Adela Basch y Luciana Murzi: “Vale la pena intentar algo que hasta ahora no se intentó”

Retomamos la entrevista hablando de literatura juvenil, para después realizar, de la mano de Luciana, todo un recorrido por el catálogo de Abran Cancha. Y para dejar sentado, una vez más, un principio claro de esta editorial: por más que el mercado imponga sus reglas, Adela y su grupo de amigas y colaboradoras persisten en el intento de poner en el mundo algo nuevo.


 

Mario Méndez: Hablábamos de literatura juvenil. En Abran Cancha, ¿tienen la idea de hacer colecciones juveniles? ¿O no les  interesa ese sector?  

Luciana Murzi: Es otro público, completamente distinto. Vos lo sabés.  

MM: Sí, pero por ejemplo, en Amauta ahora abrimos una colección juvenil. Ustedes tienen como diez o doce colecciones. ¿Pensaron en algún momento en hacer una colección juvenil?  

Adela Basch: Hasta ahora, no.  

MM: Hablando de colecciones, ¿cuáles son las colecciones que hay hoy? ¿Cuáles son las nuevas, cuáles son las históricas? Y de paso, ¿Por qué la mayoría tiene que ver con caballos? Esa es una duda que tengo desde que empezó Abran Cancha 

LM: Casi todas tienen nombres que están relacionados con caballos… 

MM:  Letras de Cambio, no.  

LM: Tres Gatos Locos, tampoco.  

MM: Oído y Leído… en esas nos salimos de los caballos. ¿Querés mostrarnos un poco las colecciones, Luqui?  

AB: Después les contamos por qué los caballos.  

LM: Esta es la tapa del catálogo que hizo Delius, que fue la primera diseñadora de Abran, del logo y de las primeras colecciones. Ahí está la tapita del libro. Esta es la nueva colección de cartoné (muestra la colección Rienda Suelta, La sopa del cocodrilo) de la que hablábamos hace un rato. Este es un libro que escribí yo, y que ilustró Pat Shin. Es el primer libro que ilustra. Es hermoso. Este es otro de Dolly, Un disfraz y otro más, con Flor Rodríguez Actis. Este es Papa Papatín de Flor Esses; este es un catálogo de Monstruos… 

MM: Este también es tuyo… 

LM: Sí, Día de monstruos, con ilustraciones de Mauro Vargas. Este es una novedad, en otra colección, Galope, El soldado Ejo, escrito por Diego Rojas, un cuento sobre Malvinas. Sobre un nene al que llevan a Malvinas. Y entendiendo un poco el conflicto de Malvinas, desde la mirada de un chico. Después tiene información atrás.  

MM: Ese se me escapó para el ciclo de Malvinas.  

LM: Está buenísimo. Ilustrado por Hurón, que es historietista, un librazo. Esta es otra novedad de Adela, Unos animales que son muy reales, ilustrado por Héctor Borlasca, sobre unos chicos que ven animales de colores. Este, Yo soy la reina, de Maricel Santín y Marina Zan, sobre unos chicos que se están repartiendo los papeles para hacer una obra en la clase de teatro de la escuela, y una dice que ella es la reina. Qué pasa a partir de eso con los compañeros. Y además es muy interesante desde el punto de vista del ejercicio de la escritura, porque en ningún momento dice el género. Por no es que pone la “e” o la “x”. va por otro lado, evitando usar el género.  

MM: Dificilísimo ejercicio de escritura.  

LM: Muy bueno. Éste, ¡Adelante navegante! es otro, espectacular, de Dolly con Alberto Pez, sobre un chico que liga un barco y sale a navegar. Pero tiene mucho miedo, entonces se ata una soga al muelle, y se va alejando hasta que la soga llega al máximo de la tensión, y tiene que decidir si soltarse o volver. 

