María Amelia Macedo: “Sostener un catálogo tan impresionante como el nuestro es hermoso”
Mario Méndez: Hola, cómo están. Acá nos encontramos una vez en este paseo por las editoriales, pero versión 2023. Seguimos, como desde hace años, encontrándonos con escritores y escritoras, con editores y editoras, ahora de manera virtual. Un largo camino de Bibliotecas para Armar, y mío personal, claro, así que estoy muy contento de recomenzar los encuentros en 2023. Para este primer paseo del año invitamos a María Amelia, editora de Penguin Random House, de varios de los sellos editoriales del grupo, una verdadera “Publisher”. Un lujo tenerte con nosotros, Ame. ¿vos venís de Edición, de Letras? ¿Cómo comenzaste tu camino en el mundo editorial?
María Amelia Macedo. Buenas noches, encantada de que estén ahí y de poder compartir este espacio con ustedes. Como decía Mario, si bien por formación también soy psicóloga, siempre trabajé en editoriales. Al inicio, en la parte de promoción de la lectura. Luego, en edición de libros. También estudié Edición. En 2001 aproximadamente entré a trabajar en Aique en la parte de promoción de textos escolares, y ahí conocí a Cecilia Repetti. A medida que iba avanzando en la carrera, trabajaba en la edición de textos escolares, más que nada en la parte de Literatura y Sociología. Y de ahí pasé a lo que en ese entonces era Random House, a trabajar con Mariana Vera, la directora editorial en ese momento. Y hace casi trece años que trabajo en lo que hoy es Penguin Random House Grupo Editorial. Ese, muy rápidamente, es mi recorrido. En paralelo les decía que siempre trabajé en editoriales. Empecé en promoción de la lectura, trabajé muchos años narrando cuentos y haciendo talleres en distintos contextos, pero mucho en colegios, y después ingresé a trabajar en edición. Y cuando descubrí el mundo de la Edición y me empecé a formar ahí, fue algo que realmente me fascinó. Hice el postítulo en CePA, cursé seminarios en la Facultad de Filosofía y Letras y en paralelo al desarrollo editorial participé muchos años en ALIJA, en la Fundación El Libro, en las comisiones que organizan tanto la Feria del Libro Infantil como algunas de las jornadas para docentes y para mediadores. Ese es un poco el recorrido.
MM: Un largo recorrido; rico recorrido, y de mucho crecimiento. Yo te conozco desde antes de que llegaras a Penguin Random House, me parece que estabas en Aique. Todos hemos recorrido un largo camino.
MAM: Vos nombrabas tus primeros encuentros; y la verdad es que el otro día no te lo dije cuando hablamos, pero me acuerdo de haber ido a uno de esos primeros encuentros en la biblioteca del Congreso. Era uno de los primeros.
MM: Claro, en el museo del Congreso que estaba en la esquina, que no está más. Irigoyen y Solís. Frente a la Plaza.
MAM: Exactamente. Ahí yo estaba en mis inicios, Quería absorber todo lo referido a la literatura infantil, quería leer, sumar información, conocer autores, así que estaba ahí sentada.
MM: ¿Y te acordás a quién entrevisté en esa oportunidad?
MAM: No exactamente, pero me suena que era Valentino. No sé por qué me suena y no recuerdo el año, pero creo que era ahí. Recién empezaba en Aique, 2002-2003, tal vez...
