Fabiana Nola Portillo: “Como todas las editoriales pequeñas, crecimos gracias a la perseverancia y al esfuerzo”
En esta primera parte de la entrevista a Fabiana, editora fundadora de Gerbera, conversamos acerca de los curiosos inicios de la editorial, con libros de tela cosidos en familia, toda una historia, y del enorme crecimiento desde aquella primera aventura, con la llegada a la Feria, los libros en cartoné y una actualidad en la que cuentan con nada menos que 105 títulos, muchos de ellos caracterizados por ser inclusivos: en tipografía amigable, y en tinta Braille, una creación de Gerbera También hablamos de las otras colecciones, entre ellas una juvenil, dedicada al terror. Un crecimiento, el de Gerbera, que solo se explica por el enorme trabajo de Fabiana y su familia.
Mario Méndez: Buenas tardes. Bienvenidas y bienvenidos. Acá estamos en un nuevo encuentro del Paseo por las Editoriales. Uno de los últimos, lamento anticipar, porque ya casi no me quedan editores para entrevistar. Después de un año y medio quedan poquísimas editoriales dedicadas a la LIJ, algunas no han podido, algunas no han querido y no hay mucho más. Ojalá que cuando terminemos hagamos el famoso libro de recopilación de entrevistas. Fabiana, bienvenida. Fabiana es la directora editorial de Gerbera… cómo en casi todas las pequeñas editoriales, hace en su Gerbera Ediciones, todo. Se dedica a todo. Entre otras cosas me decía que tenía asistencia perfecta a la Feria del Libro; no había faltado ni un solo día.
Fabiana Nola Portillo: NI uno solo. Exacto. Los veintitrés días de Feria, que incluyen armado y desarme, todos los días.
MM: Yo te conocí en la Feria, en uno de los rincones donde normalmente empiezan las primeras editoriales, compartiendo un stand chiquitito, y has crecido muchísimo. ¿A qué de debe ése feliz crecimiento?
FNP: Creo que al trabajo arduo. Como todas las editoriales pequeñas, a la perseverancia y a muchísimo esfuerzo, a trabajar con gente que acompaña en este proceso, que se pone al hombro los proyectos de uno, y puede hacer que esto vaya para adelante. En muy poquitos días, el 19 de junio, Gerbera cumple dieciséis años, aunque parece menos tiempo. Lo que pasa es que cuando empezó Gerbera yo trabajaba en una librería, en una cadena. Entonces, estuvo varios años siendo un sueño, un proyecto, y cuando decidí dejar de trabajar en relación de dependencia y largarme a esto fue a principio de 2012, así que si contamos ese año, llevamos once años y si no, dieciséis. Los dieciséis los cuento desde el día en que se registró el primer libro en el ISBN. Los tres primeros fueron unos libros de tela para bebés.
MM: ¿Y te sirvió trabajar en una cadena para poder meter estos primeros libros?
FNP: Esta cadena era mi único cliente, así que sí. En ese momento entraba por un monotributo hecho por fuera de ser empleada directa. Ellos fueron los únicos clientes que tuve durante varios años, porque al hacer libros de tela, completamente artesanales y hechos en familia, se mandaba a imprimir la tela, después se cortaban los anchos, porque venían de a 300 metros, porque eran tres títulos. Y en casa, con mis papás, yo utilizaba una overlock donde cosía los rectángulos, mi papá cosía los medios con una máquina recta, y mi mamá le ponía una textura al final del libro, y después se armaban y se metían en bolsitas con su cartoncito. Entonces, cada vez que hacían un pedido desde la cadena, al ser tantas sucursales, había que trabajar un montón, después de las ocho horas de trabajo, más la hora para ir y la hora para volver a casa. Entonces estaba hasta las diez o las doce de la noche cosiendo. Y ellos me ayudaban un montón. Los comienzos fueron esos, bastante trabajosos. Eso hizo que al tener un trabajo fijo juntara peso a peso para empezar a hacer otras cosas. Y así fuimos creciendo.
