Barbi Couto: “Desde la pandemia, empezamos a colgar todos los libros para que estuvieran disponibles”

En esta segunda parte de la entrevista a Barbi Couto, editora de Ediciones de la Terraza, seguimos explorando los ejes que organizan la editorial, entre ellos, la decisión del acceso libre a los libros digitales. Nos explicó, muy didácticamente, qué son y cómo funcionan las licencias Creative Commons, cómo cada autor o autora puede optar por una licencia de accesibilidad absoluta o con más restricciones, y cómo, a partir de los libros “colgados” en la red, llegan a ferias, a escuelas, a más lectores. Una charla interesantísima que ojalá despierte alguna polémica, para seguir aprendiendo.


Mario Méndez: Bien. Vamos a hablar del tercer eje. Quizá el más polémico, sobre todo para los que somos medio tradicionalistas en esto de la cuestión editorial, que es el acceso libre a los libros digitales. Los libros que ustedes imprimen en papel, además de venderlos en las librerías, de hacer esas campañas y esas ferias los suben a la web, y están ahí, de libre acceso. Eso, seguramente merece una larga e interesante explicación. 

Barbi Couto: Eso tiene dos antecedentes. La revista Orsai, de la que nosotros éramos muy lectores desde que salió. Yo incluso fui distribuidora de los primeros ejemplares. Y por más que yo leía todo lo que publicaban en las redes y después publicaban en su revista, eso no quitaba el interés que tenía en seguir siendo suscriptora de la revista, y parte de la comunidad que la hacía posible. Ahí había una certeza de que se podía. De ver que alguien estaba, efectivamente, haciendo eso: colgaba un PDF para que cualquiera lo viera y más ganas me daban de poder financiar la siguiente para que pudiera salir. Cuando empezó, yo era la que la leía; después lo contagié a mi compañero, pero al principio era yo la que leía la revista. Iba leyendo los avances y pensaba en si era muy loco comprar una revista, o comprar diez y distribuirlas en el barrio. Ahí había una cosa, después les pasaba el PDF a los otros. Eso estuvo como latente. Y después, el que nos dio la pista fue Germán Machado. Cuando nos pasa Tijeras, había visto mi blog, le había gustado y me planteó un desafío: a ver si me animaba a hacer una versión más acabada de este poemario de él. Él no tenía mayores intereses pero quería que el libro pudiera estar disponible online con licencia Creative Commons. Entonces fue empezar la investigación para ver de qué se trataba. Empezamos a leer sobre eso, las licencias surgieron en el año 2000, y que es como una extensión de lo que se entiende como software libre, que promueve que el código esté abierto y disponible, para que cualquier programador pueda entender cómo está construido cierto software de un programa, y por lo tanto pueda mejorarlo, ampliarlo, usarlo para otras aplicaciones, adaptarlo a su propia funcionalidad, etcétera. Con las licencias creative commons, su fundador proponía hacer una adaptación, pero para el mundo de la cultura: Una licencia que permitiera que las y los autores pudieran ceder algunas libertades. No es exactamente igual que el software libre -en el que se habilita cualquier tipo de uso, incluso los comerciales-. Con las licencias creative commons, en cambio hay un abanico de licencias que van desde el estricto sentido de cultura libre (la licencia by o y la by-sa), hasta las más restrictivas (como la by-nc-nd) que lo único que permite es la copia, no permite hacer obras derivadas, ni hacer uso comercial. Se forma entonces como un arco de posibilidades desde las cuales el autor puede elegir publicar con una licencia que les dé a los lectores algunas libertades más que las que permite el sistema de propiedad intelectual actual. 

