Decálogo de lo nuevo
La tecnología transforma la realidad y transforma la forma
de relacionarnos con el entorno. Así como la tecnología de la escritura
transformó para siempre la historia de la humanidad y posibilitó la irrupción
de nuevas formas de pensar y de formalizar y transmitir el conocimiento, las nuevas formas
de desplegar escritura y lectura cambian la visión que tenemos del mundo, de
los otros y de nosotros mismos. Probablemente produzcan cambios en el
pensamiento que aún es difícil avizorar. Incluso transforma el modo de
construir la representación de la propia imagen de la literatura, como en el
caso de los autores que emplean recursos como twitter en internet para hablar
de los textos y posicionarse frente a su público. La ola de seguidores de
algunos escritores impacta por su volumen y obliga a pensar el lugar de lo
literario. ¿Es solo una moda pasajera o hay una ‘twiteratura’ que se consolidará
para siempre como forma de un nuevo pensamiento de la escritura?
James Franco interpretando a Allen Ginsberg en 'Howl' y recordándonos que si él fuera solo escritor también estaría en esta lista / JOJO WHILDEN (EVERETT COLLECTION / EVERETT COL /CORDON PRESS )
La
relación de los autores con internet no tiene por qué ser promiscua, pero en
ningún caso puede ser oportunista. Los novelistas con mayor culto en las redes
no pueden ser: a) como ese amigo que sólo llama para tomar unas cañas cuando lo
ha dejado la novia o está de Rodríguez –para el caso, cuando está a punto de
sacar su nueva novela–; b) como esas cuentas tipo Papa de Roma que sólo se
siguen a ellas mismas en los diversos idiomas –se valora la interacción con los
lectores–.
Todos
los escritores que reniegan de internet son iguales (marmóreos en sus
suspicacias luditas), pero cada integrado que emplea la red lo hace a su
manera: el chiste, le estudio del mercado editorial, la ficción en internet, la
diatriba o la relación natural con sus seguidores. Aunque el debate debería
estar algo desfasado (discutir sobre la presencia en internet es algo así como
plantear el debate: ¿flexo de luz eléctrica o quinqué en la mesa del novelista)
y aunque el novelista no es otra cosa que una persona que vive en un tiempo
determinado (que en algunos casos, según su ambición o pretensión querrá
trascender), aún se siguen despachando listas de los autores más influyentes en
el mundo de la triple w.
Algunos
ven en defensores como Paulo Coelho, que dice que el futuro de la literatura
pasa por la red, la prueba de que existen otros caminos. En España no es solo
cosa de autores jóvenes y internautamente nativos como Luna Miguel (conectada
en red con escritores de su generación de todo el mundo), ya que otros
best-sellers de más edad como Arturo Pérez Reverte también lo han empleado con
éxito (más de 850.000 seguidores) sin evitar tics que en otros perfiles causan
risión (no tiene problema en decir que cenará salmorejo y durante cada domingo
hablaba en un hipotético bar regentado por una camarera llamada Lola, que
escuchaba estoica y atentamente todos sus comentarios). En el mundo anglosajón
la cosa está aún más normalizada. He aquí algunas de las firmas con más
predicamento y sus armas para conseguirlo.
1.
Neil Gaiman
Más
de dos millones de feligreses siguen en Twitter a Neil Gaiman, que emplea la
plataforma tanto para crear tuiteratura junto a sus fans (novelas con frases de
140 caracteres o menos), como para hablar de la forma más impúdica y entrañable
con su mujer, la artista y músico Amanda Palmer. Más que para promocionar su
trabajo, el autor de Sandman emplea otras plataformas como su Tumblr para
intentar impulsar iniciativas, confesar influencias y marcarse reflexiones
cotidianas o hablar de su trabajo.
2.
Elif Batuman
Que
una escritora especialista en literatura barbuda rusa tire de chiste en su
nombre para internet (y en su avatar) ya explica mucho: firma @bananakarenina,
con un retrato del personaje tocado con un sombrerito con plátano inclinado
incluido. La autora de Los poseídos (Seix Barral) habla sobre literatura,
noticias o eventos que le interesan con la misma acidez y humor que exhibe en
sus artículos para The New Yorker. El ejemplo más reciente: "El nuevo
eslógan de Lufthansa: 'Tú sin parar' parece encapsular todo lo horrible y
nauseabundo de la conciencia humana". Lo que estábamos pensando todos.
3.
Tao Lin
Editado
en España por Alpha Decay, ha sido definido por algunos como el “Kafka de la
generación iPhone”, mientras otros desprecian sus obras, precisamente, por
tomar como material literaturizable todo el entramado de relaciones y recursos
de la red. Antes había que leer toda la bibliografía de un autor para sentir
una empatía casi íntima con él. Con Tao Lin sucede que muchos de sus lectores
ya lo conocían de perlas (o a él o a su personaje 2.0.) antes incluso de leer
sus primeras novelas, que casi inauguraron un género: Alt Lit (con toda un área
de influencia de comunidad online). Porque no sólo graba vídeos con su Mac Pro
en delirantes situaciones o explica cuándo toma Xanax o le cambia la vida un
libro, además lo incluye en sus novelas.