MM: ¡Qué buena historia! He escuchado muchísimas historias de inicios… extraños, comunes, más o menos “normales”, pero este me parece que está en el podio de lo extraordinario. Familia de editores, pero también familia de textiles.
FNP: Sí. Igualmente, mis papás en la vida se hubiesen imaginado que iban a estar cosiendo libros de tela. Pero bueno, había que ayudar y entre los tres hacíamos eso, todos los días, todo el día. De hecho, yo me iba a trabajar y mi mamá cuidaba a mi hijo que era chiquitito, y entre siesta y siesta ella se sentaba y cosía todas las texturas de estos tres libros. Y mi papá, cuando tenía tiempo, cuando volvía de trabajar también, se sentaba en la máquina y a coser. Cosía mucho. Era una linda época.
MM: Qué linda historia. ¿Y tu formación? ¿Vos venís de lo textil, del diseño?
FNP: No, yo soy periodista, soy licenciada en Comunicación Social. No tengo nada que ver con lo textil, no tengo nada que ver con nada, pero cuando trabajaba en la librería me encantaba ir a la parte infantil, y estaba horas ahí. En el momento en que decidí hacer los libros de tela, había una falta enorme de libros para bebés. Entonces me dije que si faltaba, había que satisfacer al mercado. Lo poco que había en se momento venía de China, y muchas mamás tenían miedo por el plomo, por las cosas que iban a la boca de los bebés, entonces me puse a buscar en un montón de lugares y terminé trabajando con una persona que estampaba la tela, pero él era estampador de manteles. De aquella publicidad que decía “Alcoyana, alcoyana”. Por casualidad y por recomendaciones llegué hasta él y me explicó todo el funcionamiento, cómo imprimir la cantidad de metros que se necesitaban, cómo se hacían los shablones enormes, y así empezaron los tres libros de tela, que fueron la base de todo lo otro que vino después.
MM: Qué buena historia. ¿Y cómo se llamaban esos tres libros?
FNP: Los tres libros se llaman Joaco y su melena (mi hijo; es la historia de un león con una melena enorme), Lucero y sus pintitas, que es sobre una vaquita de San Antonio que iba encontrando las pintitas de su caparazón, y después estaba Lara y su vestido, que era una oveja que durante las estaciones del año iba “sumando” su vestido, y después se quedaba sin vestido cuando le sacaban la lana. Todo poético y para bebés.
MM: ¿Y estaban escritos los tres por vos?
FNP: Sí. Por ahí andan, en algún lugar…
MM: Ah, ¿no se editan más?
FNP: No, porque es mucho trabajo manual, y las cosas fueron cambiando. Después de eso hice dos libros en cartoné, que son prácticamente de los primeros que se hicieron acá en cartoné, en el 2009. Uno se llamaba Palabras y el otro Colores. Hechos con fotos. Hoy los veo y en comparación con los de cartoné que tenemos en la colección Nube de algodón digo “¡No!”, pero bueno…
MM: Han recorrido un largo camino. No sé si fue el primer año que estuviste en la Feria, pero me acuerdo que había una vecina mía que compartía el stand con vos, que tenía unos libros con disfraces…
FNP: ¡Ah, sí! Pero ese no fue mi primer año. Ya habíamos estado con un grupo de editoriales; éramos tres o cuatro editoriales que nos llamábamos “Tejemos historias”. Estaba Vale Sorín con La Bohemia, después estaba Lúdico, Ojoreja y Gerbera. Cuatro éramos. Ese fue el primer año de Gerbera en la Feria, y así estuvimos dos años, y después cada una se fue por su lado. Y el tercer año de Feria, creo, fue que estuvo Silvana.