MM: Qué alucinante esa ilustración de Pez… 



LM: Son los miedos que tiene ese muchacho cuando va navegando. Este, libro, de la misma colección, Hasta que nuestras ramas se toquen, tiene como protagonistas a dos pinos que nacen y empiezan a ponerse ansiosos por crecer; entonces los padres les explican que no todos crecemos de la misma manera. Que ellos crecen para arriba pero también para los costados, y al final tiene unas instrucciones para plantar un árbol. Este, Flor de diario, puede ser juvenil. Ya estamos en otra colección, Alfalfa. Que tiene dos títulos. Uno es este,  que es el diario de una adolescente. Su mamá se muere y empieza  a escribir un diario íntimo. Odia al padre y a la novia, debuta sexualmente… es un recorrido amplio. Y es muy interesante. Este, de la misma colección, Nunca apagues la luz, es del que hablábamos hace un rato, también ilustrado por Mauro, que son cuentos de terror. Y acá volvemos a los más chiquitos, con esta colección, Crin sin fin, que es acordeón. Entonces es como un objeto lúdico; se puede dar vuelta, pueden armar como circuitos, tiene como otra lectura; Orquesta de animales, y Ronda de familia que es en un almuerzo. Magogalera y Dulces sueños mis pequeños: Acá tenemos una colección clásica total, Potrillo amarillo, que es una colección de primeros libros, con pictogramas, que estaba editada en Del Quirquincho, ¿No, Dolly?  

AB: Así es.  

MM: Los Había una vez… Era cartoné.  

LM: Los de esta colección son ocho.  

MM: También sos autora de libros de pictogramas. Había una vez una laguna es tuyo.  

LM: Sí. También Graciela Pérez Aguilar y Alejandra Erbiti. Otra Colección: Letras de Cambio 

MM: Ahí se me fue el caballo.  

LM: Claro. Esta colección también estaba en Del Quirquincho y se llamaba así. Son tres libros de Adela, que tienen la particularidad de que hay una palabra, se abre una aleta y aparece otra, y son hermosos.  

MM: Son de pequeño formato.  

LM: Sí. Son de 15 por 17. Estos son los dos títulos de la colección Jinete de Juguete que son libros álbum. Uno, de Verónica Álvarez Rivera, que es como un popurrí de géneros. Está bueno para iniciados, porque se ven varios géneros que pueden existir en la literatura. Y otro de Natalia Méndez con Fernando Calvi, que es un libro álbum con poco texto y mucha imagen, sobre un encuentro con un extraterrestre. Esta es otra novedad, Me extraña araña, de Mercedes Pérez Sabbi, ilustrado por su nieta de ocho años. Ves Dolly que yo podría darles a ilustrar mis textos a mis nenes… 

AB: No sé cómo dejé pasar esa oportunidad. (Risas).

MM: Interesante. ¿Cómo deciden que ilustre una nena de ocho años? 

LM: Está espectacular, porque es el diario de una nena de ocho años. Es una nena dibujando su diario íntimo. Está bárbaro.  



AB: La decisión fue de la autora, de Mercedes. Nosotros lo pensamos y dijimos “Cómo no” 

MM: Eso es un poco ir contra corriente, como preguntó Debby y no leí la pregunta. Si seguís yendo contra corriente. Esta es una decisión bastante contra corriente 

AB: La verdad que sí.  

MM: ¿Qué recepción tuvo el libro? 

AB: Muy buena.  

LM: Hasta ahora viene muy bien. Es muy divertido. Mercedes escribe con mucho humor. Bueno, este es un libro abecedario, Cuentos de la A a la Z, de Silvia Paglieta. Muy lindo. Chau, infancia, chau, es un libro de doble entrada. Lo das vuelta y es otra tapa. Son dos cuentos. En los dos, el protagonista está como en ese umbral de la adolescencia. Y son dos conflictos totalmente distintos. En uno es una chica, y en el otro, un chico… Bueno, Mi abuela es una bruja. Cuenta la historia de un nene cuyos padres se van de vacaciones dos días, lo dejan con la abuela y él cree que es una bruja. En El día al revés, les cambian las comidas al gato y al perro y cambian las personalidades. ¡Animo, animales! Es divino. De Walter Poser. Cómo hablar del bulying, sin nombrarlo. Los animales están hablando de por qué se usan sus nombres para marcar cualidades negativas. Por qué se dice que alguien es un chancho cuando alguien es sucio, y demás. Hasta que lo resuelven de alguna manera.  Los primos y los tesoros escondidos, son poesías muy raras, muy estrambóticas. Para mí, es un puntapié para arriba. Nos vamos, nomás, nos vamos, es un relato de Mercedes también. A la  ciudad llega un intendente muy censurador, y empiezan a armar la ciudad en otro lado. La tarea imposible de Víctor, es sobre un hombre que cataloga cosas, y de repente encuentra algo que no puede catalogar. El placer de leer, de Alicia Salvi, fue un libro muy difícil. Porque es un chico cuyo padre lo obliga a leer. Y el chico quiere hacer otra cosa, quiere ir a jugar, mira por la ventana y ve que se están divirtiendo… 