Al usar las licencias hay que tener en cuenta tres cosas. Una tiene que ver con si el autor habilita, o no, que se haga una obra derivada de su obra. Esto es, una segunda obra, en la que el nuevo autor ponga parte de su creatividad y construya algo nuevo, pero tomando como una referencia muy importante de su obra, la obra anterior. Así como una canción es una obra derivada de un poema, o un corto animado podría ser una obra derivada de un libro álbum. Se toma la misma historia y hay cosas que se modifican y cosas que se conservan. Eso sería una obra derivada. El autor autoriza que se haga una obra derivada de su obra, sin que le tengan que pedir permiso. Si el libro tiene una licencia CC puede hacerlo o no dependiendo de la licencia. El otro eje es que el autor puede, o no, habilitar que se hagan usos comerciales de esas copias. “Si vos querés descargar, imprimir y vender el PDF podés, tenés mi permiso, o no”. Es el autor quien puede decidir si quiere o no quiere. Y la tercera cuestión, que sí es para todas las licencias, es la de la atribución. Está habilitada la copia, pero quien copia siempre tiene que decir quién es el autor, de la manera en la que el autor decida que tiene que ser nombrado. La atribución no es opcional; en todas las licencias es una obligatoriedad. Estas combinaciones generan la posibilidad de seis licencias distintas. La más libre de todas, permite que una persona pueda, si el libro tiene esa licencia, hacerle copias, hacer obras derivadas, venderlas, sin tener que pedirle un permiso extra al autor. Lo único que tiene que hacer es mencionarlo. Hay, además, manuales de buenas prácticas, sobre cuál sería la mejor manera de mencionar, pero no entraré en ese tema porque es profundizar mucho. Se supone que uno tiene que mencionarlo de la forma más correcta posible, tal como al autor quiere. Y en el otro extremo, la licencia menos libre de todas, es la que no permite que se hagan obras derivadas, ni que se hagan usos comerciales. Sólo se permite la copia. Por ejemplo, que alguien le pueda sacar fotocopia, una docente para darles el libro a sus estudiantes, que pueda escanearlo para subirlo a un sitio y ver todas las páginas. Ese es el arco. Solo dos de esas licencias serían el equivalente del software libre. Las que se llaman Cultura Libre, y son las que permiten hacer obra derivada y uso comercial. Una de las dos, obliga a que se use la misma licencia lo que invita a retroalimentar el sistema. “Sí, habilito, hacés la derivada, pero tenés que compartirla con esta misma licencia para que siga dando vueltas en este mismo circuito, retroalimentando el mundo de la Cultura Libre”. La filosofía que está por detrás de ese movimiento tiene que ver con los comunes, con la construcción de esos bienes comunes. Por mucho que uno haya hecho una obra absolutamente original, para ello ha tomado la inspiración de las innumerables lecturas que ha tenido previamente. Se ha inspirado muchísimo en lo que se ha creado antes, y con la obra que uno hace, de alguna manera abona a ese mundo cultural que sigue después de uno. Ahí hay como una ida y vuelta. Sigo buscando en este mismo terreno, para seguir abonando esta cultura y otros sigan tomando y dando lo propio. Como contribución a un tejido cultural que hacemos entre todos, y en el que la cultura está cumpliendo un lugar importante. Eso desde un lugar más filosófico. 

