Guerra y paz. Y vodka. Y un caballo

Con notable buen sentido del humor es leída la literatura y en este caso la poesía que forma la letra de una canción rusa con traducción y todo. Abordar el nada gracioso tema de la guerra, junto con otras vicisitudes que de paso atañen a los protagonistas, como el amor y el desengaño, el disimulo y la valentía, es, desde luego, la virtud del escritor. Libro de arena publica un texto de Sebastián Vargas cargado de notas que trazan paralelismos tan simpáticos como imprevistos entre distintas culturas, y que su autor comparte generosamente.


Por Sebastián Vargas


“Cuando estábamos en la guerra”, anónimo ruso de comienzos del siglo XX, por Babkiny Vnuki


A Dahlya L. y Sergey E., que ayudaron con la traducción



Esta es la “Semana Rusa” (porque lo digo yo, y punto), así que elegí un tema anónimo de comienzos del siglo pasado, que muestra una de las principales virtudes rusas: el aguante.
Porque aunque el país funcionara perfecto, hay que bancárselo, al frío de la estepa, que te congela hasta las intenciones. Pero además, casi todo nunca funciona bien (como en casi ningún país, de hecho), y las calamidades en Rusia son siempre terribles. Cuando tenés rey, te toca un zar. Cuando toca dictador, tenés un Stalin. Si cae un meteorito en un pueblito de Siberia, te elimina a todos los dinosaurios para siempre. El verano dura lo que se tarda en pronunciarlo, y visitar a la abuela por su cumpleaños puede requerir atravesar 20.000 verstas de caminos escarchados.
Así que el ruso típico es una persona muy sufrida. Y en esta canción de cosaco (o similar), el protagonista sufre. Se la banca (apenas) y disimula (todo lo que puede), pero sufre como un chancho adolescente.
El yo poético cosaco, descansando en la barraca entre guerra y guerra (porque el servicio militar ruso duraba 23 años, promedio) o entre batalla y batalla, mientras fuma y bebe (pero lo del vodka no se cuenta, porque no está legalizado su consumo), dice que mientras estaba en las trincheras “podría estar pensando en ella” y en cómo lo traicionó, pero no, “yo no pensaba en nada, solo fumaba [y chupaba como lo que soy]”.
La “traición” de ella es que no lo esperó eternamente a que volviera de la guerra, y entabló una relación amorosa con otro. Eso pasó porque ella tiene un “corazón inquieto”. No es, se ve, la típica rusa, que aguantaría años y años hasta que volviera nuestro soldado, o lo que quedara de él.
Él alega que no pensaba en ella para nada, pero es obviamente una mentira, porque inmediatamente cuenta, muy suelto de cuerpo, que está tan pero tan deprimido que solamente espera “una bala certera” que termine con la pelea entre ellos dos y con su tristeza. No hay nada más tanguero que un ruso despechado.
Así que formula, inmediatamente, su nuevo proyecto de (corta) vida: la próxima vez que estén en batalla, “volará hacia las balas” en su caballo negro. Esa acción se verá, desde afuera, como valentía (el coraje es otra de las tradicionales virtudes rusas), pero será nomás falta de aguante y despecho al mango, disimulados.
Pero al menos hay un ser vivo sensato en esta historia, y el caballo negro, que no comparte las penas amorosas de su jinete, escapará de las balas que este tanto busca, y rescatándose, el equino rescatará (no tiene más remedio) también al soldado, cuya tristeza, entonces, sobrevivirá al final de la canción, y por lo tanto no terminará nunca. Para el yo poético hay bastante guerra, pero no tiene paz.
Noten cómo la letra repite cada verso, de forma que todo se dice dos veces, como en las canciones vascas (“pero las canciones vascas son mejores”, me susurra con voz potente mi madre, cómodamente instalada en su amplio sillón en el centro de mi superyó).
La canción es muy agradable de oir, y mucho más en la versión elegida, que es, con lejos, la mejor de todas las que escuché. El grupo folklórico Babkiny Vnuki es, podríamos decir, el equivalente ruso de Los Palmeras. Se visten como extraterrestres recién bajados del plato volador, y tocan unos instrumentos que parecen de ciencia ficción también (como la babalaika eléctrica), y la voz del rubio líder de la banda es increíble e inesperada. Pero a pesar de todo lo dicho (o a causa de eso mismo) consiguen darle a la canción un ritmo amable, una calidez cuasi-cumbiera y una energía positiva admirables, manteniendo los ejes fundamentales del tema: la melodía pegadiza y el uso del acordeón (aparentemente, si no cantás esta canción acompañándote con acordeón, te encanan, en Rusia).
El ruso es uno de los idiomas que me cuesta intuir, así que le pedí ayuda a un par de amigos para la traducción de la letra. Pero ellos tampoco son rusos-rusos, así que sepan disculpar las fallas que seguramente encontrarán en la transcripción fonética y en la traducción al castellano. Aguantaré sus críticas con rusa estoicidad.
http://www.youtube.com/watch?v=KXp6Ta0bWr4