MM: Silvana, no me acordaba el nombre; vecina, cruzando la calle. Me la encontré ahí y tenía estos libros de vestidos…
FNP: Sí, unas historias de súper- héroes que tenían disfraces… algo así.
MM: Sigamos yendo a los orígenes. ¿Qué significa Gerbera? No quise buscar en el diccionario ni en Google. Quise que me lo cuentes vos.
FNP: Gerbera es la flor, la margarita esa grandota de colores. Es una flor que me gusta, que me identifica, con tanto pétalo y tanta cosa, pero a la vez es una flor simple. Y es eso, esa flor que me identifica.
MM: Por esa sencillez y que a la vez es grande…
FNP: Y a la vez es complicada y con muchas cosas.
MM: Y de aquellos tres libros muy originales de tela, pasando por los proto libros de cartoné, después tuviste, y supongo que seguís teniendo proyectos con un lenguaje inclusivo, que alguna vez me contaste y yo no conocía. Contanos eso, y cuántos libros hay hoy, después de dieciséis años.
FNP: Empezamos con lo de la tipografía. Trabajamos con una tipografía amigable para lectores con dislexia, hace ya casi diez años, cuando de la dislexia se hablaba muy poquito. Empezamos a hacer los libros con esa tipografía para que fueran también accesibles para ese público lector, que estaba en ascenso y creciendo a pasos agigantados. Después pasamos a hacer libros con tinta Braille, y ahí ya nos empezamos a posicionar como la única editorial de Latinoamérica que publica parte de su catálogo en tinta Braille. Al día de hoy son doce títulos, y el catálogo ya tiene ciento cinco libros, incluyendo los libros en Braille que son con un ISBN distinto. Tenemos varias colecciones. Una para bebés que se llama Nube de algodón, que tiene dieciocho títulos, somos también los editores del grupo de música Canticuénticos, con ellos ya tenemos trece o catorce libros, y estamos haciendo uno más, en tres colecciones distintas: Canticuénticos en papel, que son las canciones ilustradas, después están en cartoné, que se llaman Canticuénticos en cartón, y en la que hay dos títulos, y después Canticuénticos en canciones, que son los libros-discos. Como ya no se hacen más los CDs, buscamos la forma de lanzarlos a través de los libros.
Entonces todos tienen un QR que te lleva a las canciones, y enviando un código especial, les envían el disco para que se lo descarguen con la calidad de audio de un CD, como si te estuvieras comprando el disco, que ya no viene. Después tenemos una colección para pre adolescentes, que es de terror, nos encantan los libros de terror, y es una colección que es un caballito de batalla, va para adelante y empuja como loca. Ahí tenemos dos duplas muy buenas: una es de Chaveta y Vicky Bayona, muy buenos los dos. Ahí se formó una muy buena dupla en los de terror. Vicky escribe y Juan la agarra al vuelo, hacen muy buenas cosas. Y después tenemos una colección de libros de tapa dura que se llama Hilos dorados, y viene creciendo de a poco, por lo que todos sabemos: los costos de imprimir tapas duras, pero bueno… ya tiene algo así como diez títulos. Sumando todo llegamos a esa cantidad en el catálogo.
MM: Una maravilla. Sebas dice que son una maravilla esos libros ilustrados por Estrellita Caracol. Los de Canticuénticos. Me quedó una pregunta ¿cuál es el otro dueto de terror?
FNP: Verónica Halac, y Ernesto Guerrero. Ahí estamos, viendo se seguir sumando libros a esa colección que nos gusta mucho. A mí, y a los pre adolescentes también. La ilustramos bastante oscura, bastante tenebrosa para que guste, y son un imán. Están muy buenos. Por ejemplo, Veinte poemas de terror y una canción disparatada fue un Favorito de ALIJA, por unanimidad, para chicos de sexto grado. Para nosotros ese fue un premiazo.