MM: Ahí empecé con estas entrevistas, y por supuesto, eran presenciales. A nadie se le ocurría pensar en lo que nos iba a pasar con la pandemia, y la explosión de la virtualidad. Te digo cuando: en el 2006 empezamos. Por lo menos hace quince años. Esas fueron las primeras entrevistas presenciales en ese museo, que ya ni existe, o si existe está en otro lugar. Vamos a seguir haciendo un poco de historia hasta llegar al presente. María Amelia tiene a su cargo, como les decía, una de las editoriales con más historia del país. Penguin Random House es ahora parte de una multinacional, pero nació de ser Sudamericana, protagonista absoluta del Boom de la literatura latinoamericana en los ’70. Y también protagonista de la explosión de la LIJ hacia fines de los ’80, principios de los ’90. Ahí estaba la querida Canela haciendo la edición y una de sus colaboradoras era Silvia Schujer. Esos fueron los primeros pasos de colecciones que todos recordamos: Pan Flauta, Cuentamérica, Los caminadores… que todavía existen. Después de que Canela se retiró, después de Silvia, que se dedicó, por suerte, fundamentalmente a escribir, vino Mariana Vera, una gran editora que lamentablemente nos dejó, no hace mucho. Y que fue, entre otras, también maestra y mentora de Natalia Méndez, que trabajó en Sudamericana antes de que la comprara Penguin. ¿Vos llegaste cuando ya era parte de Penguin?
MAM: Sí. Mariana Vera entró haciendo una pasantía, te comentaba hace un ratito, cuando Canela abrió el espacio como para poder tener algún colaborador más. Y después, cuando se abrió un puesto se integró como editora junto a Canela. Trabajó más de veinticuatro años en la editorial. Después cuando Canela dejó el puesto en 2002, Mariana asumió la dirección literaria, y lo fue hasta el año pasado, marzo de 2022. Más de diecisiete años. Así que mucho del fondo editorial tiene su marca. Es, como vos decías, una editorial donde la mayoría de los libros forman parte del fondo editorial por muchos años. Eso no es habitual. Las colecciones que vos nombraste, Los caminadores por ejemplo, siguen vigentes… Pan Flauta que sigue vigente de alguna manera en otra colección de las que después les voy a contar, la Biblioteca Alfaguara… Pero son todos libros que forman parte del fondo editorial. Que no se han descatalogado. Que siguen vigentes, sobre todo, que son libros que tienen demanda y que siguen creando lectores. Y con los que seguimos tomando decisiones, a veces con renovación de tapas, a veces con nuevas ediciones, a veces cambiándolos de colección, pero los textos en sí siguen formando parte de este fondo editorial, que forma lectores. La verdad es que es un orgullo el catálogo que se fue gestando a lo largo de tantos años, con estos dos nombres importantísimos, como Canela y Mariana Vera a la cabeza.
MM: Así que trabajás a la sombra enorme de estas dos editoras históricas…
MAM: Yo lo tomo como una compañía y como un impulso. “Sombra” me suena a “peso”. Imagínense que trabajé doce años con Mariana, así que fuimos amigas, compañeras en el sentido amplio de la palabra, y fue durísima su partida. Es una responsabilidad enorme, hoy en día, poder asumir su función, pero la tengo presente todos los días. Porque el trabajo diario es súper intenso en una editorial que tiene unas dieciocho o veinte novedades por mes. Entonces nuestros horarios de trabajo son extensos, hay mucha pasión en lo que hacemos, y a Mariana Vera la tengo conmigo. Con todos los caminos que me abrió, con todo lo que aprendí, y con toda la luz y la responsabilidad de sostener un fondo que es lo que ella misma también hizo. Con el fondo que creó junto con Canela y con el que Canela ya había creado. Y es un gran desafío, imagínense que en un país tan cambiante como el nuestro, poder sostener libros durante tanto tiempo… hay libros que llevan treinta y ocho ediciones. Tengo un monstruo en el bolsillo, ¡Qué animales!, Hay que enseñarle a tener a un gato, son libros emblemáticos que los seguimos sosteniendo porque los seguimos moviendo vivamente en el catálogo. Y hoy en día, la situación del mercado es compleja; poder sostener y ampliar un catálogo tan impresionante es hermoso, básicamente.