MM: Este es un libro muy especial, si se me permite interrumpir un segundo. Porque la autora, la querida Alicia Salvi, era una gran especialista y promotora de la lectura. Trabajó en diferentes planes de lectura durante mucho tiempo. Y nos alentó a muchos jóvenes editores en su momento, cuando recién comenzábamos, con su elección de libros. Y no sé si tiene más cosas publicadas.  

LM: Lo que tiene es todo teórico. Lo que tiene este libro es justo lo que estábamos hablando hace un rato. Que el libro no tiene que ser una obligación para que después te evalúen, una cosa escolar. Tiene que ser por placer. El libro apunta a eso directamente, así que me parece muy, muy Alicia Salvi.  

AB: Alicia Salvi publicó algún libro de poesía para adultos también. No me acuerdo del título, pero por lo menos uno, publicó.  

MM: Es verdad.  

AB: No sé si dos… creo que tenía algo más, Pero me parece que para chicos este es el único. Tal vez se quiera recordar que en un momento fue presidenta de ALIJA.  

MM: Es cierto. Creo que por más de un período. Una gran persona, que extrañamos, la verdad.  

LM: Sigo. De este hablábamos hace un rato… 

MM: Interrumpo de nuevo. ¿Por qué antes era Que la calle no calle, y ahora es Que no calle la calle? ¿Cuál fue la decisión ahí, detrás del cambio de título?  

LM: Es otro libro.  

AB: Había que diferenciar los dos libros. Las poesías son casi todas las mismas, pero hay algunas diferentes. El primer libro tenía ilustraciones, éste tiene fotografías, pero hay mucha diferencia en general en el formato. Que la calle no calle está discontinuado, no sale más. Y había que diferenciar el título. A mí se me ocurrió cambiar de lugar el “no”, y hacer otro libro. Son dos libros distintos.  

MM: Las fotos de este, lo vuelvo a decir, son muy bellas.  

AB: Silvia Sergi. Muy hermosas.  

