedique especialmente a esto, y que sea un referente en ese sentido. Aspiro.
FA: Estoy esperando ansiosamente tus libros. Soy acompañante terapéutica y trabajo con pacientes, y sé que los libros que está planificando Ale, son para niños y niñas típicos y atípicos, como se dice dentro de mi ámbito. Además, para niños que están empezando a descubrir diferentes texturas, y estoy pensando puntualmente en una de mis pacientes, que tiene veintitrés años, y la acompaño en su recorrido educativo en la facultad, y que nos sigue a todos lados. En todas las Ferias que hacemos en Capital Federal está ella, prestando siempre mucha atención a los libros infantiles. Así que no son libros con un destinatario en particular. Son libros inclusivos de manera integral, para todo el mundo.
MM: Qué bueno. ¿Vos sos la autora del libro de Alejandra, Fer? No dijiste el título…
AM: El título del libro es Maravillosa. En relación a la vida. Fer es mi ángel de la guarda. Me regaló este libro hermoso y yo lo estoy llevando adelante. Otro de los grandes gestos que existen y circulan en este grupo de tres.
MM: ¿Y las ilustraciones?
AM: También son una movida muy interesante, la idea es darle oportunidad a los estudiantes que se están recibiendo en la Universidad de Palermo. En este caso, una chica que está en un estadio muy avanzado de su carrera, y que está ilustrando maravillosamente el libro. Estamos trabajando muy a gusto, guiándonos y sorprendiéndonos mutuamente.
MM: ¿De qué carrera?
AM: Diseño gráfico e ilustración, ¿verdad Fer?
FA: La carrera es Diseño e Ilustración.
AM: Así que, muy contenta, Mario. Gracias por la oportunidad de poder contar esto, y con mucho entusiasmo. Y muy sostenida por mis compañeras.
MM: Seguirás contando, tienen mucho para contar todavía. Fer, además de ser escritora vos venís del mundo de la edición. ¿Cómo nace Bianca Ediciones?
FA: Bianca Ediciones nace en pandemia. Hace mil años que trabajo en el mundo editorial, pasé por todos los roles, y en pandemia, creo que a todos nos tocó un poco la cabeza la cuarentena, me dieron ganas de hacer los libros que siempre quise hacer. El 7 de diciembre Bianca Ediciones cumple un año y vamos a estar festejando en una oficina nueva, nos acabamos de mudar el sábado a una de las oficinas del CMD, el Centro Metropolitano de Diseño. Y vamos a estar ahí, celebrando nuestro primer año con un catálogo de veintidós títulos, y un montón de proyectos.
MM: ¡¿Veintidós títulos en dos años!?
FA: En un año. Veintidós. Teníamos muchas ganas de laburar.
MM: Y Paula, treinta y cinco… Es muchísimo.
MM: La verdad que sí. A Magela la conocí en la Feria del Libro de Zapala. Muy trabajadora. Poniéndole el hombro a sus libros. Me había contado lo de Frankfurt, me preguntó si tenía idea de cómo conseguir algún apoyo para ir acompañando sus libros. ¿También la clave en Bianca es la coedición? ¿Trabajan con los autores que se cofinancian?
FA: Tenemos algunos proyectos puntuales, que los trabajamos de manera autogestiva, pero no es el caso de ninguno de estos tres. Fundamentalmente trabajo en pos de la inclusión en el aula, en el ámbito escolar. Hago ahí como un laburo particular. Hay un libro que se llama Color piel, que habla sobre diversidad cultural, en el que la protagonista se pregunta por qué en su caja de lápices hay un solo lápiz color piel.
MM: Claro.
FA: Ese proyecto se lo presentamos a una directora de escuela pública primaria, y nos acompañó con el texto de contratapa.
MM: Qué buena idea esa. Durante toda la primaria, para mí el color piel no era el de mi piel, porque yo no era el marroncito claro. Había un “color piel” hegemónico… ¿La ilustradora es la misma del libro de Magela?
MM: Qué bueno. ¿Están llegando a las escuelas con esto, Fer?
MM: Es curioso que esto, que es una necesidad que ustedes han detectado y que tiene una buena recepción en las escuelas, no haya sido tomado por las grandes editoriales. Es una oportunidad para las pequeñas, independientes, con menos controles financieros.
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