Con el paso de los años, a nosotros nos parecía que esto dialogaba muy bien con el acceso a la información, el derecho a la información, a la voz propia, con el que crecimos y nos formamos como comunicadores sociales. Era como la forma “legal” de darle cuerpo. Nos hacía ruido, con la mirada que tenemos sobre nuestros libros, poner una leyenda que dijera que todos los derechos están reservados y no se permite ningún tipo de copia. Cuando descubrimos las licencias, vimos esa leyenda en la página de legales, que estaban diciendo que habilitaba a algo más, y decidimos que era el lugar desde el cual nosotros queríamos pararnos para hacer libros. En ese marco, después hemos hecho muchos estudios. Estudio de la cuestión legal, estudio de qué es lo que está por detrás, de la legislación, de cómo creció, de cuándo se creó la ley de propiedad intelectual y cómo no se ha actualizado, en épocas en las que copiar es muy simple y muy fácil. Casi todas las redes que utilizamos están diseñadas para copiar y compartir. Y sin embargo eso está absolutamente prohibido. La legislación no va acompañando a lo que efectivamente sucede. Nos parecía que era más fácil acompañar esto. Al principio invitábamos a que nos pidieran la copia digital de los libros. Desde la pandemia, empezamos a colgar todos los libros para que estuvieran disponibles de manera prolija y completa. Fuimos como avanzando en el camino. Desde el principio teníamos mucha tranquilidad sobre que ese era el camino que queríamos y que esperábamos que los autores y las autoras nos acompañaran en ese desafío. Por suerte hemos tenido una complicidad y un acompañamiento hermosos. Esta es además la primera conversación que tenemos con los autores cuando vamos a trabajar, porque en la firma del contrato tienen que acordar que su libro va a salir con una licencia creative commons. Cuando nos piden que les recomendemos una les decimos que vamos a explicarles cómo funcionan, cuáles son, cuáles son las implicancias de cada una de ellas, qué es lo que puede la gente hacer o no. Uno está comprometiendo los derechos de autor por toda su vida y los setenta años posteriores, por lo cual para nosotros es muy importante que sea el autor el que elija cuál es, de esas, la licencia que lo representa, de la que se va a sentir seguro de acompañar. A nosotros nos hace falta que haya una licencia, cualquiera, para poder hacer lo que nosotros queremos hacer: que los libros estén colgados en un catálogo, que estén disponibles, y que la gente que quiera acceder a los libros para descargarlos y compartirlos pueda hacerlo. Para eso, nos alcanza con cualquiera de las licencias. Lo demás, ya tiene que ver con la actitud de cada autor. Tenemos algunos que son activistas de la Cultura Libre, y que dicen que quieren usar tal o cual tipo de licencia porque es la que los representa. Hay otros autores que no saben de qué se trata, y hacen el taller con nosotros para conocer y decidir. Uno no sabe cómo va a salir el autor de este taller, yo me pongo un poco en abogada del diablo, explico qué es todo lo que se va a poder hacer, y que el autor tiene que estar de acuerdo con todas las implicancias. Básicamente, están liberando derechos que habitualmente están restringidos. Entonces es importante que sepan qué es lo que van a habilitar, que estén de acuerdo y que lo quieran defender. En todos estos años de experiencia, siempre digo que la posibilidad de que los libros estén disponibles de manera gratuita y digital, al margen de lo que nos permite en términos políticos, es que los libros lleguen adonde nosotros no podemos llegar. Tenemos una tirada de mil ejemplares que se venden en librerías, y que quizá en dos, tres o cuatro años lleguen a mil personas y a sus círculos de alrededor. Es muy poca gente. Colgamos los digitales para que lleguen a la mayor cantidad de lugares posible. De Córdoba, de la Argentina y del mundo, si se puede. Queremos que se puedan leer. Después, de allá, quizá nos llamen para que vayamos con libros impresos, eso nos pasa toso el tiempo. Librerías que nos dicen que miraron los libros del catálogo y quieren tales o cuales títulos. Bibliotecas que van a la compra de la CONABIP, y como ya los leyeron saben cuáles pedir. O gente que nos cruzamos cuando vamos de feria, me ha pasado de ir al MICA y en la ronda de negocios cruzarme con ilustradores que me decían que nos conocían por un título, y preguntar si tendríamos alguno para venderle porque lo quieren en papel. Eso nos pasó varias veces. Es como decir que los libros van antes que nosotros, como abriendo puertas. Y nos permiten llegar a lugares a los que no hubiéramos llegado sin esa ayuda. Como si estuvieran en una vidriera. Si todos los libros estuvieran en todas las vidrieras de todas las librerías del país, se venderían más. Nosotros los tenemos colgados, a un click de distancia, y si bien no tenemos estadísticas de ventas porque no tenemos estructura para eso, entendemos que muchas de las ventas que hemos hecho tienen que ver con este circuito de libros que han llegado de otra manera. Así nos llaman de ferias. Para que vayamos a feriar y llevemos el catálogo porque como los ven en la foto, y son raros, no son iguales a los PDF, los quieren tener el papel. No ha hecho más que abrirnos puertas el hecho de que los libros circulen de manera digital. Y esto, al margen de historias muy emotivas. Quizá la más emotiva de todas fue en México, donde Adolfo Córdoba incluyó Apapachaditos… un arrullo de juegos del grupo Abriendo Rondas en una ponencia sobre poesía latinoamericana de los últimos años y nos mencionó. Para nosotros fue mucha emoción, él nunca había visto un libro impreso, le había llegado el digital.

Cuando fue el terremoto tan terrible en México nos escribió para preguntarnos si lo autorizábamos a hacerlo circular en los refugios, en los espacios de contención en los que estaban las familias con los niños. Para que pudiera haber algún momento de alegría, de música. Le dijimos que sí, que por supuesto, y en un par de días tuvimos como mil descargas. Fue una cosa épica para nosotros. Me acuerdo de que, en esos mismos días, recibimos mensajes de gente pidiendo el libro para comprarlo. Nosotros no tenemos ninguna posibilidad de mandar un libro a México, los costos de envío son tremendos, no distribuimos internacionalmente, nada de eso. Pero ¿quién nos quita la emoción de lo que se vivió en ese momento? Ese caso fue muy fuerte, muy emotivo. A otra escala tenemos todo el tiempo casos emotivos de gente a la que le permitió dar una clase, hacer sorpresitas para cumpleaños…  Nos llegaron fotos de un librito nuestro sobre el abecedario de pajaritos, que nos mandó una mamá, porque lo imprimieron y lo dieron de sorpresita, lo ataron de manera artesanal, como con un lapicito. No era lo esperado, que un librito esté como sorpresita de un cumpleaños de pibes de cuatro o cinco años, son cosas que también son parte de la promoción de la lectura que queremos hacer. Que llegue a lectores de distintos lugares. A nosotros nos llena de alegría. 

MM: Bien. Qué profunda la respuesta. Qué clase nos has dado de estas licencias diferentes, del arco en el que están. Entiendo entonces que dentro de la editorial tienen los dos extremos: autores que han elegido la licencia mínima y otros que eligieron la licencia absoluta. De libertad total. 

