Crónicas del forastero

Libro de arena cierra su recorrido por la literatura chilena del mes de septiembre con cinco poemas de Jorge Teillier, fundador de la llamada "poesía lárica", "de los lares" o poesía de la frontera. Como dice Jaime Valdivieso en el prólogo a la antología Crónicas del forastero, publicada por Colihue: "El sur de Chile luego de la poesía de Teillier no es más el mismo: querámoslo o no, lo vemos a través de sus ojos, de su obra: ni los trenes, ni los bares, ni las casas, ni los indios, ni el paisaje son para nosotros ya realidades objetivas: están cargados y atravesados por su lírica". 





Los tejados se inclinan


Los tejados se inclinan
bajo el peso de las lluvias
de infinitos inviernos.
Frente al violento resplandor
de los árboles frutales
una anciana dormita en la cocina.
Duerme porque ya hay demasiado tiempo,
porque ya no hay esposo,
ni hijos, ni fuego en la cocina.
El tiempo ha sido demasiado largo.


Un jinete nocturno en el paisaje

Siento correr por las venas del campo
Un jinete nocturno enmascarado.
La noche. También galopan en caballos robados
Los cuatreros arreando los vacunos.

Surgen los trenes. Las reces dormidas se levantan
Allá en los grandes galpones de madera.

Una sombra va saltando los cercos.
Esta fue una mañana campesina:
Relinchos, validos, vacas de pródigas ubres,
Las ordeñadoras, curvadas con el peso de los baldes.

Es la noche de nuevo. Mi abuelo se levanta
Rehecha su manera antigua,
Y observa, como ayer, al trigo.
Debe andar mi abuelo por los campos recién abiertos
Hablando con los pinos, espantando gorriones.
El campo está solo, tembloroso. Y él lo mira.

El vino es un joven bonachón y alegre.
Sucede que quiere iluminar la noche
y baja a las aldeas, envuelto en una manta.

La mañana tiene olor a pan amasado.
La ropa recién lavada dice “adiós” en los patios.

Pero es de noche. Un fantasma penetra en la leñera.
Una casa se quiere esconder del cielo.

Un campesino mira hacia arriba:
Más allá de las nubes viene el granizo,
Bandolero blanco, asaltante de los huertos.

Y es la noche.
Va a penetrar al pueblo
Un jinete nocturno enmascarado.

De Para ángeles y demonios


En la secreta casa de la noche

Cuando ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche
a la hora en que los pescadores furtivos
reparan sus redes tras los matorrales,
aunque todas las estrellas cayeran
yo no tendría ningún deseo que pedirles.

Y no importa que el viento olvide mi nombre
y pase dando gritos burlones
como un campesino ebrio que vuelve de la feria,
porque ella y yo estamos ocultos
en la secreta casa de la noche.

Ella pasea por mi cuarto
como la sombra desnuda
de los manzanos en el muro,
y su cuerpo se enciende como un árbol de pascua
para una fiesta de ángeles perdidos.

El temporal del último tren
pasa remeciendo las casas de madera.
Las madres cierran todas las puertas
y los pescadores furtivos van a repletar sus redes
mientras ella y yo nos ocultamos
en la secreta casa de la noche.

De Poemas del País de Nunca Jamás


Daría todo el oro del mundo

Daría todo el oro del mundo
por sentir de nuevo en mi camisa
las frías monedas de la lluvia.

Por oír rodar el aro de alambre
en que un niño descalzo
lleva el sol a un puente.

Por ver aparecer
caballos y cometas
en los sitios vacíos de mi juventud.

Por oler otra vez
los buenos hijos de la harina
que oculta bajo su delantal la mesa.

Para gustar
la leche del alba
que va llenando los pozos olvidados.

Daría no sé cuánto
por descansar en la tierra
con las frías monedas de plata de la lluvia
cerrándome los ojos.

De Poemas secretos


A Jack Kerouac

Jack,
a pesar de todo
pienso que temías
"la andrajosa melancolía de envejecer".
Me cuesta creer en los dioses,
en los elegidos de los dioses,
y en los vagabundos del Dharma
y por eso me hubiese gustado estar en tu funeral
y que Sinatra hubiese cantado:
"No hay nada más que un corazón solitario".

De Para un pueblo fantasma


Todos los poemas están publicados en Jorge Teillier, Crónicas del forastero- Antología Poética, Selección y prólogo: Jaime Valdivieso, Musarisca Poesía, Colihue, Buenos Aires, 1999.

Crónicas del forastero
Jorge Teillier
Colihue, 1999.




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