MM: Qué bueno, sobre todo porque si no fuera así sería muy pesado. Con tanta cantidad de sellos, de novedades mensuales, con toda esa historia detrás… qué bueno que sea hermoso. Parte de la historia que quiero que nos cuentes, porque algunos sabemos algo, otros saben mucho y otros no saben nada, es que no hace mucho, Penguin Random House tomó a varios de los sellos que estaban en el grupo Santillana, lo compró, fundamentalmente a Alfaguara, que era uno de los más importantes. Sigue siendo. Junto con Alfaguara vinieron varios sellos más. ¿Cómo fue ese proceso?
MAM: La fusión, si mal no recuerdo, se hizo en el 2014, Se compró el sello Alfaguara, entonces toda la parte de adultos pasó a Penguin Random House. La verdad es que el grupo también tuvo varios cambios en su historia luego de ser comprada Sudamericana (Random House Mondadori, luego Penguin Random House). Cuando se compra Alfaguara, lo primero que pasa es el sello de adultos. Y solamente un par de autores infantiles, pero para que lo comprendan y me sigan mejor, quédense con que pasó solo el fondo editorial, enorme, de adultos. Como un sello más dentro del grupo. Y después, en 2016, si mal no recuerdo, empezamos a publicar nosotros algunos de los libros que venían de Alfaguara, porque sobre todo los libros juveniles que venían de Alfaguara, los seguimos publicando nosotros, ampliando después esos sellos, porque imagínense que para una editorial, la manera más viva de sostener un sello es poder ampliarlo. Con la compra de Alfaguara empezamos a darle otra forma a ese sello, y comenzamos a incorporar novedades. Editamos la actual colección de Liliana Bodoc, que era del sello Alfaguara, y al año siguiente tomamos la decisión, la tomó Mariana, que era la directora editorial, de renovar la serie Pan Flauta, una serie súper emblemática que seguramente ustedes recuerdan. Tantos títulos… Cosquillas en el ombligo, Marisa que borra, Cartas a un gnomo, La guerra de los panes… Buscábamos cómo renovar esa colección -que ya había tenido una renovación previa, un re entape, un nuevo formato-, y finalmente decidimos tomar el sello Alfaguara también para LIJ.
Fue toda una decisión, porque eran sellos que, hasta ese entonces competían en el mercado. Y decidir pasar los libros de la colección Pan Flauta a Alfaguara fue una decisión enorme. Así fue como nos metimos de pleno en el sello Alfaguara y hoy es un sello posicionado dentro y fuera de las escuelas. Planificamos la colección, su diseño, que ahora lo vamos a ver. Tiene una parte más juvenil, y también con autores internacionales, y la parte local, que está sobre todo centrada en la Biblioteca Alfaguara y la Biblioteca Bodoc. Años posteriores, el grupo compró otros sellos. Salamandra forma parte del grupo, Molino también… sellos que se fueron incorporando con mucho catálogo. La gestión del catálogo es enorme, la verdad que sí; la única manera de sostener el catálogo es gestionarlo, justamente, darle vida. Que no pierdan fuerza ni las colecciones, ni los autores.
MM: ¿Y vos tenés un grupo grande de gente que trabaja contigo?
MAM: Somos cinco editoras en total. Los libros los editamos nosotras; la verdad es que la carga de trabajo es mucha, porque son muchos sellos. Y a veces no son todos locales, sino que son contrataciones del grupo y entonces tienen otro proceso. Todos los libros, una vez que los incorporamos al plan editorial, tienen un circuito interno. Entonces, para la reunión de novedades del mes de “mayo”, por ejemplo, los editores presentamos a Ventas, Producción y otras áreas, cada uno de los libros. A veces parece sencillo, pero cada libro tiene atrás un montón de trabajo. Incluso, la adaptación del idioma español si el libro es un contrato de grupo y el destinatario tiene menos de 12 años.
MM: Una pregunta más bien técnica, a vos que pasaste por Edición, ¿sos lo que se podría llamar una Publisher? ¿Tenés esa mirada?
