Aire marítimo
"Cumplían
dos meses de estar en Mar de Ajó. Ya habían cobrado dos sueldos cada uno,
tenían un departamento que cada vez contaba con más enseres y habían podido
ahorrar algo de dinero. Decidieron festejarlo yendo a comer a un restaurante
que quedaba en San Bernardo y que se especializaba en pescados y mariscos.
(...) Cenaron una paella, comieron helado de postre y tomaron una botella de
champagne. Fátima lo miraba y trataba de pensar qué más podía necesitar de
alguien. Nada, no necesitaba más nada de un hombre. Pedro era la persona ideal,
y en estos dos meses no había hecho otra cosa que confirmárselo día a día.
(...) El mozo los saludó calurosamente y ellos salieron del restaurante
abrazados. La brisa de la noche les dio de lleno y respiraron profundo
ese aire marítimo que ya era parte de sus vidas. Decidieron
caminar por la playa. La noche estaba estrellada y había de nuevo luna llena.
No tanto como la noche que llegaron, pero lo suficientemente redonda como para
iluminar las olas del mar."
Sergio Olguín, 1982.
Comentarios
Publicar un comentario