LM: Esta es una colección para un poquito más grandes, pero no adolescentes, sino de once, doce. Déjame ser la negra María, cuentos de Adela, ahora lo vamos a pasar a Alfalfa. Vamos moviendo los libros entre colecciones. Una novela de Franco Vaccarini, La mujer de la casa sin puerta, es sobre dos investigadores en una casa embrujada, que van buscando fantasmas por la ciudad de Buenos Aires. Bueno, esta es una novela muy, muy divertida de Martín Blasco, Mi nombre es Bonzi, Aldo Bonzi. Cuenta los problemas con su enemigo Florencio Varela. Y después una historia paralela de un intento por conquistar el mundo. Y Al rescate de Eurídice, de Eduardo González es un libro muy emotivo, donde hay un chico autista, un señor mayor, habla de viajes por el mar, y tiene un vínculo muy especial. Bueno, ahora vamos a una colección histórica de Abran que es Caballo Bayo. Acá hay teatro de Dolly. En los orígenes, los aborígenes, es una  de las mejores obras que escribió. Con la voz de los propios aborígenes. Teatro e historia, ¡cantemos victoria!, es teatro histórico. Mujeres de la historia, que también es un libro que queremos muchísimo, que son cuentos de mujeres: Rigoberta Menchú, Azucena Villaflor, Evita, Mariquita Sánchez de Thompson… escritos por Graciela Rendón, espectacular. La concertista sonámbula, una novela de Ángeles Durini, sobre una pianista… Fleco y las palabras, Cuentos con rima para los que se animan, Noches de luna llena… Es un catálogo amplio, como verán. Ellos y, de Esteban Valentino, Jaque mate, caballero al rescate, de Alicia Cristófaro, Yo era una reina delicada, de Laura Palacios. Otra colección sin caballos: Oído Leído. Son narraciones latinoamericanas narradas por narradores de cada país. Es una experiencia maravillosa escuchar ese CD y los diferentes registros. La colección Caballo Rayo. Toda esta colección está hecha en dos colores. Hay uno de terror, de Olga Drennen, Señales del más acá, El telar de los sueños, de Graciela Pérez Aguilar, y Cuiqui se enamora que da miedo, una novela muy divertida de Alejandra Erbiti. Chistes sin chistar, de Adela, El paraguas que hacía llover, de Emilio Saad, que son cuentos. Cuento también hay en Guitarras, guitarritas y guitarrones. Rumores de amores con humores es una antología. Y ahora Caballo Bayo Teatro. Obras cortas de Adela, súper divertidas. Una obra larga sobre Rosario Vera Peñaloza, Teatro por tres de la cabeza a los pies, obras de Adela, de Alejandra Erbiti y de Fabián Sevilla, y Teatro en el acto, que sirve mucho para actos escolares. Y acá tenemos la colección de poesía, la más vieja de Caballo Bayo, y hay títulos de Melina Pogorelski, Natalia Méndez, Beatriz Actis, Graciela Rendón y Florencia Esses. Y se me terminó el catálogo.  

MM: Yo conté setenta y cinco. No sé si estoy más o menos en el número. Es un montonazo. Puede parecer no tanto para veinte años de edición, pero en una editorial muy pequeña, que ya atravesó dos o tres crisis económicas, terribles, una pandemia, y llegó a casi ochenta libros. La verdad es que es una maravilla.  

AB: Eso tiene que ver con la locura de la que hablaba al principio.  

MM: Sí, sin duda. Contame el porqué de los caballos.  

AB: La editorial se llama Abran cancha, en homenaje a Abran cancha que aquí viene Don Quijote de la Mancha, que fue mi primer libro. Entonces, cuando Delius se puso a hacer el logo, ese logo tuvo que ver con Don Quijote montado a caballo con la lanza. Y ella tuvo una idea hermosísima: que la lanza fuera una lapicera. Y el caballo, de alguna manera, también era una lapicera. La cabeza del caballo era una lapicera. Y entonces quedó el caballo que es una lapicera. No sé si quedó muy claro. A partir de ahí, empezó a haber caballos en todas las colecciones. No sé si está claro o fue confuso.  

MM: Está claro. Si ven el logo, que supongo que lo tienen visto, ese caballo estilizado al galope es una lapicera.  

LM: Es un caballo pluma.  

MM: Tal cual. Y después, todo el juego: Al Galope, Caballo Bayo, Caballo Rayo 

LM: Potrillo amarillo 

MM: Alfalfa, el alimento de los caballos. ¿Y en qué proyectos anda Abran Cancha 

AB: ¿Me puedo tomar un minuto para contestar una pregunta que había hecho, creo que Debby?  

MM: A ver… 

AB: ¿Vos preguntaste si quería seguir haciendo cosas contra la corriente?  

MM: Sí, fue Debby.  