MAM: Sí. Todos los editores debemos tener esa mirada. Una mirada aguda del mercado, afilada en la contratación, debemos analizar tendencias. Hay libros más literarios, hay libros más comerciales, hay libros que están más orientados al colegio y a las bibliotecas, libros que son absolutamente distintos y que van más para el circuito de librerías… Dentro de lo literario hay una parte como más comercial y otra más puramente literaria, hay libros que son más objeto… Y existe mucha complejidad en los libros infantiles. Nosotros trabajamos desde licencias (que son los libros más “de personaje”, generados en otras industrias, con una marca detrás), hasta libros muy literarios de autores muy prestigiosos. En ese abanico, el editor tiene que tener una mirada amplia, más de publisher, más de contratación. Y de mercado, fundamentalmente.
MM: Qué trabajo… Recién mencionaste grandes autores, y me vino a la cabeza porque lo vi hace poco; Random me mandó el catálogo actualizado y es impresionante. Es una cosa gigantesca. No puedo evitar esta pregunta. ¿Qué nos podés contar de la cuestión con Roald Dahl? Y además de esta cuestión, que fue tan “comidilla”, Roald Dahl también está en Loqueleo. ¿Cómo es esta cuestión de que esté a la vez en Loqueleo y en Alfaguara?
MAM: Cuando Penguin Random House compra Alfaguara, Roald Dahl quedó como un autor compartido entre ambas editoriales. Así, Penguin se queda con los libros “trade”, que son libros de un formato más grande que va a librerías y Loqueleo se quedó con la explotación de los libros que van a colegios que tienen una edición un poquito más chiquita y económica. Entonces es un autor de catálogo compartido, del que se hacen dos ediciones. Respecto de las modificaciones que abrieron un importante debate hace poco tiempo, no se va a hacer ninguna para Latinoamérica. Sinceramente, desde lo personal, me parece terrible se haya realizado ese planteo. Por suerte no va a haber ninguna modificación en los textos de acá. Por suerte.
MM: Después nos vas a mostrar eso que preparaste. Vos sos muy aplicada, y trajiste una preparación que creo que nadie trajo.
MAM: No, yo vi que Lola en su entrevista mostró un Power Point con tapas… me encantó y pensé que si vamos a hablar de libros al menos tenemos que tener las portadas cerca para identificarlos. Solo eso…
MM: Me parece que vos hiciste uno más complejo. ¿Cómo es la cuestión de Penguin Random House con sus sellos que no tienen libro de texto, con la escuela? ¿A quién le presentan estas novedades? ¿Tienen un equipo de promotores importante que va a las escuelas?
MAM: Sí, actualmente tenemos un equipo de promoción. E Históricamente el equipo de promoción fue pionero en Editorial Sudamericana. Cuando Canela abrió esas colecciones emblemáticas, Silvia Schujer trabajó en promoción abriendo caminos con La Valija Viajera, y llevando los libros a los colegios. Desde ese entonces se trabajó con un equipo de promoción que difundió nuestro catálogo. En este momento tenemos promotores que recorren la zona de Capital, Buenos Aires y algunos puntos del interior, y alianzas en puntos estratégicos del interior. Todos los años hacemos un encuentro docente, lo realizamos hace más de quince años. Los últimos años los hicimos en el Complejo La Plaza, e invitamos a todos los docentes a participar y a escuchar charlas de capacitación con autores. Hay presentaciones de libros, tratamos de que sea un momento de formación y de intercambio. Suele haber un salón de ventas también, para que puedan mirar, sobre todo las novedades, pero también los libros de fondo. Es un evento que preparamos anualmente, gratuito. Los asistentes también se llevan algunas sorpresas lindas y algunos regalos. Y para nosotros es un evento importante porque es el momento de acercarnos a los docentes. Los promotores recorren todo el año los colegios, pero es el modo de que los docentes y los bibliotecarios conozcan a los editores, y sobre todo, a los autores. Es en ese encuentro directo entre los editores, los escritores e ilustradores, los libros, y los docentes y bibliotecarios.
