De Retiro a Hogwarths
Cuando pensamos en la relación del cine con la literatura, y nos enfocamos en la LIJ, hay un fenómeno cultural insoslayable: la saga de Harry Potter. En esta nota, Camila Castro Chiesino nos cuenta cómo llegó a la literatura a través del cine, gracias a la historia del niño mago, creada por J.K. Rowling.
Por Camila Castro Chiesino
En las vacaciones de invierno del año 2001, fuimos con mi madre al cine ‘’El Progreso’’; un cine barrial ubicado sobre la calle Riestra, en el corazón de Villa Lugano. El cine ya no existe más que en el recuerdo de todos los pibes del sur de la ciudad que tuvimos la oportunidad de visitarlo.
Personalmente no me voy a olvidar nunca de esa visita por dos cosas: fue una de las pocas veces que vi tan llena una sala, (mi madre se sentó en el piso), y porque la película que vimos me dejó fascinada.
‘’Harry Potter y la piedra filosofal’’ era una novedad para esa Camila de seis años, no solo porque visualmente para la época era una locura, sino también porque la idea de un mundo mágico que convive con el nuestro, de una escuela donde uno puede aprender a ser mago, me voló la cabeza. Salí del cine con ganas de tomarme un tren desde Retiro a Hogwarts sin escalas.
Después de ese día me declaré fan de la saga, vi todas las películas en el cine, acompañada por mi madre o por mi abuela; juntaba recortes de revistas donde aparecieran diferentes escenas… Ya más grande, hasta llegué a tener mi propia varita de Sauco. Pero nunca había leído los libros, no los tenía a mano y evidentemente me bastaba con las películas.
Hasta que, en el año 2018 para mi cumpleaños número veintitrés le pedí a mi novio que me regalara ‘’Harry Potter y la piedra filosofal’’ y me volví loca otra vez. Mi madre, que es mi abastecedora de libros número uno, me regaló la saga completa y en un par de meses la leí y la releí. Fue como redescubrirla con más detalle y debo decirlo, renegué un poco con su adaptación al cine.
Como era casi cantado, no pude evitar hacer comparaciones; algunas películas me gustan más que otras. La sexta, ‘’Harry Potter y el príncipe mestizo’’ me parece la más floja de todas. Se enfocaron más en desarrollar las relaciones amorosas entre los personajes que en, por ejemplo, contar la historia familiar y personal del villano Lord Voldemort que en el libro está muy desarrollada. En la película, hay una pequeña insinuación pero no se profundiza mucho.
Creo que hay que entender algo fundamental a la hora de juzgar una adaptación cinematográfica: el cine y la literatura cuentan con un lenguaje y un tiempo propios, y sobre todo, con un público propio. No le podemos pedir lo mismo a una película que a un libro.
Para llevar un libro a la pantalla grande es necesario transformar el texto y eso se hace, entre otras cosas, pensando en el público al que se quiere llegar y en sus intereses. Lo más importantes es que elementos tales como los personajes, el tema y el mensaje sean trasladados, de la manera más fiel posible, del papel a la película.
Una buena adaptación no es un calco sino una obra que tiene vida y sentido en sí misma. Entendiéndolo así, la discusión de si los libros son mejores que las películas, ¿Vale la pena realmente?.
Si me preguntan, yo me quedo con los libros, pero no puedo ignorar que entré en el mundo mágico de Harry Potter primero por las películas. Y estoy segura de que para muchos chicos que por ahí no leían mucho, las adaptaciones cinematográficas de la saga, fueron el primer paso entrar luego en el mundo de la lectura. Y eso se festeja.
Excelente nota. Así la vivió, mi hija.
ResponderBorrarLa manzana no cae muy lejos del arbol.... Mujeres intensamente sorprendentes
ResponderBorrarDIVINA LA HJA.!!!!!
ResponderBorrarDE TAL PALO TAL ASTILLA. CARIÑOS ANA mAILHES