La literatura, una forma de habitar el mundo
El 19 de mayo se llevó a
cabo un nuevo encuentro del Curso de Capacitación para Auxiliares de
Bibliotecas Comunitarias. Esta vez, los participantes visitaron el Centro de
Documentación dedicado a la infancia y a la juventud más importante de América
Latina: la Asociación La Nube –infancia y cultura-.
Junto a Pablo Medina,
su director, y María Laura Migliarino, coordinadora del espacio de lectura Club
del Libro, los participantes descubrieron la organización y funcionamiento del
Centro como así también sus objetivos y posicionamiento en relación a los
libros y el trabajo de animación a la lectura que allí se realiza a diario.
Ahora bien, tanto se ha investigado sobre la
temática en los últimos años que, a estas alturas, nadie puede negar de los
beneficios que proporciona la lectura: adquirir información, desarrollar
procesos y habilidades haciendo uso de los conocimientos, transformar esquemas
mentales, crear nuestros propios modelos para conocer y comprender lo que nos
rodea, enriquecer y diversificar el uso del lenguaje. En este sentido, las
bibliotecas, además de ofrecer el material, ofician como mediadoras en la
comunicación y en la transmisión de la cultura, y La Nube, como biblioteca
especializada, se propone particularmente generar actividades que promuevan el
acceso a distintas expresiones culturales entendiéndolo como uno más de los
derechos básicos que todo ciudadano debería poder contar sin diferencia de
grupo social. En suma, facilitar el acercamiento a la lectura y el libro a
través de acciones educativas, en el entendimiento de que existen innumerables
beneficios para los niños al incorporar el hábito de la lectura.
Como dice
Michelle Petit, si bien la experiencia de los lectores no difiere radicalmente
según el medio social, los obstáculos son diferentes: “Para unos todo está dado
al nacer. Para otros, la distancia geográfica se agrega a las dificultades
económicas y a los obstáculos culturales y psicológicos. Para muchos, los
libros son objetos raros, poco familiares, investidos de poder, que dan miedo.
Están separados de ellos por verdaderos fronteras, visibles o invisibles. Y si
los libros no van a ellos, ellos nunca irán a los libros. Esas fronteras que
separan los libros no desaparecen solas y es allí donde experiencias de
animación a la lectura tienen sentido”.
Desde sus
inicios, el programa de animación a la lectura de La Nube se propone los
siguientes objetivos:
Promover en
los niños la curiosidad por el libro
Animar a la lectura desde el asombro
y el goce
Facilitar el acceso a la producción
bibliográfica destinada a niños y adolescentes
Favorecer el desarrollo de lectores
críticos
Orientar a los lectores de acuerdo a
sus intereses y necesidades
Capacitación a docentes,
bibliotecarios y adultos interesados
Partiendo
del modelo lector que tiene el niño y reconociendo sus intereses se lo convoca
a que produzca su propia construcción como lector y sea arquitecto de este acto
de vida que es leer. La Nube pretende incorporar así la animación y promoción
de la lectura desde un planteamiento teórico pero utilizando estrategias y
recursos que se vinculan íntimamente con el interés y el afecto del niño.
Animar a leer significa crear condiciones para que ese hacerse lector ocurra.
Ahora bien, ¿cómo provocar el
encuentro del lector y el libro? Fundamentalmente posicionándonos como adultos
en un lugar preciso en donde invitar a la lectura afirma lo que la literatura (pero
también el arte y el juego) tiene de propio y de único, destacando que hay un
tipo de contribución a la experiencia y al conocimiento humano que sólo ella
puede ofrecer. No es suficiente transmitir contenidos, es necesario un medio
ambiente que ofrezca la posibilidad de plantear preguntas. El Club del libro,
la biblioteca circulante de La Nube, apoya la recepción de información, la
reformulación y expresión de lo aprendido a través de actividades individuales
y colectivas, autónomas y libres, favoreciendo la formación de una actitud
crítica en relación a aquello que se lee. A diferencia de otras instituciones
aquí se lee porque sí, porque nos da curiosidad y porque tenemos ganas.
Siguiendo a D. Pennac, el lector tiene derechos que deben ser respetados, como
el derecho a interrumpir lecturas y no terminar un libro. La gratuidad en el
leer es fundamental. Consciente de esto, el que quiere dar de leer se permite
estos derechos y querrá que el otro, a quien da de leer, también los tenga.
Estas son algunas consideraciones
generales con las que se ha trabajado la propuesta de animación a la lectura.
Son, en definitiva, ideas que han permitido estructurar las acciones. Más allá
de los recursos la cuestión es hacer del asunto un tema personal: abrir a todos
las páginas de todos los libros.
La Nube ofrece actividades para niños,
docentes e investigadores.
Para mayor información:
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