MM: Además de ese Favorito tenés un Destacado…
FNP: Más de uno. Cuando quiera grande quiero ser…que salió Mejor Libro Multimedia, de Estrellita Caracol y Mau Di Bert. Mi vecino, que salió como libro ilustrado, después, Los pájaros… No, de Yael Frankel como libro para bebés, 2020-2021.
MM: Ahí estuvo Sebas como jurado.
FNP: ¡Gracias, Sebas! Y después, En algún lugar del mundo por Traducción. Es una traducción del portugués. Esos son Destacados. Y el Favorito, que son los Veinte poemas…que es el de Vicky con Chaveta.
MM: Que como dice acá Sebastián, son divertidos.
FNP: Sí, sí. La Canción Disparatada del final es muy buena.
MM: Se van abriendo muchas cosas para preguntarte. Vos empezaste con el canal de librería, desde adentro, porque trabajabas en una cadena; conocés ese canal. ¿Hoy están exclusivamente en ese canal, o con estos libros para adolescentes además llegan a las escuelas con sus libros?
FNP: Nosotros no tenemos promotores en escuelas, entonces es muy difícil llegar. Las escuelas que trabajan con los libros de Gerbera es porque son docentes que conocen los libros y los eligen por sobre otros, pero no porque vayamos a escuelas específicamente. Nuestros canales son librerías y feria. Hacemos muchas ferias durante el año, no sólo acá y en la Provincia de Buenos Aires sino también en el interior. Y el año pasado, por primera vez tuvimos stand propio en Guadalajara, así que este año vamos a repetir la experiencia, porque fue muy buena en todo sentido. Con la cantidad de cosas con la que uno se viene de una feria así… Esos son nuestros canales, pero mayormente librerías y ferias.
MM: En la Feria del Libro de Buenos Aires, ya lo dijiste, estuviste los veintitrés días. En la de Guadalajara tuve la suerte de verte, en el pasillo de la LIJ Latinoamericana. Y en una fiesta chilena también.
FNP: En El Carrete chileno.
MM: A estas ferias del resto del país, ¿vas vos también a poner el cuerpo?
FNP: Sí, generalmente vamos con alguna de las chicas o con mi marido, con Luciano. Generalmente vamos los dos y tomemos esas ferias como escapadas, como para distendernos un poco, pero sí, vamos nosotros. A muy poquitas mandamos los libros con alguna librería, pero generalmente vamos nosotros como feriantes.
MM: Dijiste “las chicas” y tu marido. ¿Quiénes conforman Gerbera? ¿Cómo es el equipo?
FNP: El equipo está formado por Paola que está en la parte de administración, Eli, que es la diseñadora que tenemos, que es diseñadora industrial y también diseñadora gráfica, así que está con nosotros haciendo la parte de Diseño; Nati, que es nuestra librera, porque también tenemos librería, Luciano y yo que estamos en la parte de Dirección, digamos. Y ahora la incorporación de Joaquín, mi hijo, que cumplió dieciocho, que trabajó con nosotros en la Feria por primera vez, atendiendo el stand y estuvo haciendo la página web y ayudándonos en otras cosas. Tenemos también el privilegio, desde el mes de enero de este año, de contar con una máquina Braille, así que hacemos nuestros propios libros en Braille. Entre Joaquín y Luciano trabajan con esa máquina. En realidad trabajamos todos. A veces estamos fines de semana metidos, haciendo libros en Braille sin parar. Porque por suerte los libros en Braille están viajando bastante, es una necesidad que están teniendo desde varios lugares, así que viajan bastante.
MM: Seguís siendo muy original. Hay cosas que me están sorprendiendo mucho. Una, por ignorancia absoluta. Yo no creo que los que están acá, pero sí para los que después lean la entrevista desgrabada, necesitaremos saber una cosa: ¿qué es la tinta Braille? Porque yo conozco el sistema Braille, las marcas en la hoja que sentís cuando pasás la mano pero ¿la tinta Braille cómo funciona?
