Ilusión y transgresión
Como un gran teatro donde todo puede ser representado,
Buenos Aires propone miles de escenarios y posibilidades, donde arte, cultura,
visiones del mundo se superponen y conviven, realidad y fantasía se mezclan, se fusionan, y nos interpelan. Libro de arena comparte una
crónica acerca de dos muestras del Centro de Arte Contemporáneo, para contribuir a pensar y conocer la multifacética cabeza de Goliat.
Por Corina Auster
Del 10 de mayo
al 18 de setiembre se desarrollan dos exhibiciones en simultáneo en el Centro
de Arte Contemporáneo (Sede Hotel de Inmigrantes de la Universidad Nacional de
Tres de Febrero), ubicado en Av.
Antártida Argentina 1355, CABA.
La primera se
trata de “Puerto de Memorias” y pertenece al artista argentino Leandro Erlich,
multipremiado internacionalmente. En
ella arribaremos a un puerto que permite acceder a una experiencia única, de
profundidad, de calma, de movimientos suaves y efecto contemplativo –además de
una gran belleza-. Dan ganas de permanecer
en la sala mucho tiempo. Luego de
observar un buen rato nos llevaremos una sorpresa pues la imagen nos parecerá
distinta… “Puerto de
memorias” es el puerto como punto de partida o de abandono de diversas
historias que pasaron por este antiguo hotel devenido en museo.
El universo de Erlich es el arte óptico que
genera ilusión, no siempre lo que creemos ver es lo real.
La segunda
muestra es “Retrospectiva”. Comprende 30
años de trabajo del artista español Bernardí Roig, quien por un lado pone el
foco en los estados de ánimo a través de esculturas de tamaño real. Presencias fantasmales, desaliñadas,
descalzas, con gestos de incomodidad y molestia, ubicadas en lugares insólitos
del edificio: el descanso de una escalera, un archivo, el sector de los lavabos
del hotel. Hasta en el hueco de un
ascensor pueden darle un susto a más de un desprevenido…
También
enfatiza en otros temas como la adaptabilidad (por ejemplo el confort del
encierro), el ser humano como ser animal, como ser incompleto en eterna búsqueda,
el peso de los medios de comunicación y demás cuestiones, mediante retratos
intervenidos de hombres con ropa femenina, de cabezas humeantes, de cabezas con
raíces y más singularidades.
Hay identidades
desdibujadas, influencias de otros artistas –reconocidas- y obras casi destruidas
furiosamente con chorros de pintura blanca.
Además,
encontraremos luces que enceguecen y muestran lo que quizás no se quiere ver…
Su objetivo es
interpelar al público porque en el arte contemporáneo es éste quien completa la
obra. Es impactante, transgresor,
provocador y políticamente incorrecto.
Es la primera vez que expone en Sudamérica. Queda claro que
tanto desde la fantasía como desde la rebeldía se puede apreciar una realidad
diferente.
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