Marité Schmidt y Andrea Morales: “Queremos hacer lectores que estén comprometidos con el mundo actual”.

En esta oportunidad entrevistamos a dos editoras, una fundadora, la otra a cargo de muchas de las ediciones, de la ya emblemática editorial Quipu: Marité y Andrea. Charlamos mucho, acerca de la historia de la editorial, de sus preocupaciones y proyectos, de sus ideas federales y su búsqueda de nuevos autores. Y nos dieron un recorrido por su enorme y variadísimo catálogo, orientado a hacer lectores comprometidos, que atraviesa todos los géneros y las edades, desde los primerísimos lectores a los adultos jóvenes.




Mario Méndez: Vamos a empezar con la presentación de las editoras invitadas, Marité Schmidt y Andrea Morales. Andrea, compañera en la Carrera de Edición, ejerce la edición de manera legal, con título habilitante.


Andrea Morales. Sí, título de la Universidad de Buenos Aires, y colega de Mario en la Carrera.


MM: Y Marité, de familia de editores. 


Marité Schmidt: Sí, yo empecé de muy chiquita en el libro, trabajando en una distribuidora que era la dueña de Quipu y que despareció en el ’96. En el ’97 el nombre de Quipu quedó libre y empecé con la editorial. Como tenía contacto con los autores porque entre el ’92 y el ’97 el editor había sido Carlos Silveyra, yo trabajaba con él y sobre todo, atendía a los autores, leía y hacía otros trabajos en la distribuidora. Desde ahí estoy trabajando en el libro. Más o menos desde los diecinueve años. Siempre trabajé en el libro, desde chiquita quería hacer libros. No tenía muchos libros cuando era chica, era difícil conseguirlos, yo vivía en el campo. Y mi tía, que era la que vivía acá, me mandaba los libros. Para mi cumpleaños, día del niño, en esas oportunidades. Y siempre que me preguntaban qué iba a hacer decía que iba a hacer libros. Y todos se reían un poco. Siempre fue como un sueño. Cuando empezamos, allá por 1992, había muy pocos autores que publicaran en la Argentina. Recién se empezaba. Cuando en el ’97 agarro la editorial ya había muchísimos más autores, más editoriales, ya empezaban a crecer, ya estaba creciendo mucho en los colegios. Siempre quise que fuera una editorial muy federal,  ayudar a los autores del interior, y a los nóveles, autores e ilustradores, a los que les costaba llegar. Eso siempre está muy presente. De hecho, en el catálogo hay muchos autores que son del interior. Tenemos también ilustradores del interior, los  buscamos especialmente, desde siempre. Y bueno, fue creciendo. El catálogo tiene más de trescientos veinte títulos, y abarca mucha temática también. 


MM: Ahora les voy a preguntar, sobre algunas colecciones. Llaman la atención algunas coincidencias que se  van repitiendo, a lo largo de las entrevistas. Una vez lo invité a Antonio Santa Ana, gran editor y escritor, y él decía algo parecido a lo que decís vos. Que cuando era chiquito decía que quería “ser libros”. Ya tenían desde muy chiquitos la idea de dedicarse al mundo del libro. 


MS: Sí, yo tenía esa idea. No sé si era porque a mí me gustaba mucho leer, y me costaba mucho conseguir libros. De hecho, yo fui a una escuela rural toda la primaria, y teníamos biblioteca, pero había pocos libros. Y algunos no tenían nada que ver, eran como para más grandes. Andábamos siempre luchando con el tema de los libros. 


MM: Y la otra coincidencia cercana, Marité, es que la semana pasada, que entrevistamos a Karina Fraccarolli, de Córdoba, nos decía que ella vivía en el campo, como vos, y que la conexión con los libros venía de ahí; que no había mucho más entretenimiento que los libros. 


MS: Leer, claro. Eran los libros, la radio, la tele también, pero no era muy fácil. No todos tenían tele. Entonces sí había mucho tiempo para leer. 


MM: Andrea, contanos vos. Me imagino que sos más urbana que Marité. ¿De dónde viene tu gusto por los libros y por la literatura infantil y juvenil? 