FNP: La tinta Braille en realidad es un sistema en el que conviven ambos formatos: el texto en tinta común y el Braille. Son libros para que puedan ser compartidos entre una persona ciega y una que no lo es. Todo lo que está escrito en Braille es lo que está escrito en tinta, para que, justamente, sea compartida la lectura. Porque el Braille tiene un tamaño de letra mucho mayor que el de una letra común, entonces ocupa mucho espacio. El tema de hacer libros en tinta Braille, es diseñarlos desde la base para que puedan convivir ambos formatos en la misma página. Eso es la tinta Braille, que en realidad es un término inventado por nosotros. Esa sería la explicación de por qué se llama así. Porque un libro en Braille sólo, es un libro blanco, que no tiene texto, que es exclusivo para personas con discapacidad visual. La tinta Braille, no. Es un libro inclusivo, en el que están ambos formatos, y la lectura puede ser compartida entre los dos.
MM: ¿Tenés alguno a mano para mostrarnos?
FNP: Justo, a ver si se ve acá… (muestra Mi vecino y Cuando sea grande quiero ser). Ahí tienen el Braille y la tinta. Y los libros se diseñan desde la entrada para que puedan ser traducidos y todos tienen un dibujo acá abajo (muestra Simón y Un día muy especial); acá tiene un punteado.
MM: Sí, se nota.
FNP: Todos tienen algo diferente, para que puedan saber qué libro están tomando en ese momento. Trabajamos con gente que es especialista en Braille, para que los libros salgan lo mejor posible. Lo que acabamos de lanzar en la Feria fue un rescate editorial de Istvansch que son las bandas de Moebius que tenía en Del Eclipse. Este año las reeditamos y salieron con una hermana que se llama Una vaca que habla, Saturno y Plutón, y antes estaba Detrás de él estaba su nariz. (los muestra) Estos libros no sólo salieron en el formato común, y cuando vino Itsvansch el año pasado a ofrecerlos, le dije que sí, y que lo hacíamos al estilo Gerbera, con todo lo que pueda hacerlas accesibles. Estuvimos trabajando durante todo el año, y estas bandas tienen cada una un código QR que lleva a todos los formatos de lecturas accesibles posibles. Empezamos con la tipografía amigable para lectores con dislexia, que nos identifica, tienen lectura descriptiva para los niños y niñas ciegos, en los que se describe la imagen a través de audio, tienen audiolibro narrado por el autor, tienen lengua de señas argentina, macrotipo, texto plano, y también salieron en Braille. Estos libros son los primeros totalmente inclusivos, porque hasta ahora no había ningún libro que tuviera esta cantidad de lecturas distintas y accesibles disponibles. Para nosotros es un gran orgullo, porque además es un libro objeto espectacular, que invita a compartir la lectura, que invita al juego, a crear nuevas historias… Que tengan todas estas posibilidades, que tanta cantidad de niños y niñas puedan disfrutarlos, para nosotros es maravilloso. Todo fue gracias al equipo que trabajó con nosotros en todo esto. Para lengua de señas fueron las personas de Canales, la asociación para sordos, que hacen videolibros. Después, Percepciones textuales, que es un equipo que trabaja haciendo lectura descriptiva para cine y para series, (en el BAFICI Y en un montón de lugares más); después Mara Lis Vilar, que es una especialista en Braille, es una de las creadoras de Tiflonexos, la asociación civil, y todos nosotros haciendo el aguante, armando, diseñando, y craneando cada una de las bandas para que sean lo más accesibles posible.
MM: ¡Qué bueno! Felicitaciones. Acá Sebas dice que Istvansch se las mostró en la Feria y está re orgulloso. Yo me acuerdo de haber visto la primera, Detrás de él estaba su nariz, contada por Istvansch, cuando yo era maestro de grado en un colegio, y vino a la feria e hizo toda la lectura, mostrando esa velocidad y gracia que tiene la banda. ¿Por qué este interés, en especial con el Braille, y la lectura para los chicos ciegos, y esa extensión a ser inclusivos? ¿A qué se debe?