MM: Te diré que hace bastante más de quince años, porque yo no ejerzo como maestro hace dieciocho o diecinueve años y fui a uno de esos encuentros.
MAM: Tenía la duda, porque hubo una interrupción hace unos diecisiete o dieciocho años aproximadamente. Hubo uno que otro año que no; y de corrido se retomó desde hace quince. Siempre con el gran desafío de armar una agenda que sea convocante, que logre un acercamiento de los docentes con el fondo que estamos gestando cada año. Es un encuentro que disfrutamos un montón. Es una jornada de todo un día, en la que los docentes pueden ir a las charlas que quieran. Es con inscripción previa por una cuestión organizativa, pero es abierta. Pueden participar todo el día, sólo a la mañana, sólo a la tarde… En general hacemos un cierre con un show. Este año fue sobre Mundo Bilina, que es una novedad que tengo acá, un rescate que hicimos de SM. El autor, Cristian Palacio, montó una obra de teatro, entonces hicimos el cierre artístico después de haber tenido una charla con él. Es un teatro de objetos, realmente fascinante.
MM. Qué bueno es Cristian. Acá en el chat, Roció dice “¡Qué lindo! Nunca recibí esa invitación. ¿Cómo puedo enterarme de la fecha y la ubicación del evento?”
MAM: Bueno, puedo pasar un chivo… En las redes somos @penguinaulaar. Ahí van a tener toda la información. El evento lo hacemos siempre en febrero, es previo a que empiecen las clases. Y mantenemos las redes actualizadas para quienes quieran conocer las novedades y la actividad de la editorial. Hay entrevistas con autores en forma permanente y actividades durante todo el año. Tenemos un equipo que difunde las novedades, por lo que el Departamento de Marketing y Comunicación trabaja mucho, generando notas, posteando en las redes de forma continua, generando contenido de interés para la comunidad educativa y con muchas otras acciones. Así que sigan a @penguinaulaar para estar al tanto de lo que sucede. Y para el área juvenil tenemos un canal más cercano a ellos, que habla con sus códigos, que focaliza en lo literario y en lo comercial: @novelasparachicxs, con “x”. Ah, y también armamos un podcast destinado a la comunidad juvenil: novelasparachicxs, el podcast, lo escuchan por Spotify. Así que si están en las redes nos van a encontrar. En @Penguinaulaar van a acceder a todo lo que tiene que ver con Nivel Inicial, Primario y Secundario escolar.
MM: Rocío aclara que es docente, narradora y bibliotecaria. Y Mercedes Mosquera nos dice: “El año pasado una alumna de mi escuela primaria n°5 de Tandil (esto es lo bueno de la virtualidad, siempre lo repito) ganó una mención del Concurso María Elena Walsh.
MAM ¡Felicitaciones! Sí, tal cual. Ese fue un concurso que hicimos para colegios, con María Elena Walsh. Así que, genial.
MM: María Elena Walsh es una de las grandes, grandísimas autoras del grupo, que vos preparaste en uno de tus power points, que es Grandes Autores. ¿Querés que empecemos mostrando un poco de lo que trajiste?
MAM: Perfecto.
MM: Sudamericana, Alfaguara Infantil y Juvenil, Nube de tinta, Molino, Altea (es otro de los que vino con Santillana), Distrito Manga, B De Blok, Montena y Salamandra, que es donde está publicado Harry Potter.