AM: Yo soy bien de ciudad. Pero siempre se leía en familia, se incentivaba la lectura de los libros. Estaba con mi mamá, y todas las tardes, después del colegio y antes de la siesta, nos poníamos a leer un capítulo de Viaje al centro de la Tierra, el primer libro que leímos juntas. Después era la rara del curso que leía los libros, y que cada vez que venía un listado de los docentes del secundario me sabía la mitad del listado. Eso me llevó a la carrera de Letras. Yo vengo de ahí. ¿De qué vive el licenciado en Letras? De dar clase, de criticar literatura o de hacer libros. Son tres caminos posibles, y justamente, hacer libros era una de las posibilidades. Letras se hace en Puan, donde también está la carrera de Edición. Entonces me dije: “Si nos vamos a dedicar a hacer libros, estudiemos cómo hacer libros en lugar de leer solamente”. Hice el cambio de carrera, empecé y me quedé. Empecé con algunos trabajos de corrección en algunas editoriales, y ya hace siete años que estoy en Quipu, donde empecé de a poquito, y hoy el lugar que me da Marité está buenísimo. Uno aprende que ser editor no es solo leer un libro que te gusta, sino que es pensar en un montón de cosas, la relación con las cadenas, con los autores, con las librerías… Es como gran parte de lo que es el proyecto de lo que es la editorial. Además es federal, entonces hay que pensar cómo hacemos con las librerías, cómo hacemos con los docentes, cómo lo vendemos… Todo eso es un montón. Y amo los libros. Soy la típica que va a la Feria, abre el libro y lo huele, se emociona y se enamora de eso. 


MM: ¿Y la LIJ en particular, Andre? ¿Por qué?


AM: Un poco caí en LIJ. Salís a buscar trabajo por docentes de la carrera y es donde se te da la oportunidad. Igual creo que LIJ es el ámbito más lindo, se permite jugar mucho más. He trabajado para otras editoriales en las que se vendían libros más bien técnicos, o poesía de adultos… Tiene otro juego la LIJ. Porque tenés un rango etario mucho más amplio, desde nenes chiquititos hasta el adolescente, y es un montón lo que tenés que aprender. Además, los textos te permiten hacer otra cosa. Te da mucho margen para tratar de influir en la vida de los chicos. La lectura es formativa, y una de las cosas lindas que tiene ser editor para uno, es que se dejan cosas de lado, pero también se elige y seleccionan cosas que quedan. Y todo eso que se elige suma a la vida del lector. Capaz que a algunos los emociona y para otros no significa nada. Pero capaz que a otro lector le cambió la vida. Esa posibilidad que uno tiene de ser parte de ese proceso, aunque sea con un libro, aunque sea en una parte de su vida formativa me parece que es lindo. Además, tenemos la posibilidad de ilustrar, jugar con las infografías, cambiar las cajas, es mucho más linda; incluso para mí es más interesante la parte de juvenil. Eso como editora, es como para un chico ir a la juguetería. 


MM: Qué lindo. Esto de la mediación. Acá somos varios docentes, también. Cuando uno le presenta un libro a un chico no sabe cómo le va a llegar. Capaz que realmente le cambió la vida, y ni te enterás. Es una maravilla el vehículo que puede significar el libro. Hacerlo, o mediar, o presentarlo, o compartirlo. Ahora que ya somos diez, y ya que ustedes tienen una presentación preparada de Quipu, antes de hacer otras preguntas, si quieren compartirla estaría buenísimo. 


AM: Más que nada es una presentación, un poco para contar sobre la editorial. Quipu hoy tiene la bajada, el slogan, Guardianes de historias. Por esta idea de cuidar y hacer llegar historias por todos lados. El origen de Quipu es quechua. 


MS: Los quipus eran guardianes de historias, donde realmente guardaban las historias. Eran nuditos que se iban haciendo con sogas, y donde se iban guardando la historia de lo que iba pasando en los pueblos. Todavía no se pudo descifrar todo lo que está guardado ahí, pero sí una gran parte con la ayuda de la tecnología. Cada vez se sabe más que ahí guardaban todo. Si nacía un ternero, si hubo granizo, cuántos chicos nacieron, cuántos se fueron… esos son los quipus. 