FNP: Primero que nada, tengo un hermano que tiene Síndrome de Down, que es más grande que yo, tiene cincuenta y seis años, y en casa vivimos la falta de inclusión toda la vida, porque las personas con síndrome no estaban vistas como se ven ahora. De chica tuve que pelearme mucho para defender a mi hermano, y ese fue una de las causas por las que hacer libros que incluyan a la mayor cantidad de lectores posibles. Teniendo en casa una situación así, no podía pensar en nada que no fuese inclusivo. Y después, cosas de la vida que fueron llevando… ver nichos… “nichos”, hay veces en las que uno dice esa palabra… pero es la que hay… los lugares que no están habitados, y ver que las oportunidades que no se les dan a todos por igual. Un día estábamos en Ramos Mejía, en una librería donde había una escuela, y en un grado estaba utilizando uno de nuestros primeros libros, que para nosotros es un best seller, que es Serafina, de Vero Álvarez Rivera y Estrellita Caracol. Pasaba cada uno adelante a leer un pedacito de la poesía, con su libro en mano; todos habían adoptado el libro, y en un momento pasa adelante una nena, a leer. Yo no me había dado cuenta, y la maestra la lleva de la mano. Ella tenía una carpeta negra enorme, y tenía todo Serafina hecho en Braille, con texturas. Se lo habían hecho su mamá y su maestra integradora.
A mí me pareció espectacular como estaba hecho, con la delicadeza y la dedicación con la que estaba hecho ese libro, y le pedí permiso para sacarle fotos. Y en ese momento lo subí al Facebook de Gerbera. Y hubo una viralización, empezó a tener muchas respuestas, y la gente empezó a pedir el libro. A todos les decía que era un prototipo, que era algo que le habían hecho especialmente a esta nena, y quedó. Al mes, una biblioteca que se llama Ilusiones, que es de Pergamino y también para personas ciegas, nos manda de regalo otro Serafina, pero ya hecho por ellos, también con texturas. Lo volví a subir a las redes y ahí sí que fue una explosión grande. Pedían el libro desde todos lados: México, Colombia, Chile, desde todos lados pedían un ejemplar del libro. Así como había pasado anteriormente con el tema de la dislexia, que había sido algo muy particular, me puse a buscar y vi que no había libros en Braille para niños. No existía, no había nadie que hiciera libros especiales. Todo lo que había era libro blanco. Así que ahí me puse a buscar cada vez más, volví a esta biblioteca que nos había hecho el regalo, a preguntarles si me hacían, aunque fueran diez ejemplares del libro pero como yo lo quería, para que pudieran compartirlo. Me dijeron que ellos no hacían eso, pero que averiguara en Tiflonexos. Y resulta que, por esas casualidades de la vida, quedaba a una cuadra de mi casa de ese momento. Nunca me había enterado de que estaba ahí. Veía el semáforo que titilaba pero no me había imaginado que estuviera ahí. Así que ese día fui, antes llamé por teléfono y justo me atendió Mara. Le conté lo que quería hacer, y me dijo que fuera para que lo viéramos. Fui a la media hora, con el librito abajo del brazo, y le dije que quería que ese libro pudiera ser compartido por un nene que fuera ciego y otro que no lo fuera. Me dijo que iban a ver, y a las dos horas me empezó a mandar fotos, ya lo había pasado a Braille, y ése que le dejé ya era un prototipo de lo que después iba a ser Serafina con tinta Braille, que fue el primer libro que se tradujo ahí. Ese fue el inicio, y ahí nos conocimos con Mara que es con quien trabajamos hoy y es nuestra asesora Braille.
MM: ¡Qué lindo! Otra vez, felicitaciones.
FNP: Gracias.
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