NINÍ MARSHALL: UNA MUJER DE TRABAJO

A principios de este mes, se cumplieron cien años del nacimiento de Niní Marshall. Libro de arena decidió que el tema de junio fuese Literatura y Humor, en homenaje a ella, que además de ser una enorme actriz, escribía los textos de absolutamente todos sus personajes. Compartimos la nota que nos envió María Fiorentino, y en la que  recuerda a la gran Niní.



NINÍ MARSHALL: UNA MUJER DE TRABAJO

Por María Fiorentino


María Elena Walsh la definió como Nuestra Cervantes y explicó que solo un prodigioso dominio del idioma le permitió a Niní descalabrarlo, travestirlo y lanzarlo a las efímeras ondas del éter.

Su talento para reproducir los rasgos del habla de distintos sectores sociales o de colectividades fue un aporte no solo para sus monólogos sino también para la investigación filológica.


Niní se definía como una mujer de su casa que se hacía la graciosa. Una de sus explicaciones era que creaba sus personajes observando y prestando atención, en la peluquería, sobre todo, donde por el ruido de los secadores todo el mundo escuchaba a los gritos la historia de todo el barrio. Lo más interesante para la mirada de una actriz, es que explica que en la mayoría de los casos ni siquiera le hace falta cargar las tintas, ya que parece mentira, aclara, lo indiscretas que son las personas en general.


No quiero hacer acá una larga explicación acerca de la trayectoria de la Marshall, porque no me interesa. Forma parte como Favio, Hugo del Carril, Troilo, la Merello y Goyeneche, las dos Bozán y tantos y tantas más, de nuestro ADN. No importa recordar cuando nació, y como debutó y cuál fue toda su trayectoria. Es parte de nuestra historia, ¿o no?


Pero lo que sí me importa recordar es que cuando Manuel Romero la convocó para el cine, Niní tardó más de seis meses en aceptar el convite, porque alegaba que su rostro no era cinematográfico y que prefería seguir con su voz. En fin, esto habla también con mucha elocuencia, de la falta de instinto que a menudo tenemos actores y actrices frente a un proyecto que se nos presenta. 

Lo cierto es que Niní debutó en cine en 1938 con el personaje de Catita, en la película Mujeres que trabajan, y no solamente como actriz, sino como coguionista junto a Romero. Y no paró. Y la protagonista era Mecha Ortiz, que le pidió a Manuel Romero que le consiguiera un autógrafo de Niní, porque ella no se atrevía a pedírselo.

En los primeros diez minutos de Mujeres que Trabajan, se habla de Marx, de qué lástima que no existan las Uniones (Sindicatos), y del maltrato con que los de clase elevada, al salir beodos de una fiesta, emprendían hacia los que limpiaban las calles, con los repartidores, con los obreros, bah.


Niní formó parte de mi vida pública e íntima en algún momento, porque se editó un CD con sus números radiales con Juan Carlos Thorry  y la usé para el contestador automático.

 

Lino Patalano, mi queridísimo Lino, la instó en 1973 a subirse al escenario y según  relata él mismo, el día anterior al estreno ella dijo: Los indemnizo a todos, pero no estreno. Y Lino la mandó al hotel (era en Mar del Plata) y le dijo, palabras más o menos, dormí y mañana estrenamos.

 

Ese espectáculo fue “Y… se nos redepente”, y sucedía en el velorio del zapatero barrial, Don Pascual, y toda la escenografía era una mecedora que se movía, vacía, donde suponíamos (veíamos) a la viuda. Y todos y todas los y las personajes de Niní acudían al velorio, a presentar sus respetos.

Según Catita (o ¿Cándida?) el zapatero era tan bueno que a ella le había hecho un zapatito adicional para el juanete.


El estreno fue en 1973, en un Café Concert en Mar del Plata. La llamé a mi vieja, le saqué un pasaje desde Rosario y fuimos a verla allá. Y le debo a Niní, además del placer de mi madre, la alegría y el orgullo de ser contemporánea y compatriota de semejante artista, la sensación de que no es difícil que el público llore. Lo difícil es que muchas personas distintas rían todas juntas.

Lo difícil es la comedia.

Eso me desafió y me dio un aprendizaje.

Gracias, Niní. Mis reverencias, por siempre.


MARÍA FIORENTINO

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