BC: Sí, tenemos todos los casos. 

MM: Entiendo que, para ustedes, dejarlos liberados así no les produce ningún perjuicio económico, sino que les da cierta posibilidad de una ganancia pequeña futura. El libro entra en digital, y detrás, alguno impreso se vende. 

BC: Fue un paso a paso que se fue acrecentando. Al principio nosotros sabíamos que queríamos trabajar de esta forma. Políticamente era lo que queríamos hacer, y no queríamos que, por ejemplo, ver un libro fotocopiado nos moleste. Pero no subíamos los PDF. Después, los teníamos subidos en ISSUU, que es una plataforma que permite hojearlos pero no descargarlos. En ese momento podías decidir si querías que se descargaran o no. Ahora ya no se puede. Entonces, se podían leer, y si nos lo pedían se los dábamos. Y nos lo pedían. Después decidimos que queríamos que se pudieran descargar. Y que eso fuera fácil. En realidad, si el proceso de descarga es difícil, te enredás y perdés la lectura. Entonces, los empezamos a colgar directamente en nuestra web. Pero no hacia atrás. Los libros de la nueva camada empezaban a estar todos disponibles. Como toda editorial chica, no podíamos hacer todo al mismo tiempo. No podíamos actualizar todo el catálogo junto, entonces los nuevos tenían una nueva leyenda que iba cambiando de a poco hasta tener todo el catálogo disponible. Llegó el 2020, y quisimos hacérsela fácil a los docentes, entonces organizamos un catálogo en el que estaban las tapas con todos los enlaces actualizados para que pudieran descargar todo. Y todos los que no estaban colgados, los colgamos, incluso algunos que son como muy difíciles. Como éste, que ni siquiera está para hojear, porque es una hija plegada, que es un poema que se lee siguiendo las ramas de los árboles. No tenemos una versión para hojear hecha, tendríamos que filmarla o escanearla. Entonces, lo que hicimos fue poner la hoja. Y quien quiera trabajar el libro se lo va a tener que imprimir o lo va a tener que cortar de la manera necesaria para que funcione. Ese fue el punto en el que hicimos el ejercicio de acomodar absolutamente todo. Y este año, si todo va bien, vamos a empezar a comercializar los libros digitales también. Sin que dejen de estar disponibles para descarga desde nuestra página web, para que quien busca, no en Google sino en bibliotecas que funcionan por suscripción o tiendas, nos encuentre. Ese es el próximo paso. Ya estamos pensando en la leyenda, que va a decir que esos libros pueden conseguirse gratuitamente en nuestro catálogo, y quienes quieren colaborar, pueden hacerlo. 

MM: Una apuesta diferente, sin dudas. Ustedes no se definen como una editorial específica de literatura infantil y juvenil, sino para todo público ¿Qué pasa con los libros que están pensados mayormente para ser tomados en las escuelas, y que muchas editoriales y autores vivimos o intentamos vivir de eso, si los PDF que circulan de manera “ilegal” circularan de manera gratuita? ¿Creés que eso no quitaría ventas, o sí las quitaría? ¿Qué opinás? ¿Qué pasaría? Incluso, el único que se me viene a la cabeza rápidamente de Ediciones de la Terraza, que es Wilson, de Vero. Yo también participé de esa campaña. Ese es un libro que podría ser adoptado y con el sistema más tradicional de la LIJ, prescripto por una maestra, adoptado por un grado entero. ¿Qué pasa si lo dejamos libre? ¿No influye en tu mirada en los derechos de autor y en los derechos editoriales?