MM: Eran unos nudos en un hilo…


MS: Eran nudos, sí. No sé cómo leen eso, pero llama muchísimo la atención. Los están descifrando. Había un profesor que murió en 2018 o 2019, y un alumno de él sigue muy fuerte con esto. Tratando de descifrar todo lo que está ahí guardado. Porque tengo entendido que hay muchísimo.


AM: Lo que hacemos es buscar, editar y publicar historias para que lleguen, un poco por esa idea de “hacer lectores”. La idea es buscar historias con las que el lector se sienta identificado y que sumen. No simplemente contar por contar. Un poco lo que hablaba al comienzo, de hacer lectores que estén comprometidos con el mundo actual. Que desde alguna de las temáticas o de los géneros se aporte algo que le pueda llegar al lector. Quizás algún tema que sea difícil de hablar. Así tenemos un catálogo muy amplio, con géneros de todo tipo: poesía, teatro, novela, cuentos, leyendas, mitos, historietas, pedagógicos, ilustrados… Buscamos la mayor cantidad de géneros discursivos posibles y formatos para cada uno de los lectores. Al que le gusta el libro ilustrado, o el libro álbum, que no es el mismo, al que le gusta la historieta. (Empieza proyección de presentación). Tenemos varias colecciones “cortadas” por el tema de la edad. La primera es la Serie Amarilla, todo lo que es la parte de cuentos y novelas cortas, y lo más escolar, a partir de ocho años. Son novelas y cuentos, sobre todo de aventuras. Ahí está la saga El viajero de los tiempos, de Maryta Berenguer. También están Fabián Sevilla, Jaquelina Romero, Andrea Braverman… Autores y autoras muy conocidos en LIJ, con historias que tienen que ver con la identidad, todas con algún rasgo de humor e ilustradas con color. Después está la Serie Verde, para lectores un poquito más grandes, a partir de diez años, también son novelas y cuentos. Va aumentando la complejidad del lenguaje a medida que van creciendo los lectores. Son también, muchos, de aventuras, ciencia ficción, temas relacionados con las redes sociales, cosas que empiezan a ver los chicos a partir de los diez, doce, trece años. Antes, en esta serie estaba incluida la saga Caídos del mapa; hoy en día la hemos separado.

Ya ha llegado al libro número catorce. El que se mantiene en esta serie es el segundo libro de la saga El faro de Dédalo, de Gloria Candioti. Hay una saga nueva, Hoy fui vikingo, que tiene una mezcla; en parte es prosa y en parte historieta y hay pequeñas viñetas que van acompañando toda la ilustración. Lo que intentamos desde la editorial es no cerrar todo de la misma manera, porque los chicos, hoy, leen de distintas maneras y con distintos lenguajes. Leen la pantalla del celular, “leen” audios, y buscamos replicar ese tipo de discurso. La que sigue es la saga que les decía, Caídos del mapa, de María Inés Falconi, que se renovó después de casi veinticinco años. Acaba de salir el tomo catorce. Es difícil mantener una colección durante tantos años y la verdad es que Caídos del mapa se mantiene bien, el público se renueva, y uno no se da cuenta, pero los temas siempre son los mismos: problemas en el colegio, los enamoramientos, si en algún momento aparecía Facebook ahora aparece Instagram, las relaciones con los padres, el crecimiento…


MS: La segunda saga ya es sobre los hijos de los Caídos


AM: Exacto.


MM: Eso te iba a preguntar. Porque la verdad es que leí los primeros, cuando era maestro, hace veintipico de años, pero no seguí todos los que iban saliendo. 


MS: En general, en la escuela se lee hasta el 4to o el 5to grado y después cada lector continúa la saga por su cuenta. 


MM: ¿Aparecen los chicos convertidos en padres? 


MS: Aparecen en los libros 13 y 14 que son los de la nueva saga. Son los hijos de los Caídos


MM: ¡Qué bueno!


MS: Empiezan otras historias, lógicamente más actuales, el 14, Encerrados, tiene que ver con la pandemia, el año en que estuvimos encerrados, que tiene mucho humor, está muy bueno. 


MM: Es que es una de las características de María Inés. Un comentario, porque quizás no todos en el público saben… Lo nombraron a Carlos Silveyra. Cuando la entrevisté a María Inés, hace varios años, en La Nube, me dijo que Carlos se le acercó en el teatro de Belgrano, en el que ella era parte de la dirección de una puesta de Caídos del mapa, y él le propone que lo escriba como novela. La vio clarísima. Ya son catorce, y hubo una película, es uno de los grandes éxitos editoriales de la Argentina. Sin dudas. 