MAM: Sí, son muchos sellos, todos muy importantes. Y Distrito Manga es el sello que se creó el año pasado, 2022, que es exclusivo del género manga. Después vamos a ver un poquito más. El primer slide, súper colorido, es de la Biblioteca Alfaguara que es la que creamos en la editorial luego de la compra de Alfaguara, de la fusión. Pensado para llegar sobre todo a colegios y a bibliotecarios. Pero no de modo exclusivo, porque no es una colección que nosotros pensemos así. La verdad es que lo que nosotros deseamos es formar lectores, y queremos que estos libros trasciendan la frontera del colegio. A esta colección, que ya queremos mucho porque lleva cinco años, la iniciamos con los libros de Pan flauta, del sello Sudamericana. Porque teníamos los libros de Pan Flauta, y queríamos hacer un refresh de esa colección, volver a ponerlos en valor y en el mercado con nuevas ilustraciones. Creo que el gran desafío fue que teníamos muy buenos textos, de autores muy prestigiosos, muy valorados en el colegio y por toda la comunidad escolar, y el objeto libro necesitaba una renovación. Después de la compra de Alfaguara decidimos tomar ese nombre que era tan conocido en los colegios y darle forma a esta nueva biblioteca. Y primero se nutrió de muchos libros de Pan Flauta, y a la que fuimos sumando otros títulos y autores. Entonces, uno de los primeros libros que publicamos en esta colección fue La guerra de los panes, de Graciela Montes. Y después se fue ampliando la colección. Tenemos La aldovranda en el mercado de Ema Wolf, un título emblemático que fue un gran desafío. También nos pasaba esto, Mario: teníamos libros tan posicionados por autores e ilustradores (La aldovranda estaba ilustrado por Tabaré)… era un enorme desafío esa renovación…
MM: ¿Empezó en el Quirquincho La aldovranda? ¿O estoy equivocado?
MAM: Puede ser. La verdad es que no lo recuerdo…
MM: Me parece que sí. Es un clásico de clásicos absoluto.
MAM: Y en la Colección Pan Flauta estaba ilustrado por Tabaré. Era un gran desafío cambiar esas ilustraciones. Muchas veces nos pasa eso: libros que queremos renovar pero que a la vez tienen una historia tan bella y son libros tan hermosos… Esto nos pasó. La aldovranda fue un desafío. Y acá lo convocamos a Matías Trillo que hizo una cosa impresionante en el interior y la tapa que es una de las más lindas.
MM: Ema estaría contenta con que llamaron a Matías. Una vez la entrevisté y me dijo que había tenido que explicarle como eran las arvejas. Porque se ve que nunca había visto arvejas.
MAM: Es un show, la verdad, trabajar con madre e hijo. Los dos tan talentosos… Ahora estoy trabajando en un proyecto con ellos dos, lo estoy cerrando mañana o pasado; tengo que entregarlo a Producción y no les puedo explicar lo que me divierto, y lo enormes, lo talentosos que son los dos trabajando.
Bueno, entonces la Biblioteca Alfaguara toma algunos clásicos de Pan Flauta, y sumó libros nuevos. Dentro de esa incorporación tenemos, entre otros muchos, la serie de María Elena Walsh: El reino del revés, Tutú Marambá, Dailan Kifki y Zoo Loco.
MM: Todo un tema, porque además mantuvieron la colección de Alfaguara de María Elena Walsh, AlfaWalsh… perdón por la interrupción…
MAM: Viene bien lo que decís, porque para nosotros María Elena Walsh es una escritora que está en la colección de la Biblioteca Alfaguara, porque nos parece que hay libros que son los que más circulan en los colegios y que tienen que ser accesibles para todos los chicos. Y conservamos la Colección AlfaWalsh, en una edición hermosa. Tenemos la colección de estos cuatro libros en tapa dura, que es una colección facsimilar con las ilustraciones de Vilar, que son las originales.
MM: Esa colección, si mal no recuerdo, ganó un premio al trabajo editorial ese año. Me parece que fue muy importante rescatar el trabajo de Vilar. Aplica a lo que decías antes de La aldovranda… Nosotros, por lo menos los que tenemos muchos años, relacionamos a María Elena con Vilar.