BC: Hago dos salvedades: no formo parte ni he trabajado nunca del negocio de la publicación de textos escolares. Entonces no tengo muchos parámetros para saber el caudal de ventas que habitualmente tiene o cómo se mueve. Éste es un escenario que no conozco desde adentro. Yo hablo desde este lugar. Desde otro lugar, uno de los libros que es bastante  nuevo, entonces no hemos podido medir demasiado en las ventas, pero se viene vendiendo muy bien, uno de los que salió junto con Wilson, Marula, la historia de una oveja que tiene la idea de salir a recorrer el mundo, que tiene una mirada desde la filosofía, ese libro se vende siempre de a tandas, de a treinta o de a veinte, porque siempre es para escuelas, y tuvo previamente una edición de autor, que se hizo con una campaña de financiamiento colectivo también, antes, que  se agotó. Y se agotó en escuelas. Cuando nosotros le proponemos publicar el libro, el autor estaba muy entusiasmado, porque a pesar de circular digitalmente, lo pedían y no había copias. Entonces unos días antes hicieron una nueva edición impresa para dar respuesta a los pedidos. Ese casi tiene más historia que el de Wilson, porque ya había una edición de mil ejemplares que se agotó, a la que dimos respuesta nosotros y se sigue vendiendo de a tandas a pesar de que circulaba de manera virtual incluso desde antes del nuestro. Una puerta que tenemos pensada para abrir este año es la de empezar a hacer promoción en escuelas, cosa que no hemos hecho, más allá de algunas ferias a las que nos invitan y en las que cuando nos dejan proponemos qué clase de feria haríamos. A veces vamos a ferias que sabemos que mucho no funcionan, porque somos como el decorado de un momento escolar. En esas ferias los chicos van y miran, y nosotros hacemos los mayores esfuerzos pero no llevan plata para comprar. Un tipo de feria que acompañamos pero que para nosotros no están bien resueltas del todo.  Cuando nos sueltan un poco la rienda tratamos de tirar ideas para trabajar historias, libros y que el momento en el que se encuentren con los editores sea más de ronda, de conversación, y no tanto de stand para pasar en los recreos a levantar un libro y nada más. Pero el ejercicio de hacer promoción en escuelas como para conocer de primera mano lo que estás preguntando, es algo que estamos pensando hacer cuando tengamos un par de cuerpos más, porque los nuestros ya no dan para tanto. En la experiencia nuestra, los libros que más funcionan son los libros en los que el autor más se mueve, al margen de lo que haga la editorial. Si bien nosotros como editores tratamos de darle una atención focalizada a cada libro, es mucho más potente lo que podemos hacer dándole atención a todo el catálogo, porque va creciendo, y nosotros no podemos seguir dándole el mismo tiempo de atención que le dábamos a un libro cuando fue novedad, y cuando sale otro, al otro, y así. Entonces, uno lo va ampliando para darle el mismo tiempo de atención a todo el catálogo. Entonces se puede ver cómo llevarlo a escuelas, a librerías, a ferias, a charlas, a todo el catálogo. En ese camino también vemos que los autores que tienen una actitud más activa, un vínculo más grande en redes, más movimiento para ir a ferias, charlas y talleres son los de los libros que más se mueven, que más se descargan y que más se venden. Entendemos que ahí hay cuestiones paralelas. No todos los autores lo manejan de la misma manera; eso también es muy personal. En nuestra trayectoria, en nuestros cimientos hay una charla TED de Amanda Palmer, una música, que se llama El arte de pedir. Ella dice que fue estatua viviente muchos años. Y pedía, con el contacto visual y la mano extendida, y su vida se empezó a conformar en una ida y vuelta en la que ella daba y daba a la vez que pedía, y había una comunidad que la sostenía. Sacó sus discos, con campañas de financiamiento colectivo, y se fue sosteniendo. Yo la he ido siguiendo siempre. Y tengo la idea de que si un autor puede obsequiar ese PDF y animarse a decir qué es lo que quiere a cambio, hay gente que está escuchando y que es absolutamente capaz de responder en sintonía. Si ese autor dice que da charlas y esos son los honorarios por sus charlas o sus talleres y que ahí está el libro, para que lo usen sin problema, y que cuando quieran invitarlo a la escuela, puede pasar un presupuesto para eso o lo que fuere. O a dictar talleres de escritura, o de todos esos trabajos que ya hacen los autores y autoras… Porque los autores y autoras que viven de sus derechos de autor son muy pocos, sino que tienen una sumatoria de actividades alrededor… Para mí hay una clave que tiene que ver con cómo asociar lo que uno es capaz de dar con lo que necesita pedir. En mi experiencia ha sido siempre así. Con mi compañero estamos organizando una campaña para financiar uno de nuestros libros, que ya lo publicamos, porque queremos hacer esa estadística, de lo que elegimos desde nuestra pasión y nuestro convencimiento. Si decimos que acá está el PDF, está circulando, están los archivos, los dibujos, los textos. Y más adelante, cuando haya tenido su vida vamos a hacer una campaña de financiamiento colectivo para tenerlo en papel. Y yo no tengo ninguna duda de que vamos a tener una comunidad que va a habilitar ese pedido de financiamiento. Por eso decía que reconozco que no somos una editorial que haya estado haciendo promoción escolar para conocer desde adentro cómo funciona. Sí tenemos autores que visitan escuelas. Y aquellos que tienen una actitud mucho más activa y participativa, también redunda en la venta del libro físico. Porque así como lo trabajaron con el PDF después lo piden para el otro curso, o por algún otro motivo, o llamaron al docente para que dé una charla, o un combo que reúne una serie de cosas. A nuestra escala, que es pequeña, de provincia y de una editorial autogestiva muy chiquita, nosotros no le movemos el amperímetro a ningún autor. Ninguna liquidación nuestra es significativa para un autor en las ventas cotidianas de los libros comerciales, entonces no tenemos una estadística para darte. Pero en términos de lo que vivimos, de lo que nos cuentan los propios autores, los llaman todo el tiempo para distintas cosas. Tampoco podemos saber si en esas actividades hace valer sus derechos. Eso lo maneja cada autor de manera particular. Pero reciben un montón de llamados en función de libros que se conocieron circulando gratuitamente. 