4.
Maris Kreizman
Esta
amante de la obra de Kurt Vonnegut tituló su exitoso blog Slaughterhouse 90210
(en referencia a la novela Matadero V, pero también a la serie Sensación de
vivir; más de 100.000 seguidores). En su Tumblr marida citas de clásicos (y no
tan clásicos) de la literatura con pantallazos de series y películas mainstream
con resultados a menudo graciosos. Tiene seguidores, sí, aunque su influencia
tiene más que ver con su perfil profesional: responsable de asesoramiento
editorial en la plataforma de financiación colectiva Kickstarter.
5.
William Gibson
Sólo
por haber escrito en 1984 Neuromante, novela fundamental en el cyberpunk,
Gibson ya podría tener una gran influencia en la red haciéndose eco de los
muchísimos comentarios diarios que esa obra genera. Pero sus 145.000 seguidores
en Twitter pueden asistir día a día a cómo se maravilla con algunos aspectos
del progreso tecnológico mientras que reflexiona y sospecha sobre otros
relacionados con la conectividad a través de internet.
6. John Green
Del
mismo modo que Ikea sabe bien cómo aprovechar a sus clientes, el autor de Bajo
la misma estrella saca buen partido de la pasión de sus fans. Si se filma una
película sobre esta novela, sabe cómo capitalizar la capacidad evangelista de
sus fans: impulsará una campaña global de promoción con cientos de miles de
seguidores trabajando como voluntarios. No en vano tiene casi tres millones de
seguidores en Twitter y lleva un exitoso Tumblr también.
7. Zadie Smith
Existe
otro perfil más bien extraño: los que pasan olímpicamente de cultivar su
presencia en la red y, sin embargo, gozan de una legión de fieles seguidores.
Unos 35.000 siguen a la autora de NW London en Facebook, si bien ella no
gestiona perfiles de redes sociales. Sus charlas con otros internautímidos como
el noruego Karl Ove Knäusgard (la gran mayoría de usuarios de redes de
Instagram o Facebook confiesan su día a día en internet, pero es que él lo ha
hecho milimétricamente en su saga Mi lucha, seis tomos donde explica de forma
hiperrealista toda su vida) son compartidas sin cesar por los internatutas.
8.
Irvine Welsh
The
Sunday Times dijo en su día que era “lo mejor que le ha pasado a las letras
británicas en décadas”, pero Welsh, lo más parecido a una rock star editorial,
prefiere hablar de curdas cerveceras y de fútbol en la red. No es extraño,
entonces, que sus libros sean los más robados en las bibliotecas públicas o
que, como confesó a Icon recientemente, sus fans le deslicen droga en los bolsillos
justo antes de tomar aviones. Sus más de 132.000 seguidores en Twitter se
sienten atraídos porque un autor tan determinante en la literatura de las
últimas décadas del siglo XX hable como un colega más. Tal y como hizo con su
tronchante seguimiento del pasado Mundial de fútbol en Brasil.
9.
Stephen King
Stephen
King es, probablemente, el tipo más honesto de las letras. Quizás en su
espontaneidad estribe su problema. Abrió su cuenta de Twitter hace unos meses,
gestionada por él (no sucede lo mismo con otros perfiles exitosos de estrellas
como Chuck Palahniuk), y ya cuenta con más de 464.000 seguidores. Sin embargo,
algunos critican que lance demasiados spoilers cuando comenta libros y películas.
Él se defiende, cómo no, desde Twitter y con sorna: “Sí, ahí va otro spoiler:
Romeo y Julieta mueren en el acto 15”. King está totalmente limpio y sobrio,
así que no queremos imaginar cómo serían sus redes sociales en la época en que
escribía a golpe de speed y en una caravana sus muchísimas novelas.
10.
Brett Easton Ellis
Pero,
claro, esto ya ha pasado. Si un escritor ha pisado grandes archipiélagos de
charcos en internet por culpa de determinadas sustancias, ése ha sido Bret
Easton Ellis, el equivalente editorial de Charlie Sheen. Polémicas con
directores de cine, colectivos gais, todo lo que se mueve por sus ráfagas de
tuits incendiarios, que tanto levantaban la ira de mucha gente como suscitan la
clemencia de sus amigos, que se posicionaban en sus perfiles pidiendo a la
gente que no alentara esas escaladas de tuits tecleados, presumiblemente, en
estados no precisamente sobrios. A pesar de ello tiene 450.000 seguidores en
Twitter, pero su presencia en la red no acaba ahí; también ofrece un programa
de radio online (con invitados célebres como Kanye West y donde no se ahorra
tampoco comentarios algo bocazas). El autor de American Psycho ha llegado a
decir que la gente sigue su cuenta porque piensa que es paródica y está claro
que, dada la cantidad de polémicas generadas, si él no fuera su propio Comunity
Manager ya lo habría despedido. O no.
Fuente:
El País
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