MS: Sí, un visionario Carlos. Y la película, sí, está en Netflix…  está saliendo por todos lados. 


AM: Después viene la Serie Negra, que es más que nada de género: cuentos y novelas de suspenso, misterio y terror. Tenemos otra saga, Colegio maldito, de Gabriel Korenfeld, que también es guionista, y que ya tiene cinco libros y va continuando y la saga de Misterios urbanos, de José Montero, que ya tiene cuatro. Tenemos a Olga Drennen como autora referente, y a Guille Barrantes en todo lo que tiene que ver con mitos, leyendas y cuentos de terror. De esa Serie Negra pasamos a la Serie Negrita, porque a veces faltan cuentos de suspenso, terror y misterio para nenes chiquitos. Generalmente se juegan el terror y el misterio con humor, lo cual está bueno, pero faltan esas historias más de terror puro. Entonces empezamos esta serie con autores como Fabián Sevilla, Mariela Slosse y Olga Drennen. Son relatos un poco más cortos. Por ejemplo, lo de Mariela Slosse tiene relatos dentro de un relato mayor. Que es un recurso literario bastante bueno cuando tenés que contar historias “macro” e historias “micro”. Después viene la Serie Naranja, que es para adolescentes, y Zona límite, de juveniles, que tiene que ver con nuevas tecnologías, donde se puede hablar de temas más fuertes y decirlo de manera más fuerte. Por ejemplo, Los sueños también flotan, es una novela que ficcionaliza lo que sucedió hace años en Ruanda. En un momento en el que venimos con guerras en Siria, Medio Oriente, incluso en Latinoamérica.





El ladrido de los ángeles tiene que ver con las carreras de galgos, con una realidad marginal que no se ve cuando uno está en Capital o en el Conurbano. Hablar de este mundo, que existe, y que el adolescente lo vive. No está solamente en historias románticas. Está la saga No creas de Mariela Peña; y el último de la misma autora es Fanática, de temática LGBTQ+. El tema de las identidades está cada vez más en boga, y estamos en un país que viene trabajando en ese tipo de derechos. También está María Inés Falconi como autora en esta colección. Y una de las cosas que tienen estas novelas es que jugamos mucho con la parte visual. Por ejemplo, en Hola Guille, la novela juvenil de Gloria que está en esta colección, tratamos de que cuando aparece el chat aparezca de esa manera para que el chico lo vea así, en lugar de pasarlo a diálogo. Acerca mucho más la lectura, cuando el chico está acostumbrado a leer de manera fragmentada. También está un autor que tenemos presente en esta charla, Juan Manuel Montes, que está como autor de este libro, Modo Flash, y como director de la colección Breves, que son microrrelatos. Si Juan quiere contar qué es lo invito también a que hable. Es un género que muchas veces está más para adultos, y no tanto para adolescentes y para chicos.



Y buscamos, justamente, que en la colección haya infantil y juvenil. Jugamos mucho con el hashtag. Palabras que sean claves, que llamen, que funcionen como ganchos, y que puedan abrir a determinados tipos de debates. En cada uno de estos se pensaron determinadas palabras para utilizar, y que los chicos lleguen también a este formato de relato breve, y que se puede compartir. También tenemos Teatro sin telones, una colección dirigida por María Inés Falconi, una referente de lo que es teatro infantil y juvenil. Hay varias antologías, tiene mucho de adaptación libre, de versiones libres de clásicos, que es una manera de acercar el teatro a los chicos. Están muy pensados para el trabajo en el colegio. No solo pensando en una gran puesta en escena, sino que con pequeños recursos o poquitas cosas se puede hacer una buena puesta en escena y desarrollar otro tipo de capacidades. Todo lo que tiene que ver con la comunicación no verbal, el poner el cuerpo, el manejo de la voz… no solamente la lectura. Se trabaja el tema de leer en voz alta, que es algo que cuesta, a lo que el teatro ayuda a expresarse de esa otra forma. La colección Lee como quieras, es una colección en la que agarramos dos cosas: una es la mezcla de lenguajes, algo como lo que les estaba diciendo antes; mezcla viñetas, partes de historieta, con texto en prosa. Pero también, una de las cosas que agregamos fue el uso del Open Dyslexic, que es una tipografía que no molesta al lector que no tiene ningún tipo de discapacidad o disminución, pero sí ayuda un montón a aquellos chicos que tienen algún problema de visibilidad reducida. Ayuda a integrar, a que la lectura llegue a todos lados. Que cualquiera que quiera pueda leer. Las autoras son María Inés Falconi y Jaquelina Romero. Ahora que se viene el Mundial, ahí tenemos Soy Pablo Penalti, futbolista. Es un buen libro de deportes. La que sigue es Estrofalario, que es una colección de poesía, infantil, a cargo de Marta Nos y Olga Drennen. Ahí está El mar de volverte a ver, que es un libro de María Cristina Ramos, a quien todos conocen, gran referente también, fue nominada varias veces por ALIJA al premio Andersen. Justo este libro está editado en Serie Amarilla. Cambiamos el formato, lo adaptamos pero es el mismo libro, en una colección para más chiquitos.