MM: Bueno. Siguen las respuestas completas e interesantísimas. Antes de que se me pase, tengo varios comentarios y preguntas acá. Por ejemplo, la compañera Silvina que trabaja en una biblioteca de Tandil, dice que en su biblioteca tienen en una sala de lectura abierta, varios de los libros de ustedes y son verdaderas exquisiteces. Laura dice que la idea de los libros de gira es una muy buena idea, y por eso se van a comunicar desde el MICA para invitarles. Todo suma. 

BC: El MICA es un espacio que los editores de provincia valoramos un montón. Porque la excusa de articular y de estar ahí, compartiendo catálogos, y la “rosca” de cuáles son los problemas, las posibles soluciones… es un lugar hermoso. En el primer MICA, en el Pre MICA Córdoba, nosotros fuimos y participamos con nuestro primer libro. Lo pusimos en el estante y desde ahí no faltamos nunca. 

MM: Laura dice también que le quedó una pregunta pendiente sobre las licencias, Así que si querés hacerla, Laura…

Laura Gutman: Sí. Una vez hice un curso sobre edición de revistas, vimos el tema de las licencias y era bastante complicado. Era con evaluación, era complicado entender todo el abanico de las licencias de creative commons. Pero mientras vos explicabas, dijiste que había una en la cual no sólo se podía descargar, sino que también se puede vender, editar… ¿Qué sería eso? ¿Sería que estén liberados los derechos, en el sentido de que uno puede tomar un libro, un poemario y ponerle música, por ejemplo? ¿O agarrar un libro y hacer de eso una adaptación dramática, sin tener que pedirle permiso al autor ni hacer ningún tipo de pago de derechos sobre el texto? 

BC: La licencia que habilita eso, sí. Hay algunas que no, hay que prestar atención a cuál es cada licencia. Hay una que sí habilita la obra derivada, e incluso, comercial. Esa es la más libre de todas, y con ese uso, efectivamente, estás habilitando a que la otra persona tome la obra original y la use de la manera que crea conveniente. Está obligada a decir que la suya es una obra derivada de la de tal persona. A los fines prácticos, se dice que si se quiere consultar la obra de la que fue derivada, también se puede. Siempre tratando de ser lo más completo posible. Si la obra nueva que vos vas a hacer es digital y vos podés decir no solo cuál es la original sino también quién es el autor y cuál es la fuente de la que la obtuviste, eso sería lo más correcto. Si no podés, porque lo que estás por hacer es impreso, poner la obra y el autor, tratar de dar la pista de dónde lo sacaste, de la manera más correcta posible. Hay algunas personas que incluyen “y no dando a entender que hubo una aprobación del escritor”. Hay un caso que es muy interesante, quizá sea el más extremo que he visto hasta ahora, que es una historieta francesa que se llama Pepper y Carrot, una página web de historieta, que va haciendo episodios de una bruja con su gato. Es una historia hermosa, infantil, online, gratis, con la licencia más libre de toda, financiada colectivamente, y que se puede descargar. Absolutamente todo. El autor trabaja con herramientas libres, usa programas informáticos hechos con software libre, sube la imagen, sube las ilustraciones, o sea, los fondos, los personajes, absolutamente toda la composición hecha pero también los editables. Se financia con una campaña de financiamiento colectivo, cada episodio, y su comunidad lo traduce. A medida que la propia comunidad va gestionando el doblaje, aparecen las versiones de web comic como en cincuenta idiomas distintos. Y hay ediciones de ese libro, en editoriales de distintos lugares del mundo, hechos solo a partir de la descarga de las cosas de la página web. Él dice que los editores pueden descargar, que ahí está todo, que eso lo hace por estos otros motivos por estos otros canales, que su trabajo está pagado en la campaña con los aportes de todos. Que pueden sacarlo de ahí, pero no dar a entender que lo hicieron con su venia. Tienen que poner la licencia y el autor, nada más. No dar a entender que han firmado un contrato con él. Y si a él no le gusta, tiene todo el derecho a decir que no le gustó. Son formas. Este es el caso más extremo, está más allá del de cualquier otro autor que yo haya conocido. Pero es interesante de ver para conocer la experiencia, y ver cómo le ha funcionado. Al punto de que puede hacer esta tira, él tiene su trabajo y lo que sucede puertas afuera lo maneja con mucha libertad. Nosotros hemos sido criados y formados con otra cabeza, otra lógica de conocimiento de lo que es la propiedad, tanto de las cosas como de las ideas, la intelectual, entonces desarmar esa forma de pensar también es un proceso, y tampoco quiere decir que uno vaya a llegar de un extremo al otro. Uno tiene que encontrar qué es lo que le sirve, lo que le gusta y con qué se siente cómodo dentro de ese paradigma y avanzar en esa dirección. Este es un caso extremo, de un autor que trabaja desde una militancia política, estética, filosófica, colocada en un extremo. Y es interesante la experiencia que ha tenido. 