AB: A mí me parece que, si hacemos cosas, vale la pena intentar algo que hasta ahora no se intentó. No es lo único que se puede hacer, pero me parece que algo hace que valga la pena el esfuerzo de hacer todo lo que uno hace. El esfuerzo de hacer algo que hasta ahora no está, hacer algo diferente, poner en el mundo algo nuevo. Me parece que hay cosas que ya están muy repetidas, hay cosas viejas que ya no van, y que lo que vale la pena es tratar de innovar. Siempre. En todo. No solamente en los libros sino en todo. Eso significa un poco ir contra la corriente. Porque la corriente es lo que ya está establecido. Lo que, funcione o no funcione, ya existe. Innovar es intentar algo que todavía no está. Por ahí es un sueño en la cabeza y uno trata de plasmarlo. En ese sentido yo tengo la imprudencia, porque muchas veces ha resultado una imprudencia, de entusiasmarme con hacer algo totalmente contra la corriente. A veces va bien y a veces no. No sé Luqui si querés agregar algo… 

LM: No. Pero Mario nos preguntó qué proyectos tenemos… A nosotros se nos va armando la cuestión, no tenemos mucha planificación. O estadísticas, que sí tienen las editoriales grandes. Nosotros lo que intentamos es hacer. Seguro que te pasa lo mismo, Mario. Si te pregunto qué vas a sacar el año que viene, no sabés. Por ahí, sabemos que queremos pasar un título a otra colección. Pero las cosas se nos van ocurriendo y las hacemos. Como la colección Riendas Sueltas. Lo hablamos un día con Dolly, la llamé a Flor a ver si escribía un libro, y es como que todo se va haciendo medio así. Ni Dolly ni yo te podemos contestar ahora qué proyecto tenemos.  

MM: La rienda está suelta y el caballo avanza. Eso está buenísimo. ¿Y están con algún proyecto en este momento o están con la vorágine del comienzo del año?  

AB: Acabamos de sacar varios libros. Algunos son muy recientes, otros los veníamos preparando durante la pandemia, sin poder sacarlos. Otros aparecieron después. Pero acabamos de hacer el esfuerzo de sacar esos libros, así que no estamos pensando mucho en qué vamos a hacer. No estamos en condiciones de sacar nada pronto. 



LM: Lo que está por salir es un libro que escribimos entre las dos, para otra editorial.  Un bestiario de animales: Emocionerías Que fue muy divertido de escribir. Nosotras tenemos varios en coautoría, como que nos llevamos muy bien escribiendo juntas.  

MM: ¿Se divierten?  

AB: Muchísimo.  

MM: Bueno, yo abriría, ahora. Hubo muchas preguntas en el chat. Por ahí los chicos del profesorado quieren hacer algunas preguntas, o la bibliotecaria de La Matanza, o la compañera librera… Así las vamos liberando a las chicas, que ya es tarde y tienen que meter los caballos en el establo. Si quieren hacer alguna pregunta… Había una previa, de Debby y Mike, sobre si reciben textos e ilustradores nuevos. ¿Están recibiendo material nuevo? 

LM: En general, lo que nosotros hacemos es pensar el libro y ahí pedirlo. Pero sí, leemos cosas. Ilustradores vemos siempre, así que si quieren mandar, sí.  

MM: Ese es todo un título. “Pensamos un libro y después lo pedimos”. Porque discutíamos con las alumnas si el trabajo del editor empieza con el manuscrito que recibe o empieza antes. Claramente, ustedes están de acuerdo en que empieza antes. Cuando ustedes piensan qué libro quieren para su editorial.  

AB: Sí, pero no todos los libros tienen ese camino. Lo que es cierto es que no estamos en condiciones de publicar todo lo que se nos ofrece.  

MM: Creo que ni Loqueleo está  en condiciones de hacerlo, porque somos muchos.  

AB: Ni siquiera, todo lo que realmente nos interesa.  

MM: Adriana, me parece que levantaste la mano… 

Adriana Guillet: Sí, por un lado, por lo que decían antes de que es difícil para los escritores publicar cuando no son conocidos. Acá hay chicos que escriben. Y quería preguntar, porque Adela decía que necesitó crear una editorial para poder publicar aquellas cosas que por ahí eran menos redituables o vendibles como el teatro y la poesía. Y si finalmente en su obra hoy no hay más narrativa. Porque me pareció que había poquito teatro y algo de poesía. En esa sinopsis que fue haciendo Luciana, me pareció que iba más por la narrativa que por la lírica y la dramática.  

AB: Sí, creo que sí, que hay más narrativa.  

