La literatura, al igual que la memoria, es una gran aliada de la historia. La riqueza de la primera radica en que al no permanecer nunca al margen de los cambios históricos lleva inscripta en sus textos las relaciones que, en su momento, hicieron esos textos posibles. La memoria, por su lado, permite poner a cada hecho su impronta de acuerdo a cuánto de significativos tengan esos acontecimientos para nuestra vida. Producto del taller que se desarrolló en la biblioteca “Memoria con yapa” del Centro de Salud Mental A. Ameghino, exponemos aquí una muestra en donde los adultos mayores comparten delicias de sus tiempos de infancia. Tiempos memoriosos que transforman los recuerdos en textos breves de ficción. Por Celia Siritto Ahí estaba quieto, pequeño, de bronce, brillante, con esas bellas imágenes en bajo relieve. ¿U nas femeninas?, ¿otras masculinas?, algunas acurrucadas, otras erguidas. Delfos, tal vez. Apolo. Nunca se me ocurrió preguntarle a mi mamá que significaba p...