Verano, con v de viaje

El verano ofrece una excelente oportunidad para encontrarnos con aquellas lecturas que el año laboral nos dificulta. Algunas personas aprovechan la tranquilidad de las vacaciones para encarar, por fin, algún libro que demanda tiempo y concentración, algo que se complica en épocas de mucho trabajo. Otros, por el contrario, eligen para los días de descanso textos más livianos, para relajar la mente junto con el cuerpo. En todo caso, más allá de la elección de cada uno, verano, libro y viaje son palabras que van muy bien juntas.
Y si cada lectura es un viaje, qué mejor, en este verano cálido en Buenos Aires, que elegir algunos pasajes que nos lleven de visita por los paisajes más diversos.




“En el fondo de Gesell, pasando los campings, antes de llegar a Mar de las Pampas, hay que subir un médano importante para llegar a la playa. En plena subida, pasé a una familia evidentemente cordobesa, que arrastraba con esfuerzo heladeritas, sombrilla, sillas plegables y un par de criaturas que se quejaban de que la arena quemaba. Llegué hasta el agua, me di una zambullida y, cuando volvía, pasé de nuevo junto al padre y al hijo de esa familia, que seguían en  la cresta del médano. El nene tendría cinco o seis años, y se ve que era la primera vez que veía el mar.” 


Juan Forn
“El mar, modo de uso”, en Los viernes - Tomo uno.
Emecé

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