MM: Te hago una interrupción… estos son unos angostitos, ¿no?


AM: Sí; este es el original y este el otro (muestra los libros de María Cristina Ramos a la cámara). 


MS: Va a seguir saliendo de las dos formas, seguramente, cuando regularicemos el tema de la falta de papel. Nos pasó eso. No conseguíamos el papel en el que se hace la colección y entonces lo pasamos a otra. Tiene papel ilustración de un gramaje más alto, y bueno… ya sabemos todos lo que está pasando con el papel, y nos pasó eso. 


AM: Lo que está bueno, es que este es un formato que uno asocia a la poesía. A veces puede generar el lado bueno, del objeto poético, pero también el cambio de formato hace que no parezca tan inaccesible. Es un libro de poesía que puede ser tan cercano como una novela. Es muy interesante para incluir más lectores al género poético, que muchas veces genera una cosa de rechazo, de pensar que es un género muy "alto”, y acá se ve que no, que la poesía puede ser para chicos, puede ser divertida, no solamente para adultos e ilegible. Invitarlos a que se acerquen al género. Después están las Colecciones Lechucitas y Lechuzas, en la que está todo lo que es libro álbum, que es uno de los puntos más fuertes que tiene la editorial. Para chicos de 0 a 5 y de 5 a 10. Tiene que ver con las emociones, la autonomía, la ESI, la familia, la migración, Algunos títulos están en Open Dyslexic y otros en imprenta mayúscula. Depende de la edad, la temática, la extensión del texto. Como libro álbum tienen la integración tanto del texto como de la ilustración, a diferencia de lo que es libro ilustrado, que en realidad es un texto acompañado de mayor ilustración. En este caso, en Open Dylslexic, Un día de verano, un libro de Mariana Etcheto Mézière, que va narrando la actividad de recorrer el barrio, en el que un personaje va llevando a otro. Después hay un juego de escondidas con un mapache. Pero pasan frente a la verdulería, por debajo del puente, van a la izquierda, a la derecha… promueve el tema de la conciencia espacial, motriz. Y los libros para más chiquitos, que los sacamos el año pasado, son libros de cartón. Tienen historias más cortas, pero con temáticas muy puntuales, por ejemplo, los números, los días de la semana, las vocales, la conciencia del propio cuerpo… También están Mariana Etcheto Mézière, Jaquelina Romero y Felicitas Arrieta. Y después, Lechuzas, de 6 a 10 años, mismos temas pero va aumentando la cantidad de texto, los temas, el desarrollo. Siempre pensamos todos los libros conforme a un plan lector. Vemos mucho qué es lo que se está trabajando y las temáticas que están tratando no solamente el chico que lee o el padre al que le interesa sino también los docentes. Es parte del proyecto de darles algún tipo de material literario para que puedan trabajar. La colección de Leyendas, estamos trabajando con uno de fantasmas, acompañados de mucho paratexto. A la historia principal le vamos agregando, por ejemplo una receta de mermelada que se menciona, o cuál es el origen de las leyendas. 


MM: ¿Esta la dirigía Olga?


