La hermana menor

Se cumplen 200 años del nacimiento de Anne Brontë, la más joven de la familia, y protagonista junto con sus hermanas y hermano de una vida signada por la literatura y la tragedia. Autora de Agnes Grey y La inquilina de Wildfell Hall, novelas que recogen experiencias y personajes de su propia historia con un enfoque valiente para su época. 

La autora argentina Laura Ramos relata así en su libro Infernales, la hermandad Brontë, los sucesos de su temprana muerte, ocurrida en 1849, durante un viaje a la localidad costera de Scarborough, junto a su hermana Charlotte y la amiga de la familia Ellen Nussey, en un intento por recuperar su salud:

“La visión del mar y la arena hicieron revivir a Anne con tal alegría y entusiasmo, escribió luego Ellen, que ella y Charlotte confiaron en que el aire marítimo le devolvería la salud. El legado de la madrina, dijo Charlotte, no podría haber sido mejor empleado que en ese intento de prolongar o restablecer la vida de su hermana. El sábado Anne insistió en ir sola a los baños, y hasta condujo un carro tirado por un burro sobre la arena, e instó al muchacho que lo cuidaba a tratarlo con bondad. El domingo por la tarde, sentada en un banco sobre la playa, quiso quedarse sola mirando el puente en el medio d la bahía, una visión de acantilados sobre el mar que la trasportaba. Tomaron café y limonadas, compraron naranjas, pero Anne estaba exhausta. Más tarde, en la habitación, observó el crepúsculo sentada en una silla situada frente al océano, donde “el castillo del acantilado se alzaba con toda su gloria dorado por los rayos del sol poniente”, escribió Ellen, tratando de ponerse a la altura de la lírica de sus amigas. 
Esa noche Anne presintió la llegada de la muerte, aunque para Charlotte y Ellen ya era una certeza, y con ese aire de virgen o mártir que de algún modo la acompañó desde niña, como subrayó Ellen, parecía feliz. Sólo la preocupaba el trastorno que podría traer a Charlotte el traslado de su ataúd a Haworth: insistió en volver al hogar cuanto antes, pero el médico al que interrogaron sobre la oportunidad del viaje de regreso dictaminó que le quedaban pocas horas y el viaje fue desechado. Con serenidad, entonces miró a su hermana y le dijo: Ten valor, Charlotte, ten valor.


Infernales - La hermandad Brontë
Laura Ramos
Taurus, 2018.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El crimen casi perfecto, de Roberto Arlt, Ilustrado por Decur

La lectura del tiempo

"El libro", un cuento breve de Sylvia Iparraguirre