El niño estrella

Igual que las estrellas pueblan los sueños, los deseos, las ansias y las inquietudes, y con esa misma fuerza y brillo, los niños pueblan la literatura. Libro de arena publica hoy el cuento "El niño estrella", de  la escritora francesa Rachel Hausfater-Douïeb, como parte de la serie de escritos referidos al tópico del mes: los niños.



Hace años en un rico país, un loco obligó a los que consideraba distintos a llevar una estrella de seis puntas.
Pero hubo un niño que no sabía que era una estrella.
Y se lo hicieron saber.
Al principio, le gustó y hasta se sintió orgulloso de serlo. Le pareció que estaba bien aquello de ser niño estrella.
Pero aquella estrella tenía demasiadas puntas.

Y entonces el niño estrella empezó a sentir vergüenza.
Y cuanta más vergüenza sentía, más grande se hacía la estrella.
Y al cabo de unos momentos ya no se veía al niño.
Sólo se podía ver la estrella que llevaba.
A su alrededor, las otras estrellas corrían en todas direcciones, enloquecidas… porque los cazadores de estrellas se acercaban.
Un día, los cazadores atraparon a las estrellas y se las llevaron en unos trenes negros.
Y el niño vio cómo las grandes estrellas-papá, las dulces estrellas-mamá y las estrellitas más pequeñas ascendían hacia la noche.
Y se apagaban.
El niño estrella replegó sus puntas y trató de ocultar toda la luz que tenía en su interior, como si ya no fuera una estrella.
Y eso hizo que ya no pareciera un niño.
Estuvo escondido durante mucho tiempo.
Por fin, la noche se terminó y el niño pudo salir.
Fuera, hacía un tiempo hermoso.
Pero estaba completamente solo.
Las estrellas fugaces no habían vuelto.
Afortunadamente, había otras personas a su alrededor.
Eran un poco soles y un poco estrellas.
Y le enseñaron a vivir de nuevo a la luz del día.
Ahora, el niño estrella sabe que es una estrella.
Y brilla.


El niño estrella
Rachel Hausfater-Douïeb
Zaragoza, Editorial Luis Vivas,  2003.

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