LG: ¿Esa tira la hace para alguna revista o la hace específicamente para que sea así de libre?

BC: La hace así, para su comunidad de seguidores.

MM: Acá, Ana Lucía, editora y colega, dice que Amanda Palmer es la esposa del escritor Neil Gaiman, con quien comparte esa mirada. Hay una charla muy interesante de él sobre la piratería de sus propios libros, y cómo eso lo ha beneficiado. Y comparte en el chat el enlace con la explicación en español, para quien le interese. 

BC: Si ponés “Neil Gaiman” + Piratería en YouTube aparece el videíto de cuatro o cinco minutos en los que explica cómo se le abrieron mercados en donde lo pirateaban. Se dio cuenta de que ahí había un nicho para traducir y vender sus libros. Y dice algo muy hermoso: si a tu autor favorito, al que seguís a todas partes y le comprás todo, ¿lo conocés por haber comprado un libro o porque alguien te lo prestó?  ¿O porque lo pirateaste…? ese primer libro que te abrió la puerta de ese autor, que se iba a volver tu autor de cabecera, ¿cómo lo conociste? Y dice que todo el mundo, cuando levanta la mano dice que lo conoció por otro y después se volvió fan. Hay una teoría que se llama de los mil fans, que tiene que ver con que si un artista o un creador logra construir a su alrededor una comunidad de mil de estas personas, que se interesen tanto por su obra que estén ahí para bancar todos los desafíos, los intereses, los juegos que les proponga, las cosas que quiera vender, podría seguir adelante haciendo todos los proyectos que quiera. Es interesante. Son teorías que uno va leyendo por ahí. 

MM: Con los tres ejes fundacionales hablamos una hora y media pasada. Falta que nos cuentes qué te traés bajo el poncho, qué novedades traés para la Feria del Libro, en la que van a estar en el stand de Calibroscopio, preguntan también si vienen a la FILBA… ¿Qué tenés para mostrarnos y contarnos?

BC: Tengo dos novedades. Una es esta. 20 motivos para despertar a una niña. Es un poemario… En realidad son canciones. Son poesías de Ana Camusso, algunas de David Wapner, todo ilustrado por Ana Camusso. Y sobre la solapa trae esta postal que son los acordes de Carulli (un método que se utilizaba para enseñar a tocar la guitarra), acordes que van por las tonalidades principales para una canción, y son los que Ana usó para convertir estos poemas en canciones. Todos los poemas tienen la misma instrumentación. Tocando estos acordes uno puede cantar las veinte canciones del libro. Y nosotros hemos incluido la partitura como postal, que se puede cortar acá. La idea es que quien lea el libro y quiera escribir su propia “carullina”, pueda escribirla y obsequiar una postar con la música, También tiene un código QR para descargar en disco en el que David y Ana cantan todas las canciones del libro. 

MM: ¿David Wapner también canta? No sabía. 

BC: Ha hecho todos los arreglos. Con la guitarra y con no sé cuántas tecnologías distintas. Guitarra criolla, eléctrica, toda la armonización. Es muy interesante de escuchar. 

LG: Perdón… ¿es el mismo arreglo armónico pero cada canción tiene otra melodía?

BC: Es la misma melodía. ¿Si comparto pantalla se escuchará?

MM: Sí. 

BC: Esta es la que tengo en la computadora (Comparte pantalla y se escucha Canción para despertar a Platero)

LG: ¿Todas tienen la misma melodía?

BC: Sí, es la misma en todas. El poema se va acomodando y acompañando a la melodía. 