MAM: Yo, desde lo personal, sí. Una de las improntas más fuertes que tuve en la infancia era mi mamá tratando de leerme y de distraerme en la cama, cuando me dolían mucho los oídos. Trataba de distraerme con historias, y para mí, era delicioso escuchar a María Elena Walsh en la voz de mi mamá. Tengo su voz en la memoria, contándome la historia una y otra vez con los mismos tonos, con los libros que eran de mi hermana, que es trece años más grande que yo. Los libros estaban ajaditos, pegados con cinta, y de esa edición es de la que después hicimos esta facsimilar. Tratamos de mantener el formato, la tapa dura, todo, con las ilustraciones de Pedro Vilar. La verdad es que esta colección es deliciosa. ¿Cómo no formar lectores con libros así? Paso a la siguiente así les cuento un poquito más. Les quería hablar las novedades. Van a ver algunos libros, como La maestra, de Victoria Bayona, La leyenda de los invencibles, de Horacio Convertini, y de Norma Huidobro Los cuentos del abuelo Florián, son rescates de SM. Este año tuvimos ese gran desafío, a raíz de lo ocurrido con SM años antes. Hubo una gran migración de autores. Y dentro de los rescates editoriales tenemos estos libros de los cuales estamos súper orgullosos, felices de poder presentarlos en nuestra casa. Acá, por supuesto, hubo una renovación de ilustradores. No tomamos el mismo bloque de autor e ilustrador, acomodamos la maqueta, todos los autores pudieron revisar sus textos, y fueron todos a ilustrar nuevamente. En esta pantalla seleccioné algunos libros especialmente, porque son novedad y porque me parecían interesantes. Por ejemplo, el de María Inés Falconi, No soy el lobo. En primer ciclo se trabaja mucho con el personaje del lobo, y no teníamos textos, porque no somos una editorial que esté mirando de lleno la currícula escolar para ir llenando esas casillas. Finalmente, un día nos dimos cuenta de que estaba faltando algún libro con protagonista lobo, y que además remitiera a los cuentos clásicos. Así que con María Inés pensamos esta idea, de este lobo que está muy enojado, porque nadie distingue a los lobos en los cuentos de lobos. Son “el lobo” y nadie les pone nombre, ni se da cuenta de que cada lobo se ganó ese puesto en esos relatos. Y que el lobo de Caperucita tiene que entrenarse duro, para ser quien es en ese cuento. Pero que el lobo de El lobo y los siete cabritos, tiene otras características, y debe dedicar su vida a entrenarse en otro tipo de cuestiones. Y roza un poco el tema de la identidad, o por lo menos, del nombre propio. Nos quedó este libro, con el que estamos muy contentos, y que salió muy a fin del año pasado, por eso lo sumé. Detrás de la máscara, de Andrea Ferrari, fue un libro escrito en pandemia. Me lo acercó ella y es una novela que me encanta, pensada para unos diez, once años. El protagonista tiene unos catorce, y la novela sucede en pandemia. No es que hable de “la pandemia”, pero este protagonista se encuentra con estos catorce años que le pesan un poco. Quiere esconderse, siente que tiene una nariz enorme, los brazos los siente largos y por más que se oculta debajo de un suéter y un buzo cada vez más grande no logra sentirse cómodo. Y sin embargo, la pandemia lo ayuda a tapar los granos que hacían un “universo estelar” en su cara. La novela, para mí es maravillosa; este protagonista tiene una madre que está embarazada, él siente que esa es una situación un poco vergonzosa, incómoda. Él con catorce años y su madre embarazada. Y en la pandemia él empieza a ayuda a una vecina mayor que vive en otro piso, y se entabla una relación muy particular con esta señora que él no conoce más que por detrás de la puerta. Le pasa cartas, y ella lo empieza a aconsejar, sobre un vínculo amoroso que él descubre con una chica que trabaja en el supermercado de la cuadra, donde él tiene que hacer las compras para esta mujer. La verdad es que es una novela deliciosa, con muchas puntas, y escrita por Andrea, que siempre es un placer para leer.
MM: Dos cosas Ame. Dijiste que lo pusieron a partir de once: ¿Acá mantuvieron la serie de colores que traían de Alfaguara o la cambiaron?
