Treinta años de la muerte de Néstor Perlongher

En el prólogo a la edición de los Poemas completos, de Néstor Perlongher (publicada en 1997 por Seix Barral), leemos a Roberto Echevarren: "El eros se articula a través de un gusto arbitrario, extravagante, al armar con cómica extrañeza, retazos de los procesos de seducción. En la poesía de Perlongher, y hemos de vivir un tiempo hasta digerirla, la seducción de lo monstruoso (crossdressing, mezcla de modas, motivo vergonzante o fuera de la ley) despliega un fondo pretendidamente inconfesable que no es sino la excusa para una investigación desenfrenada de las posibilidades de gozar con las palabras". 

El sábado 26 de noviembre se cumplieron treinta años de la muerte del poeta, nacido en Avellaneda en 1949. Lo recordamos con dos poemas de Austria- Hungría, su primer poemario. 





LA MURGA, LOS POLACOS 

Es una murga, marcha en la noche de Varsovia, hace milagros

con las máscaras, confunde

a un público polaco.

Los estudiantes de Cracovia miran desconcertados: 

nunca han visto

nada igual en sus libros-

No es carnaval, no es sábado

no es una murga, no se marcha, nadie ve

no hay niebla, es una murga

son serpentinas, es papel picado, el éter frío

como la nieve de una calle de una ciudad de una Polonia

que no es

que no es

 lo que no es decir que no haya sido, o aún

 que ya no sea, o incluso no esté siendo en este instante

 Varsovia con sus murgas, sus disfraces

 sus arlequines y osos carolina

 con su célebre paz- hablamos de la misma

 la que reina recostada en el Vístula

 el proceloso río donde cae

 la murga con sus pitos, sus colores, sus chachachás carnosos

 produciendo en las aguas erizadas un ruido a salpicón que nadie atiende

 puesto que no hay tal murga, y aunque hubiérala

 no estaría en Varsovia, y eso todos

 los polacos lo saben.


 

CANCIÓN DE AMOR PARA LOS NAZIS EN BAVIERA

 

Marlene Dietrich

cantaba en Londres una canción entre la guerra:

Oh no no no es cierto que me quieras

Oh no no no es cierto que me quieras

Sólo quieres a tu padre, Nelson, que murió en Trafalgar

y ese amor es sospechoso, Nelson

porque tu papá

era nazi!

Era el apogeo de la aliadofilia

debajo de las mesas aplastábamos soldados alemanes

pero yo estaba sentada junto a ti, Nelson

que eras un agente nazi

Y me dabas puntapiés

 
Oh no no no es cierto que me quieras

Ay ay ay me dabas puntapiés

 

Ceremoniosamente me pedías perdón

posabas una estola de visón sobre mis hombros

y nos íbamos a hacer

el amor a mi buhardilla

pero tú descubrías a Ana Frank en los huecos

y la cremabas, Nelson, oh

 

Oh no no no es cierto que me quieras

Ay ay ay me dabas puntapiés

Heil heil heil eres un agente nazi

 

Más acá o más allá de esta historieta

estaba tu pistola de soldado de Rommel

ardiendo como arena en el desierto

un camello extenuado que llegaba al oasis

de mi orto u ocaso o crepúsculo que me languidecía

y yo sentía el movimiento de tu svástica en mis tripas oh

oh oh oh



Austria - Hungría
Néstor Perlongher
Ediciones Tierra Baldía, 1980.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cincuenta años sin J.R.R. Tolkien: cómo lo cuidó un sacerdote español y qué tiene que ver la Patagonia con “El señor de los anillos”

El crimen casi perfecto, de Roberto Arlt, Ilustrado por Decur

La lectura del tiempo