Una biblioteca para el CAT

Las bibliotecas son espacios en que ocurren muchas más cosas que la lectura de un libro. El pensamiento, el juego, la recreación, el acceso a la cultura, a la propia y a otras, el desarrollo de habilidades cognitivas y la transmisión de contenidos, son parte de lo que ocurre junto con un libro que es leído. La biblioteca es un espacio múltiple y rico que merece su lugar.


Por María Laura Migliarino


En los últimos años se han multiplicado las experiencias de animación a la lectura desde ámbitos no vinculados estrictamente con la educación. Salas de espera, clubes de lectura, campañas de promoción en espacios públicos y, fundamentalmente, las pequeñas bibliotecas que forman parte de instituciones que buscan resolver problemas que afectan a la comunidad y desarrollar iniciativas de interés para sus miembros. Una de esas instituciones es el Centro de Atención Transitoria, CAT, cuya función es alojar chicos y chicas en situación de emergencia social, derivados por los distintos programas del Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.
En sus inicios el CAT era un centro de atención para los jóvenes contraventores y su trabajo consistía en contener, indagar, e investigar cuestiones que tenían que ver con la historia de esa persona al ingresar a la institución. Por suerte, luego de la creación del Consejo en el año 2000 con la sanción de la Ley Nº 114, el CAT comienzó a formar parte de este organismo y se convirtió en centro modelo, primer centro de América Latina que funciona con el paradigma de los derechos de los niños y niñas como sujetos de derechos. El CAT es un espacio que intenta restituir, en un contexto de transitoriedad, aquellos derechos que fueron vulnerados y motivaron el ingreso (negligencia, maltrato, abuso, violencia familiar, entre otros)
En la actualidad, el equipo multidisciplinario que lo compone atiende integralmente las necesidades del niño o la niña, promoviendo un espacio de escucha e intercambio, organizando talleres, paseos y actividades recreativas, y al mismo tiempo acciones necesarias tendientes a la revinculación de estos chicos con sus familias para que no sean derivados a un hogar permanente.
En este sentido, nos cuenta su coordinador Agustín, el CAT siempre tuvo presente que en su transitoriedad los chicos pudiesen realizar actividades que enriquezcan su estadía durante el tiempo que dura el alojamiento. Pero una de las características de la institución, por la misma dinámica de funcionamiento,  es que la población es muy cambiante (a pesar que en la actualidad muchos chicos están más tiempo del que deberían) y las actividades deben ser breves, precisas, que no impliquen un seguimiento a muy largo plazo. Ahí aparece entonces la razón de ser de una biblioteca.
En la actualidad el Centro cuenta con un pequeño espacio destinado para tal fin. Pero es tan pequeño que la mayoría de los libros que han recibido como donación aún se encuentran en cajas, a la espera de un mobiliario que tampoco existe. Para Agustín, una biblioteca requiere un lugar donde el chico pueda entrar, permanecer y leer. Sueña con un espacio con un montón de libros que puedan convivir con una televisión para ver películas y una consola de juegos. Porque como diría un célebre pediatra y psicoanalista inglés, para dominar lo que está afuera es preciso hacer cosas, no solo pensar y desear, también leer y jugar.
Que la biblioteca quede instalada como espacio permanente es algo pendiente, que funcione como un espacio de apoyo escolar, también. La biblioteca en estos contextos debe poder resolver cuestiones de la vida del niño, un niño que se encuentra con más de un derecho vulnerado y tiene que rehacerse a sí mismo. El CAT piensa en una biblioteca como un espacio en construcción permanente que tenga más de un objetivo: recreación, acceso a la cultura, desarrollo de habilidades cognitivas, transmisión de contenidos y, fundamentalmente, que tenga en su fondo bibliográfico manuales actualizados para que el chico pueda hacer la tarea escolar. La biblioteca del CAT aún está esperando un nombre y los recursos necesarios para equiparla con la máxima de que facilitar el acceso a la lectura y a los libros también es otra forma de restituir, restablecer derechos.


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