Para las fiestas del año pasado, alquilamos un departamento en Mar de Ajó
Diciembre sigue su curso caluroso y con destellos de pólvora en el aire. Hebe Uhart en el cuento "Chapita" narra unas fiestas en Mar de Ajó, con la sutileza y la curiosidad por descubrir los detalles que se esconden en las situaciones más corrientes que signan su escritura.
Para las fiestas del año pasado –no sé cómo no le anoticié- alquilamos un departamento en Mar de Ajó. Alquilamos, dijo el moquito… alquiló Carlos, el mayor. Él venía diciendo que quería ver a los hermanos todos juntos. ¡Y alquilamos un departamento! Los colchones eran todo pluma, pero como éramos unos diez, pusimos otros colchones en el suelo; unos llevábamos y otros compramos en la propia ciudad, que siempre son de aprovechar. Fuimos Carlos con la Dora y el nene –ella siempre mechuda, nunca supe si no se pasa el peine o no le entra-, la Gladys con su peor es nada –a ése, como no contribuye, lo usaron para los mandados- y el nene, Graciela –que todavía no había volado del nido-, Fabián y yo. Los colchones, pura pluma, y había una alfombra toda a rayas. Yo dormí con los dos solteros, y los chicos y los casados, en la otra pieza. ¡Qué no se ingenia mi hijo mayor para todas esas cosas! En esa pieza, separó todo con frazadas, total hacía calor, y con una rinconera que había, todo atado a un palo y cosido, y así, cada oveja en su corral."
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