AM: Acá hay un libro de Olga, Cuentan que cuentan que les contaron, que es una colección de leyendas latinoamericanas. A partir del segundo y el tercero, Cuentan que hace mucho mucho tiempo y Cuentan que ocurrió una noche de brujas, son de Guille Barrantes. 


MM: ¿Cuentan que cuentan que les contaron ganó un Destacado de ALIJA? 


MS: No, ese era otro libro. Había una vez ¿y después?


AM: Pero le vamos a llevar el nuevo de fantasmas a ALIJA, a ver si nos acompaña (risas). La colección El perro y la pulga es la parte de libros ilustrados. Acá hay un libro de Maryta Berenguer que parece que hubiera estado armado, juro que no (hace referencia a la presencia de la autora), también para trabajar con colegios, con docentes. Se trabaja el tema de la rima. Cuando cantas, cuando cuentas, las sonrisas se despiertan. Es todo lo que sabemos que es Maryta, hecho libro. Más que viñetas es la parte de historietas. Tenemos las historietas de Puro Pelo, en las que hay una temática en particular por cada historieta, como la de las distintas familias, las tecnologías, los roles de género; siempre jugando con ese personaje, con guion de Fabián Sevilla. Nos vamos metiendo en el mundo de su familia, el colegio, el bullying, pero en historieta, ya no como libro álbum. Y también la saga de El caballero de La Mancha, que es una adaptación del Quijote que hizo María Inés Falconi, muy fiel, pero con un marco que lo hace más cercano y legible para los chicos. El Quijote de La Mancha, con el mayor de mis respetos, es un libro bastante pesado para la lectura en el día de hoy. Y es para adultos. Se pensó en cómo llevarles a chicos de siete, ocho, nueve años, estas historias y que les interesen. Esta contado por un personaje que a medida que va avanzando la historia del caballero, en la adaptación de los dos libros completos del Quijote, les va dando indicios; dice “Es en La Mancha” y les va mostrando en un teléfono dónde queda La Mancha. Si hay una palabra que no se entiende la explica con un diccionario. Toda la cuestión del juego paratextual e intertextual, ilustrado por Cucho Cuño. Y acá tenemos la colección El mono sabio, que son libros para el aprendizaje de los chicos. El grafismo, el tema de los números, para los primeros años de escolaridad. Tiene juegos y actividades. Y los Lecturones, de Maite Alvarado, que son para prácticas lúdicas de lectura y escritura. La última colección que tenemos en la parte pedagógica es Historiatón, que va narrando hechos históricos, como Revolución de Mayo o Independencia, ya para el segundo ciclo de primaria, que tiene líneas de tiempo y un montón de recursos. Va yendo atrás en el tiempo con personajes que tienen que descubrir esa historia. Son de Ariel Sevilla, que es profesor de Historia. Este es nuestro catálogo; siempre lo trabajamos desde la idea de pensar un plan lector, las temáticas las agrupamos por áreas, por años. Contamos con esta guía para todo el docente que la quiera. Trabajamos también con guías docentes, para actividades en aulas. Tratamos de que un libro no se termine cuando está impreso. Nos parece importante ir a colegios y vincular autores e ilustradores con los lectores. Sin ese vínculo no hay feedback, los libros no se mueven, y no avanzan. 


MS: Andy, contales un poco de Quebrantahuesos. Estaría bueno que sepan en qué andamos con ese libro. 


AM: Sí. Esta es la última novela que sacamos en el sello Zona Límite. Estos últimos años estamos trabajando con temas más fuertes. Con lo que tiene que ver con la dictadura, los derechos humanos. Este año fueron los cuarenta años de Malvinas, y sacamos un libro de Guille Barrantes, Malvinas, tras los pasos de un misterio, que quiero mucho, y estamos trabajando con los cuarenta años de democracia. Quebrantahuesos es una novela de Nerea Liebre, que es de Gualeguaychú. Es la parte ficcionalizada sobre lo que fueron los vuelos de la muerte, que fue uno de los temas que menos se investigó…


MS: Sobre todo en la provincia, por falta de testigos. Por miedo, por todo lo que pasó. Ahora en Gualeguaychú salió este tema, se abrió una causa, la tomó Derechos Humanos y al libro lo declararon de interés cultural en Entre Ríos. Y siguen trabajando en eso. Recién empieza esto allá.


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