LM: Desde lo comercial, que también forma parte de la editorial y tiene que estar porque si no, no sobrevivimos. Nuestra experiencia es que en teatro, solamente vende lo de Adela, ya tiene un camino hecho, porque las docentes ya la conocen, gusta mucho lo que hace, y otros autores no se venden. Esa es la realidad. Poesía vende muy poco. El mercado sigue siendo así. Nosotros podemos ir contra la corriente, tratar de generar esas lecturas, pero el mercado es eso, y nosotros estamos inmersos en el mercado. Lo que hacemos es equilibrar un poco. Lo que más se vende va a bancar los títulos que no se venden mucho. Siempre tenemos los caballitos de batalla que bancan al resto del fondo.
LG: Yo quería decirle a Adela que usé mucho en la clases de música, dos libros de entre los últimos que presentaron: Guitarras, guitarritas y guitarrones, los cuentos, que los usaba para que los chicos les perdieran el miedo a los instrumentos, y los utilicen desde adentro de una historia, un lugar que acorte la distancia con el instrumento. Que lo miren desde un lugar lúdico, de juego.  

AB: Bien.  

LG: Y usé mucho El telar de los sueños para sonorizar. Sonorizábamos el cuento con objetos cotidianos, con papeles, con sonajas… el que sabía tocar un instrumento lo tocaba, pero alguien leía el cuento y hacíamos toda la sonoridad. Era muy interesante. Vos tenés mucha musicalidad. 

AB: Pero no es mío ese libro eh… Es de Graciela Pérez Aguilar.  

LG: Bueno, fueron dos libros que utilicé muchísimo en las clases de música. Y “Que sea cuerda”, el tuyo.  

AB: Ese es mío, sí. Es una expresión de deseos de la vida hacia mí. (Risas). 

LG: Y Que no calle la calle es un libro precioso.  

AB: Gracias.  



MM: Bueno, creo que las hemos exprimido. Nos han mostrado todo el catálogo y nos han contado el recorrido, enorme, y difícil, y con muy buenos resultados que ha hecho la querida Abran Cancha. Así que si no hay más preguntas, las despido, y despido a los aquí presentes.  

AG: Una pregunta más. En San Andrés de Giles hay una sola librería, así que no llegan muchas obras. Si no es la Feria del Libro no han tanta oportunidad para conocer escritores noveles o las editoriales menos conocidas. Pero el instituto donde estamos trabajando y estudiando hace una Feria del Libro. ¿De qué manera nos podemos contactar, para que Mario Méndez, o Sebastián Vargas, o Adela Basch puedan visitarnos? 

AB: Supongo que hay que escribir a cada uno por separado, porque cada uno debe tener requisitos diferentes. Además, si entrás a la página de una editorial, podés ver en los catálogos las novedades que hay, y tenés la posibilidad de comprar por la página. Se te puede mandar, si no hay librerías en el lugar.  

MM: Te agrego, que tanto Abran Cancha, como Amauta y otras editoriales, hemos tenido como aliada a una querida amiga que es Valeria Vizzón, que es de la zona. Me acuerdo que alguna vez llegamos a San Andrés de Giles, a través de ella, que tiene una librería itinerante. Ella está en Salto, pero ha llegado a Carmen de Areco, a Arrecifes, a San Antonio de Areco. Hemos ido con Adela a varios de esos pueblos y ciudades de la provincia. Después escribime, te paso los datos de Valeria. Así ella se suma con sus autores y editoriales a la fecha.  

AG: Muchas gracias. 

Mariana Mercado: Quería decirle a Adela que me gusta mucho su libro Que sea la Odisea. Siempre quise ir a la Feria del Libro a conocerla, yo soy del interior, de San Luis. Como de momento no he podido ir, aprovecho la oportunidad. 

AB: Muchísimas gracias.  

MM: Bueno, ahora sí, nos despedimos. Muchas gracias, Luqui, Dolly, por este encuentro con lectoras y lectores.  

LM: Gracias a vos, Mario.  

AB: Gracias, Mario. Gracias a Bibliotecas para armar.  

 

 

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