Formas de celebrar la lectura
Ayer,
en la Sala Federal del Centro Cultural Kirchner, Los Musiqueros
recibieron el premio mayor, el Pregonero de Honor, en la ceremonia anual
organizada por la Fundación el Libro. También hubo reconocimientos para
especialistas, festivales, instituciones y medios.
Los Musiqueros marcó todo un modo de dirigirse a los niños. |
La
carreta andariega de Javier Villafañe es la que identifica a los
Premios Pregonero, que reconocen a los que hacen y difunden la
literatura infantil y juvenil en la argentina. Se entregaron ayer, como
siempre, en el marco de la Feria del Libro Infantil y Juvenil,
reconociendo “a quienes desarrollan su vocación de manera persistente y a
veces silenciosa, en diferentes ámbitos”, según se explicaba en su
presentación. La ceremonia fue en la Sala Federal del Centro Cultural
Kirchner (Sarmiento 151), una de las sedes de la feria, junto a
Tecnópolis y el Centro Cultural Dardo Rocha. El premio mayor –el
Pregonero de Honor– esta vez le correspondió a gente que hace y difunde
las mejores letras para la infancia, pero en este caso desde la música:
Los Musiqueros.
Con más de treinta años de trayectoria, este grupo integrado por
Teresa Usandivaras, Julio Calvo y Pablo Spiller marcó todo un modo de
dirigirse a los niños, no solo en lo musical. Además de muchos discos,
este año editaron su libro Los Musiqueros. Música y palabras, donde
repasan el camino transitado no solo a modo celebratorio, también con la
intención de “pasar” su experiencia los que vienen. “Siento que el
Pregonero es una distinción especialmente emotiva para quienes
trabajamos para la infancia, porque es un premio otorgado por gente que
ha dedicado su vida a trabajar para y con los niños, desde distintas
ramas. Que esa gente nos elija para darnos este premio, que en cierto
modo es a la trayectoria, desde ese lugar de quienes miran a los niños,
piensan en ellos, los escuchan y los sienten cerca, es sumamente
especial”, analiza en diálogo con PáginaI12 Calvo, quien años atrás ya
había recibido un Pregonero por su programa de radio Taracatá.
Entre esa gente atenta a los niños a la que se refiere el músico está
el jurado de los premios de este año: la especialista Cecilia Bajour,
la escritora Iris Rivera, el ilustrador y escritor Istvansch, y Betina
Cositorto, editora y presidenta del comité organizador de la Feria del
Libro Infantil y Juvenil. Mostrando su vocación federal, ese jurado
destacó este año a varias personas e instituciones que trabajan con la
LIJ en diferentes provincias argentinas. Como Florencia Ortiz, premiada
con el Pregonero a Especialista por su trabajo en Córdoba, que asegura a
este diario que el premio representa en realidad a muchas personas.
“No podría desarrollar mi tarea de promoción de la lectura y la
literatura en tan diversos ámbitos, sin el inmenso involucramiento de
tantas personas con las que comparto mi vida cotidiana desde hace muchos
años. Es un camino en el que fui recogiendo las miguitas de todo un
grupo de artistas, escritores y gestores culturales que en mi provincia
comenzó con mucha fuerza colectiva en los años ‘70. Un movimiento que
fue víctima de la última dictadura militar, que entre cenizas floreció
en el regreso a la democracia y fue creciendo hasta el presente”,
describe Ortiz, mencionando entre los compañeros de camino a
instituciones como el Cedilij y escritoras como Eugenia Almeida y María
Teresa Andruetto. “En medio de tanta oscuridad que estamos viviendo en
estos días, este premio me da fuerzas para mantener viva la llama de
quienes creyeron y lucharon por un mundo y un país mejor”, asegura la
especialista, reconocida entre otras cosas por su labor en el programa
Dame letra, que se emitió hasta abril por Radio Universidad de Córdoba,
levantado entonces sin previo aviso ni explicación alguna.
También de Córdoba, fue destacado con el Pregonero a Teatro, Música y
Títeres el festival Señores Niños, ¡Al Teatro!. El Instituto Juan
Bautista Alberdi de Isidro Casanova, provincia de Buenos Aires; la
revista Primeros Trazos, del Ministerio de Educación de La Rioja; el
ciclo radial ¿Me leés?, de la Universidad de La Punta, San Luis, también
fueron reconocidos con este premio que entrega la Fundación El Libro
desde 1990. Y hay más Pregoneros: un programa tan único y especial como
Susurro y altavoz, con el que Ruth Kaufman hace en cada emisión un
taller de poesía con adolescentes (¡los jóvenes sí leen!), por Canal
Encuentro. El blog Libro de arena, realizado por el Programa Bibliotecas
para Armar. La librería que también se inspiró en Borges para
nombrarse, El Libro de Arena. La Biblioteca Infantil y Juvenil Juanito
Laguna, un espacio del gremio docente UTE. El proyecto de Picnic de
Palabras, que lleva los libros, las lecturas y los lectores por las
plazas de toda la ciudad. Además, Claudia Stella recibió el Pregonero a
Narración, y el editor Oscar González fue reconocido por su compromiso
en la historia del premio. El momento de la entrega fue un espacio para
celebrar no solo estos valiosos trabajos: también que hay gente que
sigue haciendo libros y más gente que sigue leyéndolos.
Fuente: Página/12
Comentarios
Publicar un comentario