Ciento veinte años del nacimiento del poeta y periodista de Dante A. Linyera

Hoy se cumplen ciento veinte años del nacimiento del poeta y periodista Francisco Rímolo, conocido por el seudónimo de Dante A. Linyera. Trabajó en La Argentina, un diario que competía con La Nación y la Prensa. En  el cancionero El alma que canta se publicaron sus poemas lunfardos. Él y Carlos de la Púa son los representantes más importantes del género. Entre quienes se refirieron a su obra, podemos mencionar a Nicolás Olivari, y  Álvaro Yunque, quien destacó la presencia  de los más humildes en su lírica, como buen anarquista. Lo recordamos con tres de sus poemas.




Boedo

Sos barrio del gotán y la pebeta,
el corazón del arrabal porteño,
cuna del malandrín y del poeta,
rincón cordial,
la capital
del arrabal.

Yo me hice allí de corazón malevo
porque enterré mi juventud inquieta
junto al umbral en el que la pebeta
ya no me espera
pa' chamuyar.

Boedo, vos sos como yo:
malevo como es el gotán,
abierto como un corazón
que ya se cansó de penar.
Lo mismo que vos soy así:
por fuera cordial y cantor,
a todos les bato que sí
y a mi corazón le bato que no.

Sos como yo de milongón... Un cacho
del arrabal, en su emoción del lengue,
ande el gotán, provocador y macho
hoy es el Dios
Nuestro Señor
del Berretín.

¿Qué quiere hacer esa fifí Florida?
¡Si vos ponés tu corazón canyengue,
como una flor en el ojal prendida,
en los balcones
de cada bulín!


Loca Bohemia

Tú eres pequeña y yo
Un soñador bohemio, triste y cantor...
¿qué importa que falte el pan
Si la ilusión, con su loco afán,
Nos da la emoción
Del ideal?
Decías, riéndote:
Cantar... reír
Besarse, amarse, fundirse
En un solo ser...
Eso es vivir.

Después, cambió mimí
Se fue tras un burgués
Y enmudeció el cantor...
¿a qué cantar? ¿ya quién?
Y entristeció el cuartucho que ayer
En nuestra loca bohemia se abrió
Como el hogar de todos
Los sin hogar...
Ya no se oirá cantar...
Vaga la angustia en nuestra vida
Porque mi corazón
Sólo sabe sollozar.

¡loca bohemia!... ya
Mi corazón no gime... se fue el dolor...
¡qué importa si ella no está,
Si otra ilusión, con su loco afán,
Nos dará la flor
De una emoción!...
¡venga el olvido!... que
Soñar... reír...
Engañarse... traicionarse...
Volver a empezar...
¡eso es vivir!


Pajarito

Pajarito arrabalero,
sos vocero
del ciudadano entrevero;
corazón
que derramas en la esquina
parlanchina,
con voz limpia y cristalina,
tu canción.
Radio humano que palpita
y que grita
su propia angustia inaudita
de emoción
al vocear cada mañana
la hoja vana;
de la pajarera urbana
sos gorrión.

Pajarito,
que al rudo compás del grito
Prensa, Mundo y La Nación
vas cortando las aceras
y flameando las banderas
de tu propia perdición.
Pajarito,
no olvides que con el grito
Prensa, Mundo y La Nación,
por las urbanas arterias,
vas cantando tus miserias
de gorrión.

Canillita chocarrero,
refranero
poeta del callejero
corazón;
mientras tu mamita vela,
canta y vuela,
sólo la asiste y consuela
tu canción.
Mientras ganas tus centavos,
canta, bravo,
la canción de los esclavos,
la canción
que en las urbanas arterias
callejeras
vengará un día tus miserias
de gorrión.


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