MAM: Nosotros seguimos nuestra propia clasificación, que era la que teníamos en Pan Flauta: primeros lectores, que quedó amarilla, +7, +9 y + 11: rojo, azul y verde. Ni siquiera es igual a la de Pan Flauta, no teníamos esos colores. Fue una clasificación que armamos para esta colección. Y eso lo pensamos para cada libro. Esto de clasificar por edades es para orientar al canal, a los libreros. Después, todo depende del nivel lector. Es una orientación nada más.
MM: La segunda cosa que te comento, porque me enorgullece, es que leí Detrás de la máscara cuando era un original, porque somos amigos con Andrea, y me parece una genialidad que la hayan publicado, porque es una gran novela. Es muy bella.
MAM: La verdad es que el vínculo que entabla el protagonista con la vecina…
MM: Cuando juegan al truco…
MAM: A través de la puerta… También acá destaco la inclusión de Candela Insúa en el proyecto con las ilustraciones, porque hizo un trabajo muy interesante de collage, atrás, el fondo que tiene la tapa, es de tickets de supermercado. Porque él conoce a una chica que le gusta mucho en el supermercado, y es un lugar de mucho tránsito, y donde suceden otras cosas de peso en la trama, donde él logra salvar a una persona que se descompone, haciéndole reanimación. El supermercado era un lugar importante. Y si sucedían cosas tan importantes para el protagonista, buscamos que desde la ilustración se pudiera insinuarse eso. Y lo de la tapa me parece algo muy acertado de Candela. Hacer ese fondo de trama con tickets de supermercado le aporta.
MM: Muy bueno.
MAM: Después, El hombrecito del azulejo, que era un clásico de Pan Flauta, decidimos rescatarlo para la Biblioteca Alfaguara, y convocamos para las nuevas ilustraciones a Poly Bernatene que hizo un trabajo maravilloso. Así que es un orgullo poder contar con él.
MM: ¿Está sólo ese cuento en el libro?
MAM: Son dos cuentos. Ahora no tengo presente el otro, pero son dos de La misteriosa Buenos Aires. ¡El pastor del rio es el otro! Poly hizo un enorme trabajo y quedó excelente. Monstruos y fantasmas de acá nomás, de Ana María Shua, también fue muy interesante. Ana María tiene un libro en la colección Cuentamérica que vos nombraste, que se llama La luz mala. El libro había quedado medio extraño en esa colección; ella no se sentía del todo cómoda porque como eran varios los personajes de la tradición oral que aparecían ahí y no uno solo como en el resto…, ella quería un poco un cambio. Lo que hicimos acá fue tomar cuentos de aquel libro de Cuentamérica, sumarle otros personajes de leyenda, e incorporar una apertura que le diera marco. Entonces ella armó una introducción para cada uno de esos cuentos, y quedó un libro nuevo. Totalmente renovada la propuesta. Esto para contarles un poco cuáles son las decisiones editoriales sobre los libros. Y lo mismo pasó con La dama blanca, de María Inés Falconi. Con María Inés los dos libros tienen una historia parecida. No teníamos nada de leyenda urbana, y nos parecía que ella podía ser una autora que para acompañarnos en pensar un relato potente que tocara ese punto. Lo charlamos con ella que decidió pronto un de las leyendas urbanas que siempre le generó curiosidad. Ella se puso a escribir y nosotros a editar. Pensamos juntas lineamientos generales y cuál era la forma que podía adoptar dentro de esta colección. Y ella eligió un recurso muy bueno que es el de contar esta historia en dos tiempos. Hay dos historias que se entrelazan en un hoy, y en el momento de la epidemia de fiebre amarilla. Se unen estas dos historias con la leyenda urbana. Hoy esta colección tiene más de cuarenta títulos; estos son algunos de los más nuevitos. Para que los tengan presentes.
Excelente entrevista!
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