La literatura, una forma de habitar el mundo
El 20 de mayo se llevó a cabo un nuevo encuentro del Curso
de Capacitación para Auxiliares de Bibliotecas Comunitarias. Esta vez, los
alumnos visitaron el Centro de Documentación dedicado a la infancia y a la
juventud más importante de América Latina: la Asociación La Nube –infancia y
cultura-. Junto a Pablo Medina, su director, y María Laura Migliarino,
coordinadora del espacio de lectura Club del Libro, los participantes
descubrieron la organización y funcionamiento del Centro como así también sus
objetivos y posicionamiento en relación a los libros y el trabajo de animación
a la lectura que allí se realiza a diario.
Por María Laura Migliarino
Tanto se
ha investigado sobre la temática en los últimos años que, a estas alturas,
nadie puede negar los beneficios que proporciona la lectura: adquirir
información, desarrollar procesos y habilidades haciendo uso de los
conocimientos, transformar esquemas mentales, crear nuestros propios modelos
para conocer y comprender lo que nos rodea, enriquecer y diversificar el uso
del lenguaje… En este sentido, las bibliotecas, además de ofrecer el material,
ofician como mediadoras en la comunicación y en la transmisión de la cultura; y
La Nube, como biblioteca especializada, se propone particularmente generar actividades
que promuevan el acceso a distintas expresiones culturales entendiéndolo como
uno más de los derechos básicos con que todo ciudadano debería poder contar sin
diferencia de grupo social. En suma, facilitar el acercamiento a la lectura y
el libro a través de acciones educativas, en el entendimiento de que existen
innumerables beneficios para los niños al incorporar el hábito de la lectura.
Como dice
Michelle Petit, si bien la experiencia de los lectores no difiere radicalmente
según el medio social, los obstáculos son diferentes: “Para unos todo está dado
al nacer. Para otros, la distancia geográfica se agrega a las dificultades
económicas y a los obstáculos culturales y psicológicos. Para muchos, los
libros son objetos raros, poco familiares, investidos de poder, que dan miedo.
Están separados de ellos por verdaderos fronteras, visibles o invisibles. Y si
los libros no van a ellos, ellos nunca irán a los libros. Esas fronteras que
separan los libros no desaparecen solas y es allí donde experiencias de
animación a la lectura tienen sentido”.
Desde sus
inicios, el programa de animación a la lectura de La Nube se propuso los
siguientes objetivos:
-
Promover
en los niños la curiosidad por el libro
-
Animar a
la lectura desde el asombro y el goce
-
Facilitar
el acceso a la producción bibliográfica destinada a niños y adolescentes
-
Favorecer
el desarrollo de lectores críticos
-
Orientar
a los lectores de acuerdo a intereses y necesidades
-
Facilitar
la incorporación de estrategias de animación a docentes, bibliotecarios y
adultos interesados.
Y estos
objetivos dirigen las acciones tanto hacia los niños como a los adultos con
ellos vinculados. Partiendo del modelo lector que tiene el niño y reconociendo
sus intereses se convoca a que produzca su propia construcción como lector y
sea arquitecto de este acto de vida que es leer. La Nube pretende incorporar
así la animación y promoción de la lectura desde un planteamiento teórico pero
utilizando estrategias y recursos que se vinculan íntimamente con el interés y
afecto del niño. Animar a leer significa crear condiciones para que ese hacerse
lector ocurra.
Ahora
bien, ¿cómo provocar el encuentro del lector y el libro? Fundamentalmente posicionándose
como adultos en un lugar en el que al animar a la lectura afirma lo que la
literatura (pero también el arte y el juego) tienen de propio y de único,
destacando que hay un tipo de contribución a la experiencia y al conocimiento
humanos que sólo ella puede ofrecer. No es suficiente transmitir contenidos, es
necesario un medio ambiente que ofrezca la posibilidad de plantear preguntas.
El Club del libro, la biblioteca circulante de La Nube, apoya la recepción de
información, la reformulación y expresión de lo aprendido a través de
actividades individuales y colectivas, autónomas y libres, favoreciendo la
formación de una actitud crítica ante el mundo que nos rodea y el mundo que nos
presentan los libros.
En
segundo lugar, diferenciándose de las posiciones en las que se buscan
consecuencias instrumentales. “Leemos porque sí, porque nos da curiosidad y
porque tenemos ganas”. En términos de Pennac, el lector tiene derechos. La
gratuidad en el leer es fundamental. Consciente de esto, el que quiere dar de
leer se permite estos derechos y querrá que el otro, a quien da de leer,
también los tenga.
Estas son
algunas consideraciones generales con las que se ha trabajado la propuesta de
animación a la lectura. Son, en definitiva, ideas que han permitido estructurar
las acciones. Más allá de los recursos la cuestión es hacer del asunto un tema
personal: abrir a todos las páginas de todos los libros.
La Nube
ofrece actividades para niños, docentes e investigadores.
Para
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