MM: Espectacular. Primera vez que en una entrevista virtual que tenemos show musical. En La Nube, cuando las entrevistas eran presenciales, una vez Pablo Ramos cantó a Spinetta. Estamos creciendo. Dijiste que tenías dos libros…

BC: Sí. Les comparto el disco por chat. Si se lo quieren comprar a David, él habilitó una plataforma que es para venta sin intermediarios. Este libro va a estar a la venta en el stand de Calibroscopio en la Feria. Y el otro, que en realidad lo publicamos en 2020, se llama Mi abuela y es un homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo. Es un libro álbum muy pequeño, que cuenta una historia de una abuela que no pudo estar ahí para su nieto, que no pudo enseñarle a andar en bicicleta, no le pudo preparar las facturas porque lo estaba buscando. Es un álbum muy pequeño que Mauri hizo en homenaje a Abuelas. Lo lanzamos en digital en 2020. No había presupuesto para poder tenerlo en papel y ahora tuvimos la oportunidad, entonces se hicieron dos pequeñas ediciones. Una es esta, es para Abuelas. Pudimos imprimir esto en un espacio de otro libro, pudimos aprovechar y darles una tirada gratuita a Abuelas, para que puedan incluirla en su valija. Tiene todos los datos de contacto de Abuelas. Esta es la de Abuelas. Y la nuestra, para diferenciarse un poquito nada más, tiene solapitas, y está cosida con hilo naranja. Va a estar en librerías. Después de que el libro estuvo dando vueltas solo en digital, y mucha gente nos lo pedía en ingreso, por fin lo podemos tener. Estas son las dos novedades con las que vamos a llegar a la Feria. Hay algunas cosas más, pero estos es lo que ya está publicado, impreso, y va a estar en Buenos Aires. 

MM: ¿Es una obra integral de Mauricio?

BC: Sí. El Esperpento es su nombre artístico. Cuando es Mauricio Micheloud es el editor. Cuando es El Esperpento es el ilustrador.

MM: Si querés contanos en estos últimos minutitos alguna cosita más que viene llegando. Ya algo nos anticipaste, y queremos saber…

BC: Estamos por publicar éste. Hoy nos llegaron las ilustraciones. Este es el próximo Acordeón. En esta primera mitad del año va a salir la reedición de El amor es circular, que está agotado hace bastante, con uno nuevo que se llama En vereda. Tiene poemas de Mauri, el primero que va a publicar como escritor, acá en la Terraza. Con ilustraciones de otro Mauricio, Cerbellera que es un ilustrador cordobés. Y que está ambientado en una vereda donde transcurrió la infancia de Mauri, y las cosas lindas que pasaban en esa vereda en clave de poesía. Este es uno.

Y este es el otro, Empecemos antes, de Luis Paredes, un autor que nosotros queremos mucho, también autor integral, que ya hizo este libro en su momento en Facebook, y ahora va a salir primero en nuestro catálogo digital, creemos que en junio. Un poco lo trabajó con su hijo, reflexionando sobre qué pasa cuando uno tiene una mirada tan “celeste o rosa” de las infancias y de las vidas. Hizo este ejercicio con su hijo para reflexionar sobre esto. Lo ha llevado mucho a escuelas para abrir el diálogo, para ver hasta qué punto nos sentimos reflejados cuando vamos viendo lo que pasa con las nenas y los niños. Es un libro que tiene un par de años. Hoy los debates están más cerca de las diversidades, pero estos mensajes para conversar y pensar sobre las violencias siguen siendo muy importantes. La pregunta que se hace es qué tan lindas serían las familias si fueran multicolores. Va a estar impreso cuando hagamos campañas que nos permitan sacar más cosas. Queremos volver a las campañas que hacen que mantengamos un vínculo fuerte con la comunidad, y sacar varios libros de una vez, que se habían cortado por la pandemia, Ahora queremos hacer una para jugar y divertirnos. Quizá hagamos una campaña al año para presentar novedades.

MM: Bueno, esperamos la próxima campaña, que parece que tiene un amigo en común como protagonista y nos vamos a divertir. Quiero agradecerte mucho, Barbi, lo que hemos aprendido hoy. Realmente, una capacidad didáctica impecable la tuya, y seguramente abrirá la polémica que siempre es interesante. La verdad es que la hemos pasado muy bien. Creo que no me equivoco si digo eso en nombre de todos los que estamos acá.  Así que gracias, gracias a todos y todas las que vinieron. 

BC: En la web, si quieren, tenemos un enlace para que se suscriban si quieren recibir las novedades. No jodemos mucho. Mandamos uno o dos mails por año. Yo estoy súper contenta de haber participado hoy en esta charla con ustedes, me alegro de que les haya gustado y los invito a que sigan a La Terraza y que sigamos la conversación por alguna de las redes. 

MM: Un abrazo para todos, especialmente para vos, y hasta pronto. 

BC: Muchísimas gracias.


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