Когда мы были на войне


Когда мы были на войне,
Когда мы были на войне,
Там каждый думал о своей
Любимой или о жене.
Там каждый думал о своей
Любимой или о жене.


И я, конечно, думать мог,
И я, конечно, думать мог,
Когда на трубочку глядел,
На голубой ее дымок,
Когда на трубочку глядел,
На голубой ее дымок.


Как ты когда-то мне лгала,
Как ты когда-то мне лгала,
Что сердце девичье свое
Давно другому отдала.
Что сердце девичье свое
Давно другому отдала.


Но я не думал ни о чем,
Но я не думал ни о чем,
Я только трубочку курил
С турецким горьким табачком.
Я только трубочку курил
С турецким горьким табачком.


Я только верной пули жду,
Я только верной пули жду,
Чтоб утолить печаль свою
И чтоб пресечь нашу вражду.
Чтоб утолить печаль свою
И чтоб пресечь нашу вражду.


Когда мы будем на войне,
Когда мы будем на войне,
Навстречу пулям полечу
На вороном своем коне,
Навстречу пулям полечу
На вороном своем коне.



Но видно смерть не для меня
Но видно смерть не для меня
И снова конь мой вороной
Меня выносит из огня
И снова конь мой вороной
Меня выносит из огня
Кaguedа мue bueli nа vuayenie

Кaguedа мue bueli nа vuayenie
Кaguedа мue bueli nа vuayenie
Там каzhdîy duмаl о svuaiey
lyubiмuay ili о zhenie.
Там каzhdîy duмаl о svuaiey
lyubiмuay ili о zhenie.


I ya, nuetushe, duмаsh моg,
I ya, nuetushe, duмаsh моg,
Кôguedа nа drugоtsку glyadiel,
nа galуbоy ieio dîмок,
Кôguedа nа drugоtsку glyadiel,
nа galуbоy ieio dîмок,


Как тî кaguedа-тa мnie lgаlа,
Как тî кaguedа-тa мnie lgаlа,
Tsто sieрdshie dievitsie svaio
drogovnо drogо agdаlа.
Tsто sieрdshie dievitsie svaio
drogovnо drogо agdаlа.


Nо ya nie duмаl ni о shieм,
nо ya nie duмаl ni о shieм,
Ya тоlко drubоtsкu кuril
sтurieshкiм gоruкiм таbаshкó.
Ya тоlко drubоtsкu кuril
sтurieshкiм gоruкiм таbаshкó.

Ya тuliкa viernоy puli zhdu,
Ya тuliкa viernоy puli zhdu,
Isтob iтaliтi shalima yiub
i piesietsi shugierme shubrartshu.
Isтob iтaliтi shalima yiub
i piesietsi shugierme shubrartshu.


