Habitar la oscuridad

Como homenaje a los cien años del nacimiento de Ana Frank, en La Casa del niño y el adolescente de La Boca se trabajó el texto con jóvenes, para ellos elaborar sus propios diarios. Estos luego serán reproducidos en la técnica de animación de stop motion. A continuación, la docente Natalia Forés comparte sus reflexiones sobre la experiencia.



Por Natalia Forés*

El 13 de Junio inauguramos el ciclo en homenaje a Ana Frank en la Casa del niño y el adolescente de La Boca. Su diario es un testimonio de la visión juvenil sobre temas lamentablemente aún vigentes. El 12 de junio se celebra el aniversario de su nacimiento, este año hubiese cumplido 90 años. En su honor, el Estado argentino definió en 2003 que ésta fecha sea el “Día de los Adolescentes y Jóvenes por la Inclusión Social y la Convivencia contra Toda Forma de Violencia y Discriminación”.
 
La mayoría de los jóvenes de entre 13 y 16 años que asisten a la institución, no conocía el libro ni la historia de Ana Frank. Al comenzar el taller la primera reacción de los adolescentes fue demostrar aburrimiento y generar distracciones. Pero al rato, (con ayuda de las referentes que los acompañan día a día) cuando escucharon y entendieron el contexto histórico y los fragmentos del Diario, su actitud cambió. Empezaron a hacer preguntas e interesarse, a sentirse identificados con varias de las confesiones que relata Ana y a inquietarse por la discriminación que sufrió. Los chicos y chicas asistentes a la institución ya venían trabajando el tema de superar situaciones difíciles que a veces les toca vivir, relacionadas con las vivencias típicas del pasaje a la adultez y sus trastornos, a veces agravado por cuestiones como la discriminación, la violencia o la exclusión social. El objetivo de este trabajo consiste en aprender a habitar y relacionarse con esas situaciones, esos dolores, esa oscuridad que puedan estar atravesando.

En este sentido, como docente, siempre intento transmitir a quienes me escuchan la poderosa herramienta que es el arte como forma de expresión y liberación. Desde la literatura y la escritura (como en el caso de Ana Frank y su Diario) hasta las artes plásticas y audiovisuales. Como espectadores es posible identificarse y generar conexiones con otros. Producir obras artísticas es una herramienta inigualable para explorar, expresar y compartir pensamientos y sentimientos cuando las palabras no alcanzan.

Hoy los jóvenes cuentan con recursos como la internet, las redes sociales y los celulares para expresarse y enfrentar situaciones difíciles. En este taller nos inspiramos en Ana Frank para contar la historia propia de este grupo. Cada uno inauguró su propio diario personal (en libretas artesanales hechas por ellos mismos), dónde volcarán información sobre su personalidad y sus ideas.
 
Luego lo plasmaremos visualmente en un pequeño corto con la técnica de stop motion, con recortes de papel.  De esta manera vemos cómo escribir la letra de un reggaetón o un guión para una película, sirven como instrumentos para transformar un recuerdo doloroso en un medio constructivo para vivir, habitar y superar la adversidad.

*Ilustradora y diseñadora. Docente de promoción de la lectura y talleres de stop motion.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El crimen casi perfecto, de Roberto Arlt, Ilustrado por Decur

“Esa mujer”, de Rodolfo Walsh, por Ricardo Piglia

"El libro", un cuento breve de Sylvia Iparraguirre