Кaguedа мue buiemа na vоyenie
Кaguedа мue buiemа na vоyenie.
Nаvspretshu pulyaм palietshu
nа varanом svaioм кanie,
nаvspretshu pulyaм palietshu
nа varanом svaioм кanie,


Nо svirnо sмierni nie dlya мienya
nо svirnо sмierni nie dlya мienya.
I snоvа коni моy varanоy
mienya vuinоsiт ie saguiña,
I snоvа коni моy varanоy
mienya vuinоsiт ie saguiña.



Cuando estábamos en la guerra


Cuando estábamos en la guerra,
cuando estábamos en la guerra,
cada uno pensaba en su amante o en su mujer,
cada uno pensaba en su amante o en su mujer.


Y yo también podría haber pensado,
y yo también podría haber pensado,
mientras miraba en mi pipa
el humito azulado,
mientras miraba en mi pipa
el humito azulado,


en cómo hace tiempo me mentías,
en cómo hace tiempo me mentías
y tu corazón inquieto
le entregabas a otro,
y tu corazón inquieto
le entregabas a otro.


Pero yo no pensaba en nada,
pero yo no pensaba en nada,
solo fumaba la pipa
de amargo tabaco turco,
solo fumaba la pipa
de amargo tabaco turco.


Tan solo espero una bala certera,
tan solo espero una bala certera,
para saciar mi tristeza
y terminar nuestra enemistad,
para saciar mi tristeza
y terminar nuestra enemistad.


Cuando estemos en la guerra,
Cuando estemos en la guerra,
volaré hacía las balas
sobre mi caballo negro,
volaré hacía las balas
sobre mi caballo negro.


Pero se ve que la muerte no es para mí,
pero se ve que la muerte no es para mí,
y mi caballo negro otra vez
me rescata del fuego,
y mi caballo negro otra vez
me rescata del fuego.


Como bonus track (y como complemento pacífico a la canción guerrera), aquí va la muy bizarra pero también inolvidable “Juguémosle a nuestro amor” (Давай поиграем в любовь, “Dаvoy vieriт nаshu lyubоi”), de Jaak Joala, “El Facha Martel Soviético”, que le está haciendo juicio a J.K. Rowling porque considera que la idea de que los personajes de los cuadros hablaran entre sí la tomó del videoclip de esta canción.
Jaak (no, no tiene nada que ver con los chocolatines) es estonio, pero gran parte de su carrera la hizo cantando en ruso. No tengo el año exacto de este videoclip, pero por el saco blanco, la cara de goma, el organito sintético y el logo del canal, pueden darse una idea bastante exacta de la época.
No transcribo toda la letra para no extender demasiado este posteo, pero la idea es que él arma una especie de juego (juego de jugar y también de “apostar”, de tomar un riesgo: por eso al título, que podría traducirse como “juguemos”, preferí dejarle “juguémosle”, como si fuera una quiniela, para destacar que se necesita arriesgarse para entrar a ese juego. Entonces, en el juego, él se hace amigo de ella, y le cuenta todo, y dejará de ver a otras muchachas, y se pondrá celoso de ella, y un día abrirá “la puerta conocida, que ya no será la puerta de alguien más”, y la encontrará a ella y le dirá que la extrañaba. Y ella, sorprendida, le contestará con una pregunta: “¿Por qué inventaste este juego?”. Y él, sonriente, con esa cara de nabo total pero sintiéndose un galán de la san puta delante de la pared verde, responde, concluyendo la canción: “Porque te quiero tanto, y no voy a ocultarlo más”. Notable.
http://www.youtube.com/watch?v=L5Vd0zfxmf4

Podría despedirme cálidamente, pero no es el caso. Da svidánia.

DJ Vagov


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cincuenta años sin J.R.R. Tolkien: cómo lo cuidó un sacerdote español y qué tiene que ver la Patagonia con “El señor de los anillos”

El crimen casi perfecto, de Roberto Arlt, Ilustrado